Leer Génesis
48:8-16 | George Matheson, famoso
por el himno Amor que no me dejarás, también escribió otra canción titulada
Bendiciones ignoradas, en la que mira atrás al «camino recorrido». Al hacerlo,
podía ver que su Padre celestial lo había guiado durante todo el trayecto.
Dios tiene
un itinerario para cada uno de nosotros, una «carrera» que debemos correr (ver
Hechos 20:24 y 2 Timoteo 4:7). Nuestra ruta ha sido establecida en los
concilios celestiales y está arraigada en los propósitos soberanos de Dios.
Sin
embargo, nuestras elecciones son importantes. Todos los días tomamos decisiones,
pequeñas y grandes, algunas de las cuales tienen consecuencias que transforman
la vida. La pregunta (independientemente del desconcertante misterio de la
soberanía de Dios y el albedrío humano) es esta: ¿Cómo podemos discernir la
carrera que tenemos que correr?
Ahora que
soy más viejo y tengo más cosas del pasado en las cuales reflexionar, la
respuesta me resulta también más clara. Al mirar atrás, veo que Dios me ha
guiado todo el camino. Puedo decir con confianza: «… Dios que ha sido mi pastor
toda mi vida hasta este día» (Génesis 48:15 lbla). Aunque el presente está
rodeado de nubes y no sé qué traerá aparejado el futuro, tengo la certeza de
que el Pastor me mostrará el camino. Mi tarea es seguirlo a Él con amor y
obediencia, y confiarle cada paso del trayecto.
Podemos confiarle nuestro futuro desconocido al
Dios omnisciente.
Fuentes:
Nuestro Pan Diario
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