Génesis 2: 18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él.
19 Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán, para que viese cómo les había de llamar; y de la manera que Adán llamó a los animales vivientes, ése es su nombre.
20 Y puso nombres a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo:
mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. 19 Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán, para que viese cómo les había de llamar; y de la manera que Adán llamó a los animales vivientes, ése es su nombre.
21 Y Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y se quedó dormido; entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar;
22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
23 Y dijo Adán: Ésta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne.
25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su esposa, y no se avergonzaban.
Deuteronomio 6:
1 Éstos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para poseerla:
2 Para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que tus días sean prolongados.
3 Oye pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis multiplicados, como te ha prometido Jehová el Dios de tus padres, en la tierra que fluye leche y miel.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:
5 Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón:
7 Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes:
8 Y las atarás por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos:
9 Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.
1 Éstos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para poseerla:
2 Para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que tus días sean prolongados.
3 Oye pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis multiplicados, como te ha prometido Jehová el Dios de tus padres, en la tierra que fluye leche y miel.
4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:
5 Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón:
7 Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes:
8 Y las atarás por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos:
9 Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.
DIOS ESTABLECE EL MATRIMONIO
Después de crear el Universo y poblarlo con toda clase de criaturas vivas, Dios puso a Adán en medio de todo aquello.
Sin embargo, faltaba algo. Adán necesitaba alguien con quien compartir su vida.
Necesitaba una compañía, una ayuda. Esto no sorprendió a Dios, que lo había creado. "Le haré ayuda idónea para él", dijo en Génesis 2:18.
Dios ha puesto dentro de todos los seres humanos la necesidad de relacionarse.
Las cosas materiales, o aun otros seres vivos, nunca podrán sustituir a una relación íntima con otro ser humano.
En el versículo 19, Dios lleva a Adán todos los animales del mundo.
Adán les da nombre a todos, lo cual simboliza la autoridad que Dios le ha dado sobre el reino animal (Gen.1:26).
De esa forma, tenía a todos los animales bajo su dominio; sin embargo, no había ninguno con el cual se pudiera comunicar de una manera significativa (2:20).
Después de crear el Universo y poblarlo con toda clase de criaturas vivas, Dios puso a Adán en medio de todo aquello.
Sin embargo, faltaba algo. Adán necesitaba alguien con quien compartir su vida.
Necesitaba una compañía, una ayuda. Esto no sorprendió a Dios, que lo había creado. "Le haré ayuda idónea para él", dijo en Génesis 2:18.
Dios ha puesto dentro de todos los seres humanos la necesidad de relacionarse.
Las cosas materiales, o aun otros seres vivos, nunca podrán sustituir a una relación íntima con otro ser humano.
En el versículo 19, Dios lleva a Adán todos los animales del mundo.
Adán les da nombre a todos, lo cual simboliza la autoridad que Dios le ha dado sobre el reino animal (Gen.1:26).
De esa forma, tenía a todos los animales bajo su dominio; sin embargo, no había ninguno con el cual se pudiera comunicar de una manera significativa (2:20).
Dios con su
maravilloso poder creador, creó la compañía perfecta para el hombre.
Tomó una parte del propio hombre, su costilla, y la convirtió en otro ser humano (vv,21,22).
La nueva criatura era de igual naturaleza, aunque en distintos aspectos.
Era humana, pero claramente distinta del varón. Aun desde el principio de la Creación, Dios decidió que los hombres y las mujeres tuvieran unas habilidades distintas y una personalidad propia.
Entonces, Dios llevó la mujer a Adán, quien la reconoció al instante como parte de sí mismo (v.23).
Para él era "hueso de mis huesos y carne de mi carne" (v,23).
Y la llamó "Varona". Era humana como él, con excepción del sexo. Era alguien con quien podría compartir el paraíso en el cual vivía.
Tomó una parte del propio hombre, su costilla, y la convirtió en otro ser humano (vv,21,22).
La nueva criatura era de igual naturaleza, aunque en distintos aspectos.
Era humana, pero claramente distinta del varón. Aun desde el principio de la Creación, Dios decidió que los hombres y las mujeres tuvieran unas habilidades distintas y una personalidad propia.
Entonces, Dios llevó la mujer a Adán, quien la reconoció al instante como parte de sí mismo (v.23).
Para él era "hueso de mis huesos y carne de mi carne" (v,23).
Y la llamó "Varona". Era humana como él, con excepción del sexo. Era alguien con quien podría compartir el paraíso en el cual vivía.
