“Traten a
los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.” Lucas 6:31
Leí esta
historia en internet y una vez más sedujo mi alma para compartirla. Ya que
sensibilizó mi alma. Podría haber escrito varias moralejas para esta, pero me
quedo con la del final.
Siempre
recuerda aquellos a quienes sirves. En los días en que un helado costaba mucho
menos, un niño de 10 años entro en un
establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso de agua en
frente de él.
¿Cuánto
cuesta un helado de chocolate con cacahuates? pregunto el niño.
Cincuenta
centavos, respondió la mesera. El niño saco su mano de su bolsillo y examino un
número de monedas.
¿Cuánto
cuesta un helado solo?, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando
por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente.
Treinta y
cinco centavos dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas.
Quiero el helado solo dijo el niño. La mesera le trajo el helado, y puso la
cuenta en la mesa y se fue.
El niño
termino el helado, pago en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella
empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio.
Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacio, había veinticinco centavos… su
propina.
Jamás juzgues a alguien antes de tiempo.
¡Con qué
facilidad prejuzgamos a otros! Y lo que es más grave, actuamos en consecuencia
sobre un prejuicio generalmente equivocado. Juzgamos anticipadamente y nos
manejamos con supuestos. La consecuencia lógica es un error. Y lo terrible es
que a medida que crecemos, nuestra capacidad para prejuzgar crece
exponencialmente. Matamos la inocencia del niño que una vez fuimos, para
convertirnos en jóvenes o adultos sospechosos y sospechados.
Miramos con
recelo y desconfianza, nos molesta el entorno, nos creemos jueces de los demás
con la autoridad para señalar con nuestro índice las actitudes de otros. Y no
nos damos cuenta, que Dios nos pone generalmente a un niño en frente que nos
deja su mejor propina. Tal vez para vos no sea mucho, pero para él es todo lo
que tiene. No tenés siempre la verdad.
(Devocionales Cristianos)
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