LEA: Salmo
55:1-8, 16-17 | ¿Qué cambios se producen en la vida después de una prueba
severa? Pensé en esto mientras leía la trágica historia de un padre jamaiquino
que, accidentalmente, disparó y mató a su hija de 18 años mientras trataba de
proteger a su familia de unos asaltantes.
La noticia
relataba que, al día siguiente, fue a la iglesia (como era su costumbre)
desconsolado, pero buscando de todos modos la ayuda de Dios. La fe en Él lo
había guiado antes, y sabía que el Señor podía sostenerlo después.
Pensé en
esto con respecto a mi vida, tras haber perdido también a una hija adolescente.
Para recordar mi perspectiva de la vida y de la fe antes de la muerte de
Melissa, revisé los archivos en mi computadora para leer el último artículo que
había escrito antes de perderla en junio de 2002. ¿Cómo se relaciona lo que
expresé entonces con lo que ahora sé? ¿La prueba severa cambió mi concepto de
la fe en Dios? En mayo de ese año, escribí: «David no tenía miedo de dirigirse
abiertamente a Dios y contarle lo que tenía en su corazón […]. Nosotros no
debemos tener miedo de decirle al Señor lo que está en el nuestro».
Antes de
atravesar momentos difíciles, me presentaba ante Dios y Él me escuchaba.
Después, descubrí que Él sigue escuchando, y que consuela y sostiene. Por lo
tanto, continúo orando con fe. Nuestra fe permanece intacta y se fortalece
porque Él es el Dios del antes y del después.
Lo que
sabemos de Dios nos anima a confiar en Él en todo lo que desconocemos.
(Nuestro
Pan Diario)
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