Apocalipsis 17 : 1
Y vino uno de los siete ángeles que
tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te
mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre
muchas aguas;
2
con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.
3
Y me llevó en el Espíritu al desierto; y
vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de
blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4
Y la mujer estaba vestida de púrpura y
de escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en
su mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la suciedad de su
fornicación;
5
y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
6
Y vi a la mujer embriagada de la sangre
de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi,
quedé maravillado con gran asombro.
El capítulo
16 describe el castigo de aquellos que adoran a la bestia. Los capítulos 17 y
18 describen la destrucción de Babilonia. El capítulo 19 describe la
destrucción de la bestia y el falso profeta. Y el capítulo 20 describe el final
de Satanás. Compare con Heb. 10:12-13 en donde Cristo espera a que sus enemigos
se conviertan en estrado de sus pies.
La clave
para leer este pasaje en Apocalipsis, cap. 17-18, por primera vez es entender
que Dios se está refiriendo a Roma como la mujer y al emperador (o imperio)
como la bestia. El Imperio Romano se extendía sobre una gran área geográfica y
había conquistado muchos reinos. Estos reinos debían extender su lealtad a
Roma. El emperador vivía en forma extravagante como la mayor parte de Roma, y
grandes cantidades de artículos de lujo y de esclavos eran importadas hacia
Roma. De aquí el lamento sobre su caída por parte de los mercaderes y pilotos
de barcos que habían perdido sus negocios. Para entonces había una gran
inmoralidad dentro de Roma y ésta se había extendido a las provincias
circundantes, por ejemplo Corinto. Las cartas a los Corintios fueron escritas
para corregir muchos de los problemas que esto traía aparejado. Encontramos en
Apocalipsis a la mujer Jezabel que se da como ejemplo de esto dentro de la
iglesia de Tiatira (2:20). Roma también persiguió a los santos, lo que se
menciona en este capítulo. Recuerde que Juan estaba en Patmos por su fe.
Recuerde también que emperador e imperio son intercambiables. Así que Roma y su
imperio son su modelo para estos capítulos. Sin embargo, hay un significado más
profundo porque Juan está usando el término general, Babilonia, y no
específicamente Roma, así que no se aplica sólo a aquellos tiempos sino que se
extiende hacia delante en el tiempo para cubrir todos los futuros regímenes
impíos de los que Roma es su ejemplo corriente, pero que alcanzarán su clímax
con el imperio del anticristo.
La mujer es
la personificación de aquella ciudad terrenal que puede verse en contraste con
la ciudad celestial de Nueva Jerusalén. Ella es una falsificación terrenal de
la ciudad celestial. Está cubierta de joyas preciosas, perlas y oro, al igual
que la Nueva Jerusalén. Se la debe contrastar con la mujer del capítulo 12 que
representa a los elegidos de Dios y que está vestida del sol, con la luna
debajo de sus pies y una corona de las doce estrellas sobre su cabeza. Ella es
la copia terrenal de la sociedad celestial de Dios, que es Su iglesia. Ella es
el mundo que es la sociedad humana, organizada independientemente y que desafía
a Dios. La vemos en Caín, que asesinó a su hermano y salió de la presencia del
Señor para fundar una ciudad (Gn. 4:16-17). La vemos en Babel en donde la
humanidad, en rebelión contra Dios, conspiró en conjunto para hacer una torre
que llegara hasta el cielo (Gn. 11:4), una religión de obras. Vemos que mujer y
la ciudad son una ciudad compuesta: Egipto, Sodoma y la Jerusalén terrenal (11:8).
Siendo un ejemplo, representa la religión falsa o apóstata como la Jerusalén
terrenal que persiguió a los profetas y crucificó a nuestro Señor. También
representa al mundo con los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida (1 Jn. 2:16). Representa el poder mundial, las riquezas
del mundo, el comercio mundial, las religiones del mundo y el comercio y la
cultura del mundo. Su destrucción ocurre con la séptima copa (16:17) cuando un
terremoto gigantesco hace que las grandes ciudades de la naciones sean
destruidas, la gran ciudad de Babilonia es partida en tres. En Babel comenzaron
a construir una ciudad con una torre que llegaba hasta el cielo a fin de
hacerse un nombre para ellos, pero Dios los había esparcido alrededor del mundo,
y aun hoy todas las principales ciudades del mundo compiten para construir
rascacielos más altos que el otro. Uno sólo tiene que pensar en Manhattan con
sus grandes rascacielos, las torres gemelas del World Trade Center, que son
monumentos a los logros del hombre. Cuando estos sean destruidos el comercio
será destruido y los que lo usaban para enriquecerse harán luto por su
desaparición. Hailey comenta que ella es el tercer método que usa Satanás para
destruir a la iglesia, después de las dos bestias que representan el poder
político y la religión falsa o la doctrina falsa. Ella representa el mundo de
la lujuria, todo lo que apela a la carne, a la mente o nos induce o seduce
lejos de Dios, de la misma forma que ha seducido exitosamente a los reyes y a
los habitantes de la tierra lejos de Dios.
Al
considerar la identidad de la mujer, deben considerarse los siguientes puntos:
Se la describe como la prostituta, lo que
contrasta con la novia (la iglesia)
Babilonia, la ciudad terrenal, debe ser contrastada
con la ciudad celestial, la nueva Jerusalén
La gran ciudad es descrita figurativamente
como "Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado"
(11:8)
Se sienta sobre muchas aguas, que son
pueblos, multitudes, naciones y lenguas
Se la debe distinguir de la bestia sobre la
cual se sienta y que la destruye
Es la ciudad de poder, lujo excesivo y gran
riqueza
Ellla persiguió a los santos
Gobierna sobre los reyes de la tierra
Está asociada con la música, el comercio,
la agricultura, el matrimonio, los mercaderes y la persecución
Con ella los reyes de la tierra cometen
adulterio y los habitantes son intoxicados con el vino de sus adulterios
En vista del énfasis del libro en que sólo
Dios debe ser adorado, debe ser vista como la tentadora que tienta a los
hombres a alejarse de Dios
v. 1 - Vino
entonces uno de los siete ángeles que tenían la siete copas, y habló conmigo
diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que
está sentada sobre muchas aguas - Esto da comienzo a una nueva escena. La
destrucción de la gran ciudad ya ha sido mencionada en la séptima copa (16:19).
