martes, 13 de diciembre de 2011

Cómo trabajar con el fenómeno del Bullying




Por Mario César Machado –Psicólogo-Se requiere de un trabajo coordinado y multidisciplinario con el fin de trabajar la prevención y la intervención en lo referente a la violencia y el acoso escolar.  El Dr. Eduardo Correa León es un médico pediatra que trabaja en el Instituto Médico de Pediatría en Quito Ecuador, él Dr. Correa ha sintetizado una serie de consejos sumamente prácticos para trabajar el bullying de una manera que integre tanto a padres, y maestros como a los mismos alumnos.
 Entre los principales lineamientos en este proceso establecidos por el Dr. Correa tenemos: 

A.    Lo que pueden hacer los padres.

•    Establecer estándares de conducta, límites y expectativas claras para sus hijos, dentro y fuera de la escuela.

•    Proporcionar un vínculo afectivo seguro para su hijo. Asegurarse que sus hijos sepan que los apoya y que pueden contar con ellos,  escucharles.

•    Controlar las actividades, acciones y palabras de sus hijos.

•    Dar ejemplos positivos de conducta.

•    Explicar a sus hijos que no es aceptable intimidar a los demás.

•    Conocer a los amigos de sus hijos.

•    Buscar recursos para ayudarle a responder a situaciones de intimidación.

•    Participar en la escuela y actividades extracurriculares de sus hijos.

•    Trabajar junto con la comunidad para crear y mantener un ambiente libre de intimidación e intolerancia.

•    Enseñar a sus hijos el RESPETO y la TOLERANCIA para todos.

•    Ser lo más positivo posible con su hijo. La meta de los padres es proporcionar cinco comentarios positivos por cada comentario negativo dirigido hacia un hijo.

•    Monitorear su propia conducta y agresión. Demostrar que el comportamiento de los adultos en la casa no es de acoso ni de agresividad. Los hijos copian las conductas de los padres—las buenas y las malas.

•    Proporcionar modelos apropiados de resolución de conflictos.
Mostrar conducta de empatía (conducta que muestra que está tratando de entender cómo se siente la otra persona).

•    Ofrecer sugerencias / consejos para tratar con compañeros problemáticos.

•    Estimular a los niños que son espectadores del acoso a actuar apropiadamente.

•    Mantenerse involucrado e interesado sin importar si su hijo ha sido reportado como el acosador o la víctima. Ofrecer apoyo, pero no estimular la dependencia, así como involucrarse en la vida escolar de su hijo.

•    Conformar una red de otros adultos, padres y estudiantes para debatir la seguridad escolar y otros asuntos.

•    Proporcionar a su hijo las destrezas sociales que necesita para navegar a través de su propia experiencia escolar.

•    Enseñar a su hijo a tener respeto por las diferencias.

•    Explicar la diferencia entre una respuesta asertiva (seguridad en sí mismo, firme) y una agresiva (violenta, beligerante, hostil).

•    Sea un defensor de la prevención del acoso en los grupos scout, programas atléticos y otras actividades juveniles.

•    Comparta historias acerca de sus propias experiencias infantiles con el acoso.

B.    Lo que pueden hacer los educadores

Todos los niños tienen derecho a un ambiente seguro en la escuela.

•    Abrir los espacios para que profesionales en psicología puedan participar en colaboración con los docentes en el aspecto preventivo y terapéutico, con atención de los menores involucrados a nivel individual y grupal.

•    Hacer una encuesta de los estudiantes y educadores para evaluar el nivel de intimidación.

•    Supervisar a los estudiantes fuera del salón de clase y en otras áreas del recinto escolar, e intervenir cuando observe conducta de intimidación.

•    Organizar actividades en toda la escuela para educar sobre la intimidación.

•    Capacitar al personal de la escuela para reconocer la conducta de intimidación e intervenir.

•    Proponer un método para que los estudiantes y maestros puedan reportar la intimidación.

•    Escuchar a los padres cuando expresen su preocupación acerca de la conducta de otro niño.

•    Hablar con los peleoneros a solas; no hable con el o ellos y la víctima al mismo tiempo, porque el peleonero puede continuar con su intimidación hacia la víctima.

•    Resolver temprano los temas de intimidación, y notifique del incidente tanto a la familia de la víctima como del acusado.

•    Obtener la opinión de los estudiantes acerca del establecimiento de reglas en el salón de clase y en la escuela.

C.    Lo que pueden hacer los niños y jóvenes

•    Respetar a todos; hablar con los demás y tratarlos de la misma manera como les gustaría ser tratados.

•    Si ha sido intimidado o si ha presenciado a otra persona siendo intimidada, comunique del hecho a su padre, al de la víctima o a un maestro.

•    Hable con sus padres, parientes y amigos acerca de los temas de “intimidación”.

•    Brindar apoyo a otros estudiantes.

•    Póngase de acuerdo con sus amigos, padres y maestros para no tolerar la intimidación en su escuela o comunidad.

¿Qué deben hacer los padres que se enteran que su hijo/a está siendo agredido?

La conducta de los padres diferirá dependiendo de si su hijo está siendo acosado o está acosando. Los niños que son acosados tienden a asustarse y a ser frágiles y nunca deben ser culpados por el incidente. Todos los niños merecen ser tratados con respeto y cortesía. Si un niño ha sido víctima de un acoso, los padres deben seguir estos lineamientos:

•    Investigar en detalle lo que ocurrió. Escuche al niño y no lo interrumpa hasta que haya terminado.

•    Póngase en contacto con el maestro del niño, orientador escolar y administrador escolar para alertarlos acerca del incidente y solicite su cooperación.

