Al concluir
un Año más, miramos retrospectivamente todo lo que ha transcurrido en estos 365
días y conociendo cuán difícil ha sido
este Año para todos, muchos tendrían un inventario no muy positivo al rayar las
12 de la noche del 31 de diciembre.
Muchas personas
conocidas han logrado bienes materiales, fama, dinero, lujos, pero de la misma
forma lo han perdido todo en cuestión de segundos. Hace poco leí una noticia
aquí en Orlando, Florida que nos ha llenado de consternación: un millonario que
mata a su esposa y es sentenciado a 30 años de prisión. Leía también una noticia de mi Isla, Puerto
Rico, de un coronel de la Policía, fichado por pornografía de niños y con una
posible sentencia a muchos años de prisión. Con
esto no pretendemos hacer leña del árbol caído, y nos resta orar por
estos caballeros que han caído en todo tipo de desgracia; todo por la falta de
Dios en sus vidas. Por el contrario, reflexionamos ante un panorama tan triste
y doloroso cuando personas que lo han tenido todo materialmente hablando, en
solo minutos su vida ha dado un giro de 360 grados. Muchas muertes, noticias funestas y tragedias
sin límites a lo largo y lo ancho de todo el Planeta han sido el plato diario.
Esto nos hace pensar que la vida sin
Dios es vacía y llena de escollos.
El Apóstol
Pablo en un momento dado de su vida escribió en
Filipenses capitulo 3:13-14: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
Es
importante no darte por vencido, no perder de vista tu meta ni la visión que
Dios te ha dado. Todavía hay camino que
recorrer y montanas que escalar! Fíjate el Apóstol dijo: una cosa hago dando a entender que es una lucha constante,
diaria, persistente. Olvidando
ciertamente lo que queda atrás tenemos
que olvidar las penas, los fracasos, lo que nos ha hecho sufrir, los malos
momentos. Que estos no hagan nido en nuestra vida de modo que no nos sirvan de
estorbo en cuanto a los planes y propositos que Dios tiene con nosotros.
Extendiéndome a lo que está delante lo
importante en nuestra vida es lo que está por venir. Ya no podemos dar vuelta a
atrás para enmendar nada de lo que sucedió en nuestra vida. Lo que pasara de
aquí en adelante con tu vida es lo que verdaderamente importa. Recuerda que a Dios no le interesa mucho tu
pasado, sino tu presente y tu futuro.
Un futuro
brillante estará presente cuando dejemos nuestros fracasos del pasado y
prosigamos en lo que está por delante.
En el Libro de Hebreos se
mencionan los héroes de la fe los cuales tenían altibajos como nosotros; muchos de ellos tuvieron fracasos, pero estos
no se mencionan, sino sus hechos prodigiosos y de fe: “por fe conquistaron
reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas”
Cuando reconocemos nuestra dependencia de Dios, El convierte nuestros
fracasos en victorias.
Quiera Dios
que este Nuevo Año sea de bendición y éxito en el Señor y cada una de tus metas
sea alcanzada. Nunca es demasiado tarde
para empezar de nuevo si depositas toda tu confianza en Dios.
Autora:
Lucy Carmona
Escrito
para: www.devocionaldiario.com
HERMOSA REFLEXION. DIOS LES BENDIGA SOBREMANERA.
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