Esto se amplía ahora en estos dos capítulos. Uno de los siete ángeles que tenía
las siete copas llena de las siete plagas le mostró a Juan el castigo de la
gran prostituta. Compare esto con el mismo ángel que le mostró a Juan la novia,
la esposa del Cordero. Una es castigada; la otra se convierte en la esposa del
Cordero (ver 21:9). La palabra griega para castigo (krima) se traduce en otras
partes como juzgado (18:20 cf. 20:4). La gran prostituta claramente debe ser
contrastada con la novia, la esposa del Cordero, la Nueva Jerusalén y podría
ser entonces la iglesia apóstata, aunque no parece haber mucho aspecto religioso
en ella (es mucho más probable que la iglesia apóstata sea llamada adúltera).
Hay varias referencia a la gente que se prostituye. Algunas son sobre los
paganos (Ex. 14:15) pero otros están relacionados con el pueblo de Dios (Dt.
31:16, Ez. 16:15). La raíz de la prostitución mencionada aquí es la idolatría,
la avaricia (Col. 3:5); es tremendamente rica. Una prostituta vende su cuerpo
por dinero. Babilonia vende su alma por la riqueza y el poder sobre los reyes
de la tierra que son sus amantes. Uno se acuerda de las palabras de Jesús en
Mt. 16:26, "¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y
perdiere su alma?" Se la llama la "gran" prostituta. Compare
esto con la expresión "Babilonia la grande". Sin embargo se da una
referencia velada a Babilonia en 11:8 donde la gran ciudad es donde yacen los
cuerpos de los dos testigos (la iglesia) y la gran ciudad es descrita como
"en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro
Señor fue crucificado". Hay aquí una referencia a la Jerusalén terrenal,
el hogar de los fariseos que Jesús castiga en términos que no admiten dudas.
Babilonia está también asociada estrechamente con la bestia que tienen a la vez
poder político y eclesiástico como se muestra en el capítulo 13. Así, la gran
prostituta es la gran ciudad, que es Babilonia. Representa el sistema mundial
que incluye a la iglesia apóstata que es tan mundana que es parte del mundo. Se
sienta sobre muchas aguas que luego se explican como "pueblos, multitudes,
naciones y lenguas" (17:15). Esta expresión en cuatro partes significa que
gobierna todo el mundo.
En la
Biblia otras ciudades son descritas como prostitutas. Nínive por su brutalidad
(Nah. 3:4) y Tiro por su mundanalidad que involucraba el comercio con todas las
naciones (Is. 23:15-15, Caird). Jerusalén es condenada por su injusticia (Is.
1:21-23, "¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel?" Adorar
a otros dioses es asemejado a la prostitución (Ex. 34:14-17, Lev. 17:6-7). La
idolatría es también prostitución (Lev. 17:6-7, Ez. 16:17, 23:49). La mayoría
de las referencias en el Antiguo Testamento a la prostitución se refieren a la
apostasía espiritual en la adoración de ídolos de Israel o Jerusalén (ver Ez.
16:1 ff., Lev. 20:4-6, Dt. 31:16, 2 Cr. 21:11, Jer. 2:19-21, Jer. 3:1-3, Ez.
23:49, Oseas 9:1. En Num. 15:38-39 a los israelitas se les dice que obedezcan
los mandamientos de Dios y que no se prostituyan yendo detrás de sus corazones
y de sus ojos.
Como con
otras descripciones figurativas de la gran ciudad, como Egipto, Sodoma y Jerusalén
(16:19), Babilonia es una ciudad compuesta como Nínive, Tiro y Jerusalén
indican más arriba. Las endechas de lamentación sobre la destrucción de
Babilonia en el próximo capítulo son tomadas principalmente de los cantos de
ruina sobre Tiro, Nínive y Babilonia en el Antiguo Testamento. No hay ninguna
evidencia concluyente que sugiera que Babilonia sea la iglesia apóstata. Esta
idea es más probable que haya surgido de la escuela historicista durante los
tiempos de la Reforma, que veía a la Iglesia Católica Romana como Babilonia.
Aunque debería ser contrastada por cierto con la Nueva Jerusalén (la iglesia),
Walvoord dice que el capítulo 17 se refiere a la Babilonia eclesiástica, y el
capítulo 18 a la Babilonia política. Su argumento principal es que está sentada
sobre la bestia, la que representa el poder político, y que en consecuencia
ella debe representar el poder eclesiástico. Que esté sentada encima de la
bestia sugiere que la bestia la sostiene y, por otro lado, que está en un papel
dominante, al menos exteriormente. Ha habido sugerencias también de que
Babilonia es el falso profeta o la segunda bestia que ya no es necesario para
sostener el poder de la primera bestia. Esto haría que la trama tenga sentido,
pero no hay evidencia sustancial que apoye este punto de vista. Que la iglesia
apóstata sea parte de Babilonia es cierto. Sin embargo, el modelo de Egipto,
Sodoma y Jerusalén indica esto también, así como la Jerusalén apóstata es
llamada prostituta junto con Nínive y Tiro.
v. 1 - Ven
acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada
sobre muchas aguas - El ángel quiere mostrarle a Juan su castigo y destrucción,
que son descritas en v. 16 y en la séptima plaga (16:19) y en 18:8. Encontramos
aquí, en los capítulos 17 y 18, tanto una descripción como un castigo de uno de
los enemigos de la iglesia. La destrucción y castigo del resto de sus enemigos
se tratan después. No debe ser confundido con la mujer de Ap. 12 La mujer es la
ciudad de Babilonia (ver v. 18). Es insolente, orgullosa e idólatra. Se llama a
sí misma la reina eterna (Is. 47:7). Ver también la descripción de Tiro en Ez.