•    Evitar culpar a alguien, especialmente a la víctima.

•    No estimular al niño para que sea agresivo o tome venganza.

•    Discuta alternativas asertivas para responder a los acosadores y practique respuestas con el niño (refiérase a Prevención e Intervención—hoja informativa de Estudiantes).

•    Esté preparado para ponerse en contacto con un abogado en caso de que el acoso continúe y la escuela no tome la acción apropiada para el niño.

•    Estimular a la escuela a trabajar en colaboración con usted y con otros para tomar el acoso seriamente e investigar los hechos.

•    Mantener un libro de registros (con el niño si es posible) describiendo los incidentes de acoso o intimidación, cuándo ocurren, quiénes participaron y qué se dijo e hizo. Esto puede fortalecer el caso de un padre cuando se pone en contacto con el director y / o maestros de la escuela. Sea paciente. A menudo toma tiempo que alguien cambie las conductas e interacciones negativas.

Trabajo multidisciplinario

La problemática del acoso escolar es tan complejo que requiere un trabajo multidisciplinario. En cierto sentido el bullying refleja una realidad social en cuanto su crisis de valores y los problemas al interior de la familia contemporánea. Es una tarea para todos los científicos sociales, educadores, médicos y políticos. Por ejemplo se requiere de la participación más activa de psicólogos para el trabajo individual y grupal tanto con los menores víctimas del bullying, como de los menores agresores y sus familias.

El trabajo con los niños y jóvenes agresores juntamente con sus familias.

Es sumamente importante poder tener programas a nivel de prevención en las instituciones educativas, con una filosofía no represiva sino formativa y de rehabilitación para los menores agresores.

Sin embargo el trabajo con los menores agresores no puede limitarse a ellos por aislado del contexto social inmediato que es su núcleo familiar. Los esfuerzos preventivos y formativos deben expanderse a la familia ya que el niño nunca puede ser visto como ser individual sino como parte de un sistema con sus propias características tanto funcionales como disfuncionales.

Por ejemplo, las investigaciones realizadas con menores agresores y su entorno familiar, nos muestra un sistema familiar caracterizado por:

•    Sistema muy desligado, es decir, que sus miembros carecen de un mutuo sostenimiento o cercanía afectiva.

•    Presentan mucha distancia psicológica entre ellos, que implica carencia de afecto, apoyo mutuo y contención emocional.

•    Son sistemas carentes de reglas claras y flexibles con una dinámica de roles estereotipados o incoherentes. Esto genera una falta de compromiso y afecto a la familia en general.

•    Carencia de una sana disciplina y relación cercana de los padres para con  los hijos en cuanto la educación y transmisión de valores.

•    Redundancia en manifestaciones agresivas entre la pareja y para con los hijos. Manifestación de agresión emocional, física y sexual en la familia.  

•    Hogares con al menos uno de los padres con problemas de alcoholismo y diversas drogas.

•    Padres con problemas en el manejo de la ira. Modelaje negativo de los padres en cuanto a  las emociones.

•    Mala comunicación y carencia de asertividad en las relaciones de los miembros de la familia.

Propuestas para la prevención y tratamiento del bullying

•    Programar trabajo con los padres de menores con problemas de violencia con psicólogos/as u otros profesionales con capacitación en intervención de familias.

•    Organizar grupos o atención individual con los menores agresores y profesionales capacitados en el trabajo con niños y adolescentes.

•    Charlas especiales sobre valores y solidaridad para los alumnos en general por parte del personal docente u otro profesional invitado.

•    Trabajo personalizado y grupal con menores víctimas de violencia y trabajo de apoyo a sus padres.

Conclusión

La violencia escolar o bullying es uno de los tantos síntomas de la crisis de valores de la sociedad. No es problema de ciertos menores, sino que estos, son a su vez expresión de la crisis familiar y social. Se requiere trabajar con los menores agresores, sus familias y la comunidad. Los centros educativos son el escenario para la manifestación de la carencia moral y la violencia latente de una sociedad que se deshumaniza día con día. Esto nos muestra por otro lado, que la delincuencia y sociopatías se van configurando en las personas desde la misma niñez, siendo el ámbito educativo como una especie de campo de prueba de menores que, si no se les atiende, podrían llegar a delincuentes en un futuro.



Artículo relacionado:
Acoso escolar o Bullying

Bibliografía


AVILÉS M.,  José María . Bullying: el maltrato entre iguales.  Amarú Ediciones. Salamanca, España.  2005.

BEAVERS, Robert W. y  HAMPSON, Robert B. 
Familias exitosas.  Ediciones Paidós.  Barcelona.  1995

OLWEUS, D.  Agression in the schools: Bullies and whippig  boys. Hemisphere Publ. Corp. Washington D.C. 1978

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OLWEUS, D.  Bullying  at school: What we know and what we can do.
Edición en español:  conductas de acoso y amenaza entre escolares. Ediciones Morata.  Madrid. 1998.

ORTEGA R. Violencia interpersonal en los centros educativos de enseñanza secundaria.  Un estudio sobre el maltrato y la intimidación entre compañeros.  Revista de educación  No. 304, 55-67. 1994.

VISCARDI, N. Enfrentando la violencia en las escuelas: un informe de Uruguay.  En UNESCO. Ediciones UNESCO.  Brasil 153-205.  2003.

Información sobre Acoso escolar. Disponible en Wikipedia. Extraído de es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar

Información sobre Acoso escolar. Disponible en www.bullying.org/

Información sobre Acoso escolar. Disponible www.latindex.ucr.ac.cr/edu003-07.php


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