domingo, 25 de diciembre de 2011

Reflexión de Fin de Año



Al concluir un Año más, miramos retrospectivamente todo lo que ha transcurrido en estos 365 días y  conociendo cuán difícil ha sido este Año para todos, muchos tendrían un inventario no muy positivo al rayar las 12 de la noche del 31 de diciembre.


Muchas personas conocidas han logrado bienes materiales, fama, dinero, lujos, pero de la misma forma lo han perdido todo en cuestión de segundos. Hace poco leí una noticia aquí en Orlando, Florida que nos ha llenado de consternación: un millonario que mata a su esposa y es sentenciado a 30 años de prisión.  Leía también una noticia de mi Isla, Puerto Rico, de un coronel de la Policía, fichado por pornografía de niños y con una posible sentencia a muchos años de prisión. Con  esto no pretendemos hacer leña del árbol caído, y nos resta orar por estos caballeros que han caído en todo tipo de desgracia; todo por la falta de Dios en sus vidas. Por el contrario, reflexionamos ante un panorama tan triste y doloroso cuando personas que lo han tenido todo materialmente hablando, en solo minutos su vida ha dado un giro de 360 grados.  Muchas muertes, noticias funestas y tragedias sin límites a lo largo y lo ancho de todo el Planeta han sido el plato diario. Esto nos hace pensar  que la vida sin Dios es vacía y llena de escollos.

El Apóstol Pablo en un momento dado de su vida escribió en  Filipenses capitulo 3:13-14: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

Es importante no darte por vencido, no perder de vista tu meta ni la visión que Dios te ha dado.  Todavía hay camino que recorrer y montanas que escalar! Fíjate el Apóstol dijo: una cosa hago  dando a entender que es una lucha constante, diaria, persistente.  Olvidando ciertamente lo que queda atrás  tenemos que olvidar las penas, los fracasos, lo que nos ha hecho sufrir, los malos momentos. Que estos no hagan nido en nuestra vida de modo que no nos sirvan de estorbo en cuanto a los planes y propositos que Dios tiene con nosotros. Extendiéndome a lo que está delante  lo importante en nuestra vida es lo que está por venir. Ya no podemos dar vuelta a atrás para enmendar nada de lo que sucedió en nuestra vida. Lo que pasara de aquí en adelante con tu vida es lo que verdaderamente importa.  Recuerda que a Dios no le interesa mucho tu pasado, sino tu presente y tu futuro.

Un futuro brillante estará presente cuando dejemos nuestros fracasos del pasado y prosigamos en lo que está por delante.   En el Libro de Hebreos  se mencionan los héroes de la fe los cuales tenían altibajos como nosotros;  muchos de ellos tuvieron fracasos, pero estos no se mencionan, sino sus hechos prodigiosos y de fe: “por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas”  Cuando reconocemos nuestra dependencia de Dios, El convierte nuestros fracasos en victorias.

Quiera Dios que este Nuevo Año sea de bendición y éxito en el Señor y cada una de tus metas sea alcanzada.  Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo si depositas toda tu confianza en Dios.
Autora: Lucy Carmona
Escrito para: www.devocionaldiario.com

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