27, 28. Tiro es también un tipo de Babilonia. Un lamento sobre la caída de Tiro
se usa como base para el lamento de los mercaderes y los capitanes de barcos en
18:11-19. Babilonia indica el mundo de la industria, comercio, arte y cultura
que intentan inducir y seducir al creyente lejos de Dios. La descripción del
rey de Tiro en Ez. 28:12 se piensa a menudo que describe el origen de Satanás
(ver también Is. 47:7-13 para una descripción de Babilonia y Is. 23,
especialmente v. 17, donde Tiro "volverá a comerciar, y otra vez fornicará
con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra". Se la describe
en Ap. 17:18 como "la gran ciudad que reina sobre los reyes de la
tierra". En el tiempo de Juan sería Roma, que había conquistado a muchas
naciones. Como prostituta, seduce a la gente fuera de Dios y hace que sean
infieles, así como una prostituta seduce a los hombres de sus esposas, ella
hace multiplicar a los infieles entre los hombres (Prov. 23:28). Las aguas son
explicadas en 17:15, como "pueblos, muchedumbres, naciones y
lenguas." Note esta descripción en cuatro partes, que indica que su reino
se extiende sobre los Cuatro Rincones del mundo. Sin embargo, muchas aguas es
probablemente una referencia a los canales de irrigación de la antigua
Babilonia (Jer. 51:13). Ella también está sentada sobre la bestia del agua
(muchas aguas) que tiene autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación
(13:7).
v. 2 - con
la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se
han embriagado con el vino de su fornicación - El adulterio aquí es su
adulterio espiritual, que es seguir a los ídolos y los deseos de sus propios
corazones en vez de obedecer los mandamientos de Dios. Se menciona también la
avaricia como idolatría (Col. 3:5) como en el materialismo del mundo moderno.
La mujer se prostituyó en desafío de Dios y los reyes y las naciones la siguen
en desobedecer los mandamientos de Dios. Al hacerlo se intoxican como con vino
y no entienden sus propias acciones. Un ejemplo de la prostituta es el comercio
de Tiro (Is. 23:17, "y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos
los reinos del mundo sobre la faz de la tierra") cuyo pecado básico es el
materialismo. Los reyes de la tierra se unen a la mujer en sus pecados, y al
hacerlo son infieles a su Creador. Los reyes se unen a Roma en buscar riqueza y
poder. Swete habla de reyes de la tierra como gobernadores de territorios, que
han sido absorbidos por el Imperio o son aliados a él, y han promovido sus
objetivos. El adulterio del que son culpables estos reyes es compra el favor de
Roma al aceptar su soberanía y con ella sus vicios y sus idolatrías. Si Roma
era la tentadora, las naciones y sus gobernantes se mostraron listos para
satisfacerla. Pocos reyes de este tipo quedaban dentro del Imperio, pero Juan
está hablando del pasado. Él podía recordar, por ejemplo, los príncipes de la
familia de Herodes. Los reyes se han unido a ella en sus pecados, como lo hace
el resto del mundo que sigue el ejemplo de los reyes. Dos veces más, en 18:3 y
18:9, hay referencias a los reyes de la tierra que cometen adulterio con ella.
En ambas hay referencias a sus lujos, es decir su materialismo. Jesús advierte
a sus discípulos que estén en guardia contra todo tipo de avaricia, y que la
vida del hombre no consiste en la abundancia de sus posesiones (Lc. 12:15).
v. 2 - y
los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación - No
sólo los reyes sino los habitantes de la tierra están ebrios con su vino. Los
habitantes de la tierra agregan esto a sus pecados. Están ebrios con su vino,
así como persiguen a los santos (6:10), se regodean sobre su muerte (11:10),
adoran a la bestia (13:8) y en 17:8 están aquelos cuyos nombres no están en el
libro de la vida del Cordero. En 14:8 ya hemos oído la descripción de Babilonia
como la ciudad que hizo que las naciones bebieran el vino enloquecedor de sus
adulterios. Ver la descripción de Jeremías de su caída en Jer. 51:7, "Copa
de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su
vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones". El
mundo es seducido por su esplendor y la copa de oro en su mano que está llena
de cosas abominables. En Ef. 5:18 se nos recuerda que su embriaguez lleva a la
disolución (pecado desenfrenado). En Nahum 3:1-7, Nínive es condenada porque
"seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus
hechizos" (v. 4); era una "ciudad sanguinaria, toda llena de mentira
y rapiña, sin apartarse del pillaje" (v. 1); se la describe como que tiene
"la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra
de hechizos" (v. 4). Podemos ver de aquí de dónde Juan consiguió parte de su
lenguaje. Hughes comenta que aun una gran ciudad que una vez fue fiel
(Jerusalén) puede volverse una prostituta (Is. 1:21). De aquí la distinción
entre la vieja Jerusalén que se ha vuelto la ciudad de este mundo caído y la
nueva Jerusalén, la ciudad de Dios, que viene de arriba y es libre y pura (Gal.
