sábado, 19 de enero de 2013

La Propina



“Traten a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.” Lucas 6:31

Leí esta historia en internet y una vez más sedujo mi alma para compartirla. Ya que sensibilizó mi alma. Podría haber escrito varias moralejas para esta, pero me quedo con la del final.

 Siempre recuerda aquellos a quienes sirves. En los días en que un helado costaba mucho menos, un  niño de 10 años entro en un establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso de agua en frente de él.

¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con cacahuates? pregunto el niño.

Cincuenta centavos, respondió la mesera. El niño saco su mano de su bolsillo y examino un número de monedas.

¿Cuánto cuesta un helado solo?, volvió a preguntar. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente.

Treinta y cinco centavos dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. Quiero el helado solo dijo el niño. La mesera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue.

El niño termino el helado, pago en la caja y se fue. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacio, había veinticinco centavos… su propina.

Jamás juzgues a alguien antes de tiempo.


¡Con qué facilidad prejuzgamos a otros! Y lo que es más grave, actuamos en consecuencia sobre un prejuicio generalmente equivocado. Juzgamos anticipadamente y nos manejamos con supuestos. La consecuencia lógica es un error. Y lo terrible es que a medida que crecemos, nuestra capacidad para prejuzgar crece exponencialmente. Matamos la inocencia del niño que una vez fuimos, para convertirnos en jóvenes o adultos sospechosos y sospechados.

Miramos con recelo y desconfianza, nos molesta el entorno, nos creemos jueces de los demás con la autoridad para señalar con nuestro índice las actitudes de otros. Y no nos damos cuenta, que Dios nos pone generalmente a un niño en frente que nos deja su mejor propina. Tal vez para vos no sea mucho, pero para él es todo lo que tiene. No tenés siempre la verdad.

(Devocionales Cristianos)

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