La más
clara evidencia de que Cristo vive en ti es si usted posee este fruto: "La
caridad... no se irrita fácilmente" (1 Corintios 13:4-5).
La palabra
griega para irritar es "paraxuno", que viene de una raíz que
significa "ácido" y "rápido y repentino". Esta raíz también
tiene un significado adicional: "uno cerca de." En su conjunto, estos
significados se vuelven muy importantes: Ser provocado es perder los estribos
con comentarios ácidos, tener una rabieta y apuntar a alguien que está cerca de
ti.
En resumen,
la Biblia dice: "Si usted está en Cristo, amando incondicionalmente, ya no
será fácilmente provocado y sus mayores pruebas vendrán de las personas más
cercanas a usted: Su cónyuge, sus hijos, sus amigos"
Yo le
pregunto: ¿Fácilmente se enoja? ¿Con qué facilidad tiene su llamarada de mal
genio? Si usted está en Cristo, una voz se levantará dentro de usted cuando
esté enojado, gritando: "¡Señor, ayúdame! Espíritu Santo, ¡ayúdame a
calmar!"
Sólo unos
días antes de escribir este mensaje, tuve que practicar lo que predico. Mi
esposa, Gwen, dijo algo que inconscientemente apretó un botón dentro de mí.
Ella no lo dijo con esa intención, pero lo tomé de tal manera que me puso en
marcha. Rápidamente el calor me inundo bajo el cuello y mi boca vomitó un
torrente de comentarios ácidos, palabras acaloradas, enojadas, cada una mas
baja que la anterior.
Gwen trató
de disculparse (por algo que no había hecho), pero di la espalda y me fui a mi
estudio. Me senté durante una hora en la oscuridad, quejándome ante el Señor:
"Dios, ella me golpeó donde soy sensible y me dolió, ¡tenía que
responder!"
Sin embargo,
mientras trataba de orar, los cielos se hacían como de bronce. A la mañana
siguiente, cuando saqué mi Biblia para comenzar mi estudio diario, la página se
abrió en 1 Corintios y mis ojos se posaron sobre este versículo: "El
amor... no se irrita fácilmente".
De repente,
yo estaba mirando en el espejo de la Palabra de Dios y ¡vi la cara de un
predicador que fue provocado fácilmente! Mi corazón fue golpeado y grité:
"¡Oh, Señor, soy yo. Dios mío, perdóname!"
Inmediatamente
llamé a Gwen a mi oficina. Cuando entró, un poco desconcertada, yo sólo podía
apuntar al pasaje y le dije: "Cariño, lee esto. ¿Esto me describe, verdad?
Fácilmente soy provocado. Gwen, por favor, ¡perdóname!"
(Blog David
Wilkerson, fallecido)
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