4:25, Heb. 11:10, 16, 12:22, 13:14, Ap. 3:12, 21:2). La fornicación y la
prostitución que se mencionan acá son simplemente la infidelidad a Dios, que se
vuelve una expresión de orgullo no santo y la ambición centrada en el humano,
en odio y violencia, en vicio e inmoralidad, y en todo tipo de idolatría que,
sea adoración a las imágenes o adoración del dinero o del poder mundial, es la
adoración de la criatura en vez del Creador (Hughes). En términos simples podemos
decir que el mundo es mundano; se ha entregado a las cosas de este mundo en vez
de a las cosas de Dios (1 Jn. 2:15 ff. , Col. 3:2). El engaño de la riqueza y
el deseo de otras cosas vienen a distraer a una persona de Dios (Mr. 4:19).
v. 3 - Y me
llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia
escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos
- Juan fue llevado en el Espíritu (ver también 1:10, 4:2, 21:10). En el
desierto, donde no hay distracciones y está a salvo de ella, la ve como
realmente es (xxxx). La ve sentada sobre la bestia, lo mismo que la bestia del
mar (13:1). En el cap. 13 la bestia es descrita como teniendo "siete
cabezas y diez cuernos; y en sus cuerpos diez diademas; y sobre sus cabezas, un
nombre blasfemo". Su color escarlata también la conecta con la mujer que
está vestida de escarlata. Algunos relacionan el escarlata con el rojo del
dragón, pero en realidad las palabras griegas son distintas. Sin embargo las
siete cabezas y los diez cuernos están de acuerdo con la descripción del dragón
en 12:3. La cercanía de la mujer a la bestia está indicando una conexión
cercana entre ambos. La bestia está cubierta de nombres blasfemos (cf. 13:1, 5)
lo que indica su desprecio por Dios y Su pueblo, a quienes la mujer persigue
(17:6). La mujer está sentada sobre la primera bestia del mar, es decir que
está apoyada por el poder político de la bestia, y por tanto por Satanás. El
hecho que esté sentada sobre la bestia indicaría que está en control, pero esto
es ilusorio. Tenemos que pasar tiempo en el desierto sin distracciones mundanas
para verla tal como realmente es (xxxx). Hay claramente una relación estrecha
entre la mujer y la bestia, porque la mujer está sentada sobre la bestia. Ella
está ebria con la sangre de los santos (ver v. 6) y la bestia también hace
guerra contra los santos (13:7). Ambos persiguen a la iglesia; actúan en
conjunto. Algunos ven en esto la alianza entre la iglesia y el estado; la mujer
eclesiástica monta a la bestia y está en control de la bestia, o el estado.
v. 4 - Y la
mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras
preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de
abominaciones y de la inmundicia de su fornicación - La tela púrpura y
escarlata era muy cara y sólo sería usada por los ricos (ver el hombre rico en
Lc. 16:19). Su riqueza también se indica por el hecho que brillaba con oro,
piedras preciosas y perlas (ver también la descripción de Tiro en Ez. 27:22).
Los mercaderes en 18:16 describen a la gran ciudad como "vestida de lino
fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas
y de perlas". Debe notarse que estaba "adornada de oro, de piedras
preciosas y de perlas" y por lo tanto tiene alguna similitud con la Nueva
Jerusalén que es descrita también como hecha de oro puro, decorada con todo
tipo de piedra preciosa y perlas (21:18-21). Es, por lo tanto, una copia
terrenal de la nueva Jerusalén, la ciudad de Dios. Es una falsificación;
Satanás copia lo que Dios crea (xxxx). En 17:18 la mujer es descrita como la
gran ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra, lo que es una alusión a
la Roma del tiempo de Juan. La Roma de ese día era muy rica y extravagante. Las
perlas era apreciadas en especial, y para mostrar su riqueza la gente solía
disolver una perla preciosa en vino y la tomaría (Barclay).
En v. 2
encontramos que "los moradores de la tierra se han embriagado con el vino
de su fornicación"; ahora vemos la copa de oro en su mano de la cual la
gente tomó, que estaba "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su
fornicación". La mujer tiene el atractivo de su apariencia atrayente pero
su copa de oro está lleno de inmundicia (Jer. 51:17). La copa de oro parece
atractiva por afuera y tiene éxito en seducir a los hombres lejos de Dios, que
en consecuencia se vuelven sucios. Juan está describiendo el espíritu del mundo
y "todo lo que brilla". La ve como Dios la ve, tal como es. El mundo
y su atractivo están descritos por Juan en 1 Jn. 2:16, "todo lo que hay en
el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo". Algunos también señalan que
la púrpura y la escarlata son la vestidura eclesiástica de la Iglesia Católica
Romana, que en algunas ocasiones involucra joyas brillantes y, por supuesto, la
copa de oro. El lado eclesiástico de la prostituta se encuentra también en v.
6, donde esta ebria con la sangre de los santos. En su mano hay una copa de
oro, otro símbolo de lujo y riqueza, de donde uno esperaría una bebida pura y
deliciosa. Pero, en cambio, está "lleno de abominaciones y de la
inmundicia de su fornicación (xxxx)". "Esto resume las cosas
detestables de su adoración de los ídolos, sus vicios y las corrupciones que el
mundo ofrece y por el cual quiere seducir a la humanidad. El mundo podrá servir
su bebida en una copa de oro, pero lo que ofrece es abominable a la vista de
Dios, y conduce a la degradación y a la muerte (Prov. 9:13-18). Contiene todo
lo que apela a los deseos de la carne, el deseo de los ojos, la vanidad de la
vida, pero resulta en consecuencias sucias y bajas. Aunque Babilonia ofrece la
copa al mundo, ella a su vez se vuelve una copa de oro en la mano de Dios para
enloquecer a las naciones (Jer. 51:7). Ella tiene en su mano la copa de su propia
auto-destrucción a medida que las consecuencias de sus pecados se vuelven
contra ella (cf. v. 16)," (ver Hailey). La raíz de sus abominaciones está
en la idolatría (Dt. 7:25, 2 Pedro 4:3). Un ejemplo contemporáneo de la copa de
la inmundicia del mundo es la televisión que muestra muchas cosas que a los
ojos de Dios son una abominación, "lo que los hombres tienen por sublime,
delante de Dios es abominación" (Lc. 16:15). Caird señala que la palabra
griega bdelygma (obscenidad) es la misma palabra usada en "abominación
desoladora" (Mr. 13:14).