Después de
esto, Dios celebra la primera ceremonia nupcial; en el versículo 24.
Proclama que cuando se casen un hombre y una mujer, se convertirán en una unidad familiar.
Ambos deben dejar su propia familia para convertirse en un solo.
Por supuesto, Adán y Eva no tenían padres terrenales, pero Dios quería que su matrimonio fuera el modelo.
Los esposos deben "unirse", aferrarse el uno al otro. Cuando se casan un hombre y una mujer, se convierten en "una sola carne" (v. 24).
Dios quiere que nosotros también seamos "una sola carne" con nuestro cónyuge.
Debemos aferrarnos el uno al otro, reservando nuestros secretos más íntimos para compartirlos entre nosotros solos.
Dios nos da otras relaciones que son muy valiosas, pero la relación matrimonial es una encomienda sagrada e inviolable que se debe proteger a toda costa.
En realidad, es interesante observar que los principios para el matrimonio y para la observancia del día de reposo fueron establecidos antes que el hombre cayera en pecado.
Dios quiere que el matrimonio sea la forma más pura de comunión y comunicación entre un hombre y una mujer.
El día de reposo fue creado para dar al hombre una oportunidad de tener comunión con su Creador.
Estas dos relaciones han sido concebidas para posibilitar la realización y la integridad en nuestra vida.
Proclama que cuando se casen un hombre y una mujer, se convertirán en una unidad familiar.
Ambos deben dejar su propia familia para convertirse en un solo.
Por supuesto, Adán y Eva no tenían padres terrenales, pero Dios quería que su matrimonio fuera el modelo.
Los esposos deben "unirse", aferrarse el uno al otro. Cuando se casan un hombre y una mujer, se convierten en "una sola carne" (v. 24).
Dios quiere que nosotros también seamos "una sola carne" con nuestro cónyuge.
Debemos aferrarnos el uno al otro, reservando nuestros secretos más íntimos para compartirlos entre nosotros solos.
Dios nos da otras relaciones que son muy valiosas, pero la relación matrimonial es una encomienda sagrada e inviolable que se debe proteger a toda costa.
En realidad, es interesante observar que los principios para el matrimonio y para la observancia del día de reposo fueron establecidos antes que el hombre cayera en pecado.
Dios quiere que el matrimonio sea la forma más pura de comunión y comunicación entre un hombre y una mujer.
El día de reposo fue creado para dar al hombre una oportunidad de tener comunión con su Creador.
Estas dos relaciones han sido concebidas para posibilitar la realización y la integridad en nuestra vida.
¿EN QUE
SENTIDO ES DISTINTA LA RELACION MATRIMONIAL AHORA RESPECTO AL TIEMPO ANTERIOR A
LA ENTREDA DEL PECADO EN EL MUNDO?
Ahora vivimos en un mundo caído, y debemos diligentemente proteger y alimentar nuestras relaciones con nuestro cónyuge y con Dios.
Génesis 2:25 sirve para recordarnos solemnemente lo que hemos perdido.
Adán y Eva estaban desnudos, pero no se sentían avergonzados.
Eran perfectamente inocentes, y en ellos no había pecado ni culpa.
En cambio, nosotros tenemos que luchar para mantener la pureza en nuestra relación matrimonial.
El matrimonio fue idea de Dios y, como veremos más adelante, El mismo nos da los principios necesarios para tener buen éxito en el mantenimiento de nuestras relaciones matrimonial y familiar.
Ahora vivimos en un mundo caído, y debemos diligentemente proteger y alimentar nuestras relaciones con nuestro cónyuge y con Dios.
Génesis 2:25 sirve para recordarnos solemnemente lo que hemos perdido.
Adán y Eva estaban desnudos, pero no se sentían avergonzados.
Eran perfectamente inocentes, y en ellos no había pecado ni culpa.
En cambio, nosotros tenemos que luchar para mantener la pureza en nuestra relación matrimonial.
El matrimonio fue idea de Dios y, como veremos más adelante, El mismo nos da los principios necesarios para tener buen éxito en el mantenimiento de nuestras relaciones matrimonial y familiar.
EL MATRIMONIO EN EL NUEVO TESTAMENTO
Mateo 19:3-6
En el Nuevo Testamento, Jesús reafirma el plan de Dios para el matrimonio.
Los fariseos estaban divididos en cuanto al divorcio. Unos decían que la única razón válida para divorciarse era el adulterio, mientras el otro grupo decía que un hombre se podía divorciar de su esposa por cualquier razón.
