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JOSUÉ 1.6-8 | El temor esclaviza. La ansiedad puede
distorsionar toda nuestra perspectiva, hasta hacernos vivir con una sensación
constante de desasosiego. Pero el temor no corresponde con los hijos del Dios
vivo, quien ha prometido cuidar de nosotros y hacer que todas las cosas obren
para nuestro bien. Si elegimos vivir con temor, entonces al final de la vida
desearemos haber confiado más en Dios. En vez de vivir de una manera que nos
lleve a lamentarnos después, podemos ser libres de nuestros temores ahora
mismo.
Identifique sus temores específicos, y
dispóngase a enfrentarlos. Se nos hará difícil entender nuestras ansiedades, si no reconocemos la
raíz esencial de todo temor. Es cierto que existen muchas razones para sentir
temor, pero en última instancia, la raíz de toda nuestra preocupación es la
duda en cuanto a la soberanía de Dios. Él tiene el control de todas las cosas,
y nosotros estamos bajo su poder, su auxilio y su protección cada momento de
nuestra vida. Por tanto, el temor queda destruido ante la verdad del control
omnipotente del Señor.
Enfóquese en el Señor, en vez del temor. Cuando entendemos que estamos en
la mano de nuestro todopoderoso, omnisciente y amoroso Padre celestial, la
decisión de reenfocarnos en Él se vuelve más fácil. Pero tenemos que tomar esta
valiente decisión cada vez que enfrentemos sentimientos de ansiedad.
La forma
más efectiva de vencer el temor es meditar en la Palabra de Dios. En tiempos de
dificultades, debemos aferrarnos a las verdades de la Biblia. Cuando los
pensamientos de Dios se vuelven parte de nuestra manera de pensar, el temor
desaparece y la fe crece.
(En Contacto)
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