Jesús usó
la metáfora de la copa para describir a los fariseos que parecían justos por
afuera (limpiaban la parte de afuera de la copa) pero por dentro estaban llenos
de avaricia y auto-indulgencia (Mt. 23:25). También usó la metáfora de una copa
para describir su propio sufrimiento, cuando tuvo que tomar la copa que Dios le
había dado (Mt. 26:39, Jn. 18:11). En la comunión también tomamos de la copa
para recordarnos de Su sufrimiento cuando tomó de la copa del Padre hasta el
final (1 Cor. 11:25), para que no tengamos que tomar la copa de la ira de Dios.
La copa de
oro contiene aquellas cosas que seducen e inducen a los hombres lejos de Dios.
La copa promete placer, poder y riquezas pero tomar de la copa de ella resulta
en destrucción. La forma de Dios es tomar la copa de la negación propia y su
bebida resulta en la vida eterna. El uso de la copa aquí, llena de inmundicia,
también contrasta con la copa de vino de la furia de Su ira, que le dio a
Babilonia la grande (16:19). En 18:6 el ángel dice que Dios le preparará una
porción doble de su propia copa. En 14:10 la misma metáfora es usada, los que
adoran a la bestia beberán también de la copa del vino de la ira de Dios. De la
misma forma que ella le ofreció al mundo tomar de la copa de su inmundicia y
sus abominaciones, así ella y aquellos que toman de su copa tomarán de la copa
de la ira de Dios. Tanto los que pecan como aquellos que causan el pecado serán
castigados por igual (Mt. 18:7).
v. 5 - y en
su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS
RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA - Su nombre revela su verdadero
carácter. Esto presenta a la mujer como Babilonia, la gran ciudad. Babilonia ya
ha sido mencionada por el segundo ángel en 14:8 y en la séptima copa cuando un
terremoto partió a la gran ciudad (Babilonia) en tres. Babilonia la grande es
entonces presentada. Babilonia es mencionada también más figurativamente como
"Sodoma, y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado"
(11:8). Ahí encontramos una definición de Babilonia que consiste en
inmoralidad, crueldad y persecución. Las ciudades concentran todo lo peor de la
humanidad. Babilonia está identificada como la gran ciudad en 18:10 y se la
describe como la ciudad de poder. La mujer es también identificada claramente
por el ángel como la gran ciudad en 17:8, "la mujer que has visto es la
gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra." En 18:17 se la
describe como teniendo gran riqueza. Se la llama la madre de las prostitutas, y
multiplica los que son infieles a Dios (Prov. 23:27). Una madre produce más de
su propio tipo. Una prostituta vende su cuerpo por dinero. Babilonia vendió su
alma por la riqueza y el poder (Mt. 16:26, "¿qué aprovechará el hombre si
ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"). La palabra misterio no
debería ser parte de su nombre. Misterio, en el sentido bíblico, significa algo
desconocido para los no iniciados pero que será obvio para los iniciados. Le
misterio es revelado por el ángel, empezando en v. 7. Otros grupos tienen
nombres sobre sus frentes, los que tienen la marca de la bestia (13:16, 14:9),
los 144.000 que tienen el nombre de su Padre escrito sobre su frente (14:1,
22:4). Varios autores señalan que las prostitutas romanas usaban sobre sus
cejas rótulos inscritos con sus nombres (Morris).
De acuerdo
con Horton, el nombre "Babilonia" es la forma griega de la palabra
hebrea Babel, que se deriva del hebreo balal, "confundir", que
produjo el sustantivo Balbel, que evolucionó para que la primera l fuera
asimilada a la segunda b (ver Gn. 11:9). Los griegos solían agregar
terminaciones a sus nombres, así que la cambiaron a Babilonia. Babilonia estaba
construida en el sitio de Babel. Ellos quisieron construir una ciudad con una
torre (Gn. 11:4). La torre representa la religión humana del esfuerzo propio.
También representa la unión de la política y la religión. Milligan destaca que
Babilonia significa "ciudad de confusión" (ver Gn.11:9). La mujer
debe ser vista como la ciudad de la bestia que es Babilonia. La primera ciudad
fue fundada por un asesino, Caín, que no entendió los principios de la
verdadera religión como lo hizo Abel (Gn. 4:17). Abel reconoció que se requería
un sacrificio para agradar a Dios. Está también el vínculo con la mujer Maldad
de Zac. 5:6-11 que fue transportada en una cesta para medir a la tierra de
Babilonia donde se le construiría una casa; la implicación es que Babilonia es
donde mora toda la maldad. En el versículo que estamos estudiando Babilonia la
Grande es la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra. En
18:23 se la describe como la ciudad que por sus hechizos mágicos engañó a las
naciones. En 14:8 hizo que todas las naciones bebieran el vino enloquecedor de
sus adulterios. Cuando las lenguas de la gente en Babel fueron confundidas, su
maldad se extendió alrededor del mundo, así que todas sus religiones e
idolatría también se extendieron alrededor del mundo. El reino de la bestia
ejercita poder político y religioso como se muestra en capítulo 13: la bestia
del mar (político) y la bestia de la tierra (religioso). Así, la bestia intenta
terminar el proyecto y crear un reino que Dios dijo que no debía ocurrir. Para
hacer esto la bestia usa la religión (la imagen de la bestia) para unificar al
mundo, en tanto que anteriormente el mundo estaba unificado por una sola
lengua.
v. 6 - Vi a
la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de
Jesús - No sólo hace que otros se embriaguen (14:8, 17:2) sino que ella misma
está ebria con la sangre de los santos. Estar ebrio con sangre es una figura
del deseo de violencia. La ciudad es descrita figurativamente como Sodoma,
Egipto y Jerusalén en 11:8. Jerusalén significa la religión de los fariseos y
saduceos que matan a los profetas y apedrean a los enviados a ella, además de
crucificar a nuestro Señor. Ella persigue a los santos, tipificada por la vieja
Jerusalén que mataba a los profetas (Mt. 23:37, Ap. 11:8). Ebria porque no
saben lo que hacen (Lc. 23:34). Juan probablemente tiene en mente especialmente
al sumo sacerdote y a principales sacerdotes que crucificaron a Jesús (11:8,
cf. Jn. 19:15). Pero no sólo Jesús fue crucificado sino Sus seguidores también
lo serán (Mt. 23:34). Roma persiguió a los santos especialmente durante el
tiempo de Nerón y Domiciano, y más tarde durante la Reforma. Si bien es
principalmente la riqueza y el comercio de Babilonia que se describe aquí, hay
un costado religioso en ella que persigue a los santos. Ella los persigue por
que no beben su vino y por medio de sus vidas la condenan. Se siente sobre la
bestia quien hace guerra ella misma contra los santos (13:7) y en este respecto
hace alianza con ella y lleva a cabo su trabajo, haciendo la obra de Satanás
que está haciendo guerra contra los que obedecen los mandamientos de Dios
(12:17).
v. 6 - y
cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro - El asombro de Juan era porque
ve a la mujer montada sobre la bestia espantosa, y ve la atracción del mundo
tal como es. Estaba en el Espíritu en ese momento así que vio la realidad
espiritual. La vio como Dios la ve. Quiera Dios abrir nuestros ojos
espirituales también.
29. 1. El
misterio de la mujer y la bestia, explicado (17:7)
(Ap. 17:7) Y el ángel me dijo: ¿Por qué te
asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la
cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. {8} La bestia que has visto,
era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de
la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del
mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y
será. {9} Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete
montes, sobre los cuales se sienta la mujer, {10} y son siete reyes. Cinco de
ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es
necesario que dure breve tiempo. {11} La bestia que era, y no es, es también el
octavo; y es de entre los siete, y va a perdición. {12} Y los diez cuernos que
has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora
recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. {13} Estos tienen un
mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. {14}
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de
Señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y
fieles. {15} Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se
sienta, son pueblos, y muchedumbres, naciones y lenguas. {16} Y los diez
cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán
desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; {17}
porque Dos ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de
acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
{18} Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la
tierra.
v. 7 - Y el
ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de
la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos -
Juan se asombra de la mujer y la bestia, el ángel lo reprende apenas a Juan, y
explica el misterio de la mujer y la bestia. Esto probablemente traiga más
problemas que los que soluciona. El ángel describe con detalle a la bestia
primero porque es el más importante. La caída de la mujer se describe en
detalle más adelante. La bestia es la que sale del mar (13:1) y sobre la que se
sienta la mujer (17:3).
v. 8 - La
bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición
- "La bestia que has visto" es la bestia de 17:3. La descripción de
la bestia que "era, no es, y será" está en contraste con Dios que es,
era y vendrá (1:4, 1:8, 4:8). La carrera de la bestia parodia la del Cordero,
porque el Cordero desciende del cielo y vuelve al cielo, en tanto que la bestia
asciende del Abismo y luego desciende allí. Por lo tanto, puede ser considerado
"un" o "el" anticristo. Anti no significa
"contra" sino la antítesis (opuesto), o "en vez de"; es una
falsificación. Juan lo define como el hombre que niega que Jesús sea el Cristo
(1 Jn. 2:22) y Pablo dice que, "se opone y se levanta contra todo lo que
se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios
como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tes. 2:4). La bestia "no
es" significa que no está ahora en la escena mundial que anticipa su
aparición futura, y es por lo tanto una advertencia a la iglesia. De la misma
forma el v. 10 los coloca en el reino del sexto rey. La bestia sube del Abismo
y vuelve a su destrucción en el Abismo o infierno. Esto enfatiza la naturaleza
satánica de la bestia al venir del pozo del infierno y recibir su autoridad de
Satanás (13:2, cf. 9:1, 9:11, 11:7, 20:3). Esto podría ser una referencia a
Nerón que una vez fue, ahora no es (se suicidó) y vendrá de nuevo, una
referencia quizás a una persecución renovada bajo Domiciano. Es más probable
que se refiera al anticristo final o el hombre de pecado que está destinado a
su destrucción (2 Tes. 2:3) del cual Nerón y Domiciano serían tipos. En 13:3
encontramos que la bestia tenía una herida mortal que había sido sanada.
v. 8 - y
está para subir del abismo - Ver 11:7: cuando los dos testigos han terminado su
testimonio, entonces la bestia que sube del Abismo los atacará y los vencerá.
Es la misma bestia que hace guerra contra los santos y los vence (13:7). Sale
del Abismo, que es la morada de los demonios. El hecho de que salga del Abismo
lo vincula con Satanás que es el ángel del abismo (9:11).
v. 8 - e ir
a perdición - Será arrojado al lago de fuego, junto con el falso profeta y, más
tarde, Satanás (ver 19:20).
v. 8 - y
los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la
fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que
era y no es, y será - Juan estaba asombrado cuando vio a la mujer. El mundo se
asombrará cuando vea a la bestia (ver también 13:3, donde el mundo se asombra
de la herida mortal que había sido sanada). Esto podría ser una referencia al
mito de Nerón redivivo, en que Domiciano sería visto como Nerón resucitado. Hay
algo acerca de la reaparición de la bestia que asombra al mundo, probablemente
porque será tan inesperado como lo será la Segunda Venida de Cristo. Será una
sorpresa para el mundo que hará lamentación por Su venida. Pero los santos que
están en el libro de la vida no serán engañados por él; aquellos conocen a su
Dios lo resistirán firmemente (Dn. 11:32).
v. 9 -
Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes,
sobre los cuales se sienta la mujer - Por segunda vez en el libro se requiere
sabiduría, así como se requiere sabiduría para calcular el número de la bestia
(13:18). La bestia tiene siete cabezas que son los siete montes sobre la que se
sienta la mujer. Esto la identifica con la Roma del tiempo de Juan. La gran
ciudad es más que sólo Roma, pero Roma era el ejemplo supremo en ese tiempo. Su
lujo excesivo, su orgullo y su persecución eran bien conocidos, como sus siete
montes. Johnson señala que la palabra traducida acá como montes (oros:G3735) se
traduce en otras partes de Apocalipsis como montaña. También señala que los
siete montes se refieren a la bestia y no a la mujer. Las montañas
alegóricamente se refieren a los poderes del mundo en los Profetas (Is. 2:2,
Jer. 51:25, Dn. 2:35, Zac. 4:7). Ver Dn. 2:35, "mas la piedra que hirió a
la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra". La expresión
en el próximo versículo que son también siete reyes identifica a las montañas
como siete reyes.
v. 10 - y
son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido;
y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo - Se requiere sabiduría una
vez más. Las siete cabezas de la bestia son siete montes y también siete reyes.
Son siete encarnaciones de la bestia y el número siete debe ser tomado
simbólicamente. Cinco han caído y uno es y otro aún no ha venido. Así que una
de las cabezas es actualmente un rey, pero note que en v. 11 la bestia no es.
Es posible que Juan se esté proyectando hacia atrás al reino de Vespasiano. Los
cinco que habían sido son, por tanto, Augutso, Tiberio, Calígula, Claudio y
Nerón; el que "es" es Vespasiano; el que aún no ha venido es Tito
(Barclay). Hay muchas permutaciones más posibles, y ninguna es satisfactoria.
Las dificultades surgen de tomar "siete reyes" como un siete literal
en vez de significar completo, una serie completa de emperadores. Están
viviendo en el tiempo del sexto rey y es mayormente un tiempo de quietud. Hay
un solo mártir contemporáneo (Antipas) y parte de la iglesia está dormida. Está
colocando a sus lectores en el tiempo del sexto por razones simbólicas: a la
sexta trompeta y la sexta copa, las fuerzas se reúnen para la demostración
final, en tanto que cada una de las séptimas describen un tiempo corto pero
crucial de crisis. Si no se mantienen despiertos ahora, cuando venga la crisis
estarán entre los habitantes de la tierra cautivados por la bestia - el Anticristo
que no discernieron (Sweet). El otro no ha venido, pero cuando venga "es
necesario que dure un breve tiempo". Esto muestra el conocimiento previo y
la voluntad de Dios. Es más probable que el rey "que es" sea
Domiciano, un tipo del anticristo venidero. El séptimo rey no es la bestia, que
es el octavo rey. Uno debe recordar también que los reyes tienen reinos, así
que los siete reyes pueden interpretarse también como una sucesión de (no
necesariamente siete) imperios. En el próximo versículo encontramos que la
bestia es un octavo rey y que pertenece a los siete. Por lo tanto los siete
reyes deben ser tomados como una serie de imperios tiránicos que persiguen a la
iglesia. Son proto-bestias. Recuerde que estas siete cabezas son las cabezas de
la bestia, siendo el octavo rey el anticristo.
v. 11 - La
bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a
perdición - La bestia no es el séptimo rey que debe permanecer por un tiempo.
Pero pertenece a los siete y va hacia su destrucción. Su destrucción aparece en
19:20 y también en 2 Tes. 2:7-8. Note la repetición del v. 8, "la bestia
que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a
perdición". Reaparecerá en el futuro del pozo del infierno e irá a su
destrucción. Apocalipsis está diseñado para mostrarnos la victoria final del
bien sobre el mal. Él es la encarnación suprema de los siete reyes anteriores.
Siete representa lo completo y no debe tomarse literalmente. Ocho es uno más
que siete, y ocho es el número de Cristo; él es la falsificación de Cristo (ver
13:18). La bestia pertenece a una serie completa de siete reyes, estuvo
presente una vez en el mundo pero no está aquí ahora, sino que reaparecerá en
el futuro en una forma nueva. Hay alguna validez en el concepto de que podría
aparecer en un imperio romano redivivo o aun en un imperio papal. La bestia
probablemente debe ser identificada con la cuarta bestia de Dn. 7:23, "la
cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de
todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y
despedazará". Su destrucción se muestra en Dn. 7:26 (ver también Dn.
11:45).
v. 12 - Y
los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino;
pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia -
Diez es un número simbólico y los diez reyes es un número completo de reyes, no
necesariamente diez. Reinan por una hora, un tiempo corto según lo ve Dios.
Esta hora es la última hora mencionada en su carta (1 Jn. 2:18). Se unirán al
anticristo para la última batalla que se menciona en v. 14 y también en 16:14,
19:19. Podrían ser los reyes del este (16:12). Los diez reyes pueden ser
también los diez reyes de Daniel que vienen del reino de la cuarta bestia (Dn.