En Mateo 19:3, ellos mismos preguntaron a Jesús sobre este asunto.
En vez de tomar partido, Jesús les señaló lo escrito por Moisés en el Génesis (vv.4,5).
Les recordó que el matrimonio entre un hombre y una mujer era el plan original de Dios.
Citó directamente Génesis 2:24 para mostrarles que lo que Dios había dicho acerca del matrimonio: el hombre y la mujer se debían unir, aferrar el uno al otro.
La palabra griega traducida como "unirse" está relacionada con la idea de pegar o juntar dos cosas tan fuertemente, que no sea posible separarlas.
Jesús termina diciendo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido (Mateo 19:6).
Mateo 19:3-6
En el Nuevo Testamento, Jesús reafirma el plan de Dios para el matrimonio.
Los fariseos estaban divididos en cuanto al divorcio. Unos decían que la única razón válida para divorciarse era el adulterio, mientras el otro grupo decía que un hombre se podía divorciar de su esposa por cualquier razón.
En Mateo 19:3, ellos mismos preguntaron a Jesús sobre este asunto.
En vez de tomar partido, Jesús les señaló lo escrito por Moisés en el Génesis (vv.4,5).
Les recordó que el matrimonio entre un hombre y una mujer era el plan original de Dios.
Citó directamente Génesis 2:24 para mostrarles que lo que Dios había dicho acerca del matrimonio: el hombre y la mujer se debían unir, aferrar el uno al otro.
La palabra griega traducida como "unirse" está relacionada con la idea de pegar o juntar dos cosas tan fuertemente, que no sea posible separarlas.
Jesús termina diciendo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido (Mateo 19:6).
¿POR QUE ES
IMPORTANTE QUE SE VEA EL MATRIMONIO COMO UN PACTO SAGRADO?
En los versículos siguientes, Jesús desafía la manera de pensar de sus oyentes.
En vez de preguntar: "¿Qué está permitido?", o "¿qué permite la Ley?", deberían preguntar: "¿Qué dice Dios?"
En las escrituras se ve con claridad que Dios quiere que el matrimonio sea santo; que sea una relación que El santifique y bendiga.
Debemos descubrir lo que Dios quiere de nuestro matrimonio y de nuestra familia, y después, hacerlo.
En los versículos siguientes, Jesús desafía la manera de pensar de sus oyentes.
En vez de preguntar: "¿Qué está permitido?", o "¿qué permite la Ley?", deberían preguntar: "¿Qué dice Dios?"
En las escrituras se ve con claridad que Dios quiere que el matrimonio sea santo; que sea una relación que El santifique y bendiga.
Debemos descubrir lo que Dios quiere de nuestro matrimonio y de nuestra familia, y después, hacerlo.
EL FUNDAMENTO DE DIOS PARA EL HOGAR
En Deuteronomio 6:1, Moisés se está preparando para promulgar mandatos ante el pueblo de Israel.
Les recuerda que van a poseer una nueva tierra, y que deben obedecer a los mandatos de Dios cuando entren en ella.
Aunque estos mandatos tienen su aplicación en todos los aspectos de nuestra vida, son igualmente aplicables a las relaciones matrimonial y familiar.
¿POR QUE ERA IMPORTANTE QUE LOS ISRAELITAS CONOCIERAN LAS LEYES DE DIOS?
La razón de que Moisés debía enseñar esos mandatos a los israelitas era la necesidad que tenían de vivir de forma reverente y respetuosa ante Dios (v.2).
También se esperaba de ellos que enseñaran a sus hijos y nietos a hacer lo mismo para que vivieran en obediencia. De esta forma, tendrían una vida larga y feliz.
Dios llama también a los creyentes de hoy a andar en obediencia.
Cuando seamos modelo de vida justa, nuestros hijos y nietos sentirán la influencia de nuestros valores de origen divino. Entonces, Dios nos bendecirá.
En el versículo 3, Dios promete a los hijos de Israel que si obedecen sus mandamientos, "les irá bien" y "se multiplicarán".
En Deuteronomio 6:1, Moisés se está preparando para promulgar mandatos ante el pueblo de Israel.
Les recuerda que van a poseer una nueva tierra, y que deben obedecer a los mandatos de Dios cuando entren en ella.
Aunque estos mandatos tienen su aplicación en todos los aspectos de nuestra vida, son igualmente aplicables a las relaciones matrimonial y familiar.
¿POR QUE ERA IMPORTANTE QUE LOