En
ocasiones podemos llegar al punto en donde la espera para ver concretada
aquella promesa que recibimos de parte de Dios se hace muy larga.
Todos
aquellos que hemos recibido alguna promesa de parte de Dios podemos decir que
el esperar a que se concrete no es fácil, más aun cuando vemos que el tiempo
pasa y aquella respuesta que esperamos no llega y lejos de verse venir la vemos
cada día más lejos de cumplir.
Y es que la
desesperación por ver concretada dicha promesa puede llevarnos a desesperarnos,
a cansarnos o a simplemente renunciar a esa espera y olvidarnos de lo
prometido.
Nuestra
actitud frente a la espera muchas veces no es la correcta. Y es que la mayoría de
nosotros quisiéramos ver respuestas instantáneas, rápidas, pero la realidad es
que Dios trabaja en un tiempo perfecto suyo y no mío.
Cuando Dios
te hace una promesa, Él la cumplirá, lo único que necesita de nosotros es que
sigamos creyendo, pero el cansancio por la espera nos puede llevar a desistir o
renunciar a recibir aquello que tanto anhelábamos.
La Biblia
dice sobre Dios: “Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para
que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” Números
23:19 (Reina-Valera 1960). En pocas palabras Dios cumple lo que promete.
Este mismo
versículo en otra versión de la Biblia dice: “»¡Dios no es como nosotros! No
dice mentira alguna ni cambia de parecer. Dios cumple lo que promete.” Números
23:19 (Traducción en lenguaje actual).
No dejes
que el cansancio de la espera agote tu fe, no permitas que el tiempo que pase
te haga creer que Dios ya no cumplirá lo prometido. Al contrario, sigue
creyendo, aférrate a su Palabra y a la promesa de que él cumple lo que promete.
No importa cuánto
tiempo pase, porque lo que si tienes que estar seguro es que Dios cumplirá en
un tiempo el cual es perfecto como Él mismo.
Dios tiene
los tiempos medidos, a Él no se le escapa detalle alguno y aunque muchas veces
pensemos que se ha olvidado o a cambiado de parecer sobre una promesa en
concreto, debes recapacitar y recordar que su memoria es perfecta y sus
promesas se cumplirán tal y como las declaro.
¡Que la
espera no agote tu fe! ¡Fortalece tu fe en su presencia! ¡Ve y búscalo!
Autor: Enrique Monterroza
(Devocional Diario)
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