7:24). También pueden ser los reyes de la tierra mencionados en 19:19. Sea
quienes sean, son "figuras puramente escatológicas que representan a la
totalidad de los poderes de todas las naciones sobre la tierra que han de
someterse al anticristo" (Beckwith, citado por Mounce). El número diez es
simbólico e indica algo completo. No apunta a diez reyes específicos ni a diez
reinos europeos o a un imperio romano redivivo (Mounce).
v. 13 -
Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la
bestia - El propósito que tienen en común es hacer guerra contra el Cordero (v.
14) y para hacer esto le dan su poder y autoridad a la bestia que es otro rey.
Sin embargo, los propósitos de Dios son diferentes a sus propósitos, que es que
ellos destruyan a Babilonia (17:16-17).
v. 14 -
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de
Señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles
- El título Señor de señores y Rey de reyes se remite atrás a Dt. 10:17
(también Sal. 136:3, Dn. 2:47, 1 Tim. 6:15) y se repite en 19:16 que es
presumiblemente la misma batalla. En 1:5 se lo describe como "el soberano
de los reyes de la tierra" y encontramos su cumplimiento aquí. Así como la
bestia hace guerra contra los santos (13:7) y los vence, ahora hace guerra
contra el Cordero pero pierde. Esto se menciona en 19:19 que es la segunda
venida. Los elegidos del Cordero, seguidores elegidos y fieles son llamados su
ejército (19:14). Esta es llamada también al batalla de Armagedón de la sexta
copa (16:14). Esta es claramente la segunda venida (v. 15). Esto debe
identificar a la bestia como el anticristo a quien el Señor matará con el
espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tes. 2:7-8).
Una vez más hay una referencia al salmo mesiánico 2:1-5. Para sus seguidores
elegidos y fieles, ver los ejércitos del cielo (19:14) y los 144.000 de 14:4.
v. 15 - Me
dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, y
muchedumbres, naciones y lenguas - Habiendo descrito a la bestia, el ángel
ahora dirige su atención a la mujer. "Las aguas que has visto" se
refiere atrás al v. 1 donde vio a la gran prostituta que se sienta sobre muchas
aguas. Estas son interpretadas como los pueblos del mundo, los que adoran a la
bestia y de donde surge la bestia. La bestia surge del mar que es también las
naciones. Note la descripción en cuatro partes, que indica que ella gobierna
sobre los cuatro rincones de la tierra.
v. 16 - Y
los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la
dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego -
En su deseo de poder la bestia y los diez reyes (diez cuernos) destruirán el
mundo, su comercio y su brillo, y así cumplirán con el propósito de Dios.
Nerón, el emperador, de hecho incendió a Roma, lo que tipifica lo que está por
venir. La bestia... aborrecerá a la prostituta... y la quemarán con fuego. En
Lev. 21:9 el castigo por ser una prostituta era ser quemada en el fuego. Su fin
es el fuego, del que el humo que sale sube por los siglos de los siglos (19:3).
También corresponde al fin de los otros enemigos de Dios, el diablo, el falso
profeta y la bestia que son arrojados al lago de fuego y azufre (20:10), y de
los que adoran a la bestia y a su imagen (14:11, 20:15). Estos reyes devoran
sus carnes así como las aves comen la carne de los reyes y los generales más
adelante en la gran cena de Dios (19:17). La destrucción de Babilonia también
coincide con la séptima plaga (16:17). Los diez reyes reciben autoridad por una
hora junto con la bestia y luchan contra el Cordero (17:14, ver también 19:19
que ubica la destrucción de Babilonia cerca de la segunda venida de Cristo). Si
Babilonia se toma como el poder eclesiástico, entonces habiendo conseguido lo
que necesitaba de ella, que hiciera que el mundo adorara a la bestia, ahora la
destruye. Milligan, que ve a la mujer como la religión falsa, da un ejemplo que
Juan conocería, donde la iglesia falsa y la bestia persiguen a la verdadera
iglesia pero luego la bestia destruye a la iglesia falsa. Cuando lo
crucificaron a Jesús, Pilato les dijo a los judíos, "¿A vuestro Rey he de
crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que
César" (Jn. 19:15). Tenemos un ejemplo de la mujer que monta o controla a
la bestia, y sin embargo en 70 d.C. los ejércitos romanos tuvieron éxito en
destruir a Jerusalén por completo y todos los que estaban en ella.
v. 17 -
porque Dos ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de
acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios
- Ellos, la bestia y los diez cuernos, son ayudantes dispuestos. Su propósito
es hacer guerra contra Cristo y Su ejército (ver v. 14) pero Dios los usa para
llevar a cabo sus propósito a fin de destruir a la prostituta.
v. 18 - Y
la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra
- En el Antiguo Testamento la dos ciudades indicadas como "gran
ciudad" son Nínive y Jerusalén, y está también la "gran
Babilonia". La interpretación de la mujer como la gran ciudad, significa
Babilonia (ver 18:2, 10, 21, es decir Babilonia la grande). En el tiempo de
Juan era Roma, un tipo de Babilonia. Roma representa todo lo que es del mundo.
Babilonia gobierna sobre los reyes de la tierra, como lo hacía Roma y todas las
otras ciudades capitales de los imperios del mundo. Probablemente se la coloca
última a fin de presentar la próxima sección sobre su destrucción. Deberíamos
ver a la gran ciudad, que es el mundo, como una falsificación de la Nueva
Jerusalén que es, por supuesto, la Iglesia. La gran ciudad es una ciudad
compuesta. La vimos primero en 11:8 que es donde yacen los cuerpos de los dos
testigos. La ciudad es llamada figurativamente Sodoma y Egipto donde su Señor
fue también crucificado. También sabemos que estaba ebria con la sangre de los
santos (17:6). La ciudad terrenal gobierna el mundo; la Jerusalén celestial es
gobernada por Cristo (xxxx).
Fuentes:
Apocalipsis.Org
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