Reviste
suma importancia que, como padres,
estemos muy pendientes de qué es lo que ven
nuestros hijos en la Internet o la televisión...
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Jaime se
iracundizó porque sorprendió a su hijo, en la habitación, viendo una película
obscena. ¡Estaba indignado! ¿Cómo era posible que él, un muchacho de doce años
apenas, estuviera viendo ese tipo de escenas? Le recriminó. “No sé dónde has
aprendido estas cosas”, le dijo, sin poder contener su furia.
El chico
agachó la cabeza. “Hace pocos días encontré una revista bajo el colchón de tu
cama. Iba a buscar periódicos viejos, y vi eso…”, argumentó con voz queda el
adolescente.
Jaime no
supo más que decir. Salió avergonzado. Reconoció que era culpable de lo que
estaba ocurriendo.
¿Le parece
conocido este incidente? Quizá usted lo vivió o alguien cercano. Descubre, en
carne propio, que la pornografía es un fenómeno peligroso, que muchas veces
nosotros los padres alimentamos.
Además,
damos demasiadas libertades a nuestros hijos con la televisión en su habitación
o acceso ilimitado a la Internet, sin preocuparnos de qué es lo que aprecian
ellos diariamente, y de qué están llenando su mente…
Esté pendiente de lo que ven sus
hijos
Con la
facilidad que tenemos de adquirir electrodomésticos, es muy común que
encontremos varios televisores en casa, dos computadores—uno de mesa y otro
portátil—y cada uno de los componentes de la familia con un moderno sistema de
celular. Cada uno chateando, sin importante el otro. Individualismo en su
máxima expresión.
Una
encuesta realizada por la Fundación Latinoamérica, entre audiencia de
Latinoamérica, señala que el 49% de los hogares tienen más de un receptor de
televisión en casa; el 65% de los menores de edad, gustan de ver programas a
solas, lo que literalmente les aísla de sus padres, el 60% de los padres
consideran que no está mal que sus pequeños tengan televisor en su habitación y
del conjunto de menores, sólo el 35% ven televisión acompañados.
El mayor
problema es, ¿qué tipo de programación ven nuestros hijos?¿De qué tipo de
información están llenando su mente (Cf. Filipenses 4:8)? Buena parte de lo que
reciben a través de programas, películas y documentales está asociado a
pornografía y violencia.
Los
progenitores no deben dejar en manos de la televisión la formación de sus
hijos, ya que como coinciden en asegurarlo los especialistas, la información
tergiversada lleva a comportamientos violentos, abusivos, inmorales, y por
supuesto, el afincamiento de los antivalores.
Refiriéndose
a la programación televisiva que ven nuestros hijos, el sicólogo Guillermo
González, señala que “…lo real es que tienden a imitar comportamientos, y para
que no naufraguen, deben tener otro tipo de información que los orienten sobre
cuál es la verdad, en el momento de analizar lo que ven”(Revista Nueva. Nro.
1273. Colombia. 12/06/2012. Pg. 47).
Muchas
veces a través de lo que ven nuestros hijos,
se convierten en víctimas de las
acciones
de nuestro enemigo espiritual,
de nuestro enemigo espiritual,
Satanás, que quiere dañar sus
mentes....
Ahora, ¿qué
hacer si descubrimos que nuestros hijos están consultando pornografía a través
de uno de los modernos vehículos de comunicación de los que disponen? El primer
consejo es no recriminarlos sino abrir puertas de diálogo con el fin de poder
explicarles el error en el que han incurrido.
La sicóloga
colombiana, Martha Mejía, señala respecto a que los chicos hayan visto imágenes
o películas inmorales, que es necesario “…hacerles saber a los adolescentes que
el sexo es un deber y un derecho del ser humano y no solamente disfrute del
momento. Explicarles que esa manera como están viendo el sexo, a través de lo
que difunde la pornografía, no corresponde a la realidad, y que sólo buscan
ganancias generando desinformación. Hacerles entender que el cuerpo es sagrado,
un templo, y que deben quererlo, cuidarlo y respetarlo”(Revista Nueva. Nro.
1273. Colombia. 21/06/2012. Pg. 46)
Recuerde,
debemos siempre estar atentos a la información que reciben y procesan nuestros
hijos. El sicólogo Guillermo González, enfatiza que “La educación sobre el
sexo debe impartirse en el hogar. Las
instituciones educativas son un complemento. Por tanto, es necesario acompañar
constantemente a los hijos para ver la televisión y darse cuenta con quién se
relaciona en la Internet. Es indispensable, como también lo es, que no nos de
miedo abrir constantemente el computador que consultan nuestros hijos, preparados,
porque es probable que en algún momento nos encontremos con sorpresas
desagradables y debemos guiarlos apropiadamente” (Revista Nueva. Nro. 1273.
Colombia. 21/06/2012. Pg. 46)
¿Está usted
atento a la información que reciben sus hijos? Hoy es el día que revise la
situación, y con ayuda de Dios, tome una decisión apropiada en cuanto al camino
que debe tomar. Y la forma sabia que debe asumir si se entera de que tienen
interrogantes respecto al sexo o si la información que reciben, viene siendo
tergiversada.
Asuma su responsabilidad
Nuestros
hijos son muy valiosos, y debemos cuidarlos, orientarlos e instruirlos. Esa es
la razón por la que no podemos delegar su formación al colegio o al llamado
monstruo de las pantallas y que se compone de tres cabezas terribles: el
televisor, el computador y los modernos teléfonos celulares.
Cuando
vamos a las Escrituras encontramos una exhortación que cobra particular
vigencia en nuestros días de parte del Señor Jesús: “De cierto os digo, que si no os volvéis y os
hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este
niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi
nombre a un niño como este, a mí me recibe. ” (Mateo 18:3-5)
Generalmente
cuanto queda grabado en la mente de los niños y adolescentes persiste en el
tiempo. Es más: gran parte de su comportamiento adulto toma fundamento en lo
que vio, oyo y experimentó durante la más tierna infancia y los años sucesivos.
Marcas que perduran
Conozco
infinidad de casos de personas que todavía están marcadas por el rechazo que
recibieron en su niñez, como también, tuve conocimiento de alguien que tenía un
comportamiento inmoral porque lo veía reiteradamente en su hogar.
La
pornografía y las enseñanzas tergiversadas que reciben a través de la
televisión, la internet o los modernos sistemas de comunicación, se anidan en
sus mentes donde—de acuerdo con estudios científicos—se almacenan bancos de
imágenes que terminan ejerciendo influencia en el comportamiento de la
personal. Muchos de quienes han sido acusados de violación, veían pornografía
en su infancia y llegaron a niveles muy profundos en su adicción, hasta que
quisieron materializarla.
Ahora,
quien abusa, rechaza o enseña –con mal ejemplo—un comportamiento perverso en un
niño, acarrea juicio, como enseñó el Señor Jesús: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de
estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una
piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es
necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el
tropiezo!”(Mateo 18:6-9)
Es
necesario que, en nuestra condición de padres, tomemos especial cuidado del tipo
de enseñanza que reciben nuestros hijos, los instruyamos apropiadamente y
permitamos que se edifiquen en principios y valores que trascienden en el
tiempo, y les cimentan para alcanzar el éxito en todas las áreas de su vida.
¿Ya recibió
a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida? Le hago esta pregunta porque es
fundamental y le permitirá determinar dónde se encuentra ahora y, por supuesto,
dónde pasará la eternidad. Si no le ha abierto las puertas de su corazón, hoy
es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que es la mejor decisión, de la que jamás se arrepentirá.
Por Fernando
Alexis Jiménez; Estudio Bíblico
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