viernes, 13 de julio de 2012

El Dios de los adventistas me parece pequeño...



 Muchas han sido las denominaciones protestantes que se han aventurado a predecir la fecha exacta de cuándo será el fin del mundo y la segunda venida de Cristo, y hasta ahora todos y cada uno de ellos se ha llevado una enorme “decepción".


Entrecomillo la palabra decepción, porque la esta ha sido generalmente solo para los seguidores, ya que los líderes de dichos movimientos se las han podido ingeniar para salir del paso una y otra vez sustituyendo una antigua mentira con una nueva. Muy conocido por ejemplo, es el caso de los testigos de Jehová, que han salido airosos simplemente posponiendo la fecha reiteradamente, hasta la formulación de la doctrina actual, donde el mundo acabará antes de que desaparezca la generación de 1914 (un nuevo cambio de doctrina ya se está cocinando).

Entre otros casos más recientes está el de Harold Camping que lo anunció para junio del año pasado, lo pospuso para octubre alegando un pequeño error de cálculo y luego se retiró al anonimato (con aproximadamente 70 millones de dólares de sus seguidores).

El más reciente y estrafalario lo acabamos de ver de mano de la secta Creciendo en gracia, donde su líder, que decía que él mismo era Jesucristo, anunció su transformación a inmortal para el 30 de Junio luego de la cual se iba a convertir en el nuevo gobernador mundial, el Vaticano sería destruido, los seguidores podrían atravesar paredes y ser inmortales, etc. etc.

En cada uno de estos casos la debacle para personas que dejaron su trabajo, estudios, vendieron sus propiedades fue enorme.

Hoy voy a hablar específicamente del caso adventista, cuya decepción ocurrió luego de que Jesús no retornara luego de que el líder del movimiento, William Miller, lo anunciara para el 22 de octubre de 1844. Lo llamativo del caso es que aquellos que no abandonaron, no reconocieron haberse equivocado, y aceptaron la explicación que dio la que sería la nueva líder: Ellen White. La “profetisa” alegó que Miller no se había equivocado del todo, sino que lo que había ocurrido es que esta fecha Cristo pasó del Lugar Santo del Santuario Celestial, al Lugar Santísimo, donde comienza a juzgar a los profesos cristianos de todos los tiempos, en lo que llaman el juicio investigador.

Los adventistas entienden por juicio investigador a la fase preliminar del gran juicio final, por el cual Dios intervendrá en los asuntos humanos para terminar con el reinado del pecado e inaugurar el eterno reino de justicia de Cristo, y consiste en un examen de los registros de la vida de los que alguna vez han profesado aceptar la salvación en Cristo y que por lo tanto sus nombres han sido inscriptos en el ‘libro de la vida del Cordero’. Una vez finalizado este examen si vendrá el fin, por tanto los adventistas siguen expectantes ya que el juicio puede terminar en cualquier momento

La primera vez que un amigo adventista me explicaba esto, yo me le quedé mirando perplejo y le pregunté si en verdad creía que un Dios Omnipotente, que lo sabe todo, necesitaba más de 160 años para juzgar los pecados de los justos. Quedó por un momento catatónico, y luego de un uh, he, uh, ha, eee, desvió la conversación a otros puntos y finalmente nos despedimos amablemente.

Lo curioso es que hasta con un poco de matemáticas se hace muy difícil tomar en serio esta doctrina, incluso para cualquier adventista que se decida a ver las cosas objetivamente. Según cálculos conservadores se estima que sobre la tierra en los últimos 50.000 años han vivido aproximadamente 108 mil millones de personas, 7 mil de las cuales están vivas actualmente. Desde Octubre de 1844 hasta la fecha actual (2012) han pasado aproximadamente 168 años, que equivale a 61 mil días, y esto a su vez a 88 millones de minutos, o 5 mil millones de segundos. Si el juicio investigador acabara hoy, e incluyera a toda la población mundial, a Dios le hubiera tomado aproximadamente 1 segundo juzgar a 20 personas. Por supuesto 20 personas por segundo no es una buena cifra para un Dios que todo lo sabe y todo lo puede.

Pero el asunto se complica más si somos adventistas, porque ellos no creen realmente que el hombre tenga más de 50.000 años sobre la tierra. Quienes están a favor de la teoría de la tierra joven asumen que el hombre solo tiene 6000 años de existencia. Si repetimos la estimación de cuantas personas han vivido sobre la tierra en base no en base a 50 mil años sino solo a 6 mil a Dios le estaría tomando mucho más tiempo juzgar a cada persona. Si a eso sumamos que en el juicio investigador se juzgará solo a los “creyentes” (tendrían que excluir musulmanes, ateos, hindúes, católicos, etc.) el cálculo habría que hacerlo todavía con un número ínfimamente menor de personas. Estaríamos hablando de un Dios que necesitaría varios minutos para examinar los pecados de la vida de una persona y tomar una decisión.

Por supuesto, hay quien se conformará con la excusa de que Dios demora porque quiere dar tiempo al arrepentimiento, pero a mí personalmente un Dios así me parece un Dios muy pequeño.

La pregunta por tanto es para ti adventista que lees estas líneas. ¿Crees tu realmente todo este malabarismo cuyo único objetivo es mantener una fecha contra viento y marea? ¿Que es más probable? ¿Que se haya cumplido una profecía de la cual no hay prueba alguna, porque nadie puede verificar que realmente Cristo comenzó a hacer algo en el cielo en 1844, o que haya mejores explicaciones para los textos bíblicos de los cuales los adventistas sacan sus forzadas conclusiones?

No deja de ser paradójico que en algo que están de acuerdo todos estos grupos expertos en pronosticar fines de mundo, es que la Iglesia Católica es la gran Ramera de Babilonia, la peor Iglesia de todas que será destruida. Pero la Iglesia sigue allí, porque es columna y fundamento de la verdad, aunque lamentablemente los seguidores, incluso los decepcionados, quedan tan envenenados por las doctrinas de estas sectas, que se mantienen apartados de la Iglesia verdadera. Oremos para que la gracia de Dios los traiga de regreso.

Por José Miguel Arráiz
Blog InfoCatólica

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