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Hebreos 5.12-14 | Si queremos sobrevivir en nuestra cultura actual, entonces la
Palabra de Dios debe tener un lugar central en nuestra vida cotidiana. Dios nos
habla por medio de la Biblia de sus verdades y las mentiras del mundo.
Para saber
si hemos sido víctimas de la mentira, necesitamos ser sinceros con nosotros
mismos y preguntarnos si somos verdaderos seguidores de Cristo o meros
creyentes mundanos.
Los
cristianos mundanos pueden tener convicciones fuertes acerca de seguir al
Señor, pero a menudo las comprometen. Una comprensión débil del carácter y de
los preceptos de Dios, produce una vida egocéntrica y susceptible a las
mentiras (Ef 4.14). La mundanalidad se revela a largo plazo en una discrepancia
entre el andar cristiano y las cosas que producen placer o comodidad. La poca
participación en la iglesia local, también impide el crecimiento en la madurez
espiritual.
¿Se siente
usted identificado con esta descripción? Si es así, no se desanime. La Palabra
de Dios es un faro que le puede guiar por el camino del mundo y ayudar a
transformarse en un verdadero seguidor de Cristo. La Biblia y la obra del
Espíritu Santo harán que su vida refleje cada vez más el estándar divino.
Aplicar la
Sagrada Escritura a nuestras actitudes y acciones se traducirán en más pasión
por el Señor, y en una mayor obediencia a Él. Por tanto, a medida que esta
confianza y esa dependencia de Jesucristo aumenten, toda nuestra vida adoptará
una perspectiva nueva acorde con la Palabra del Señor. ¿Qué lugar tiene la
Biblia en las decisiones que usted toma cada día?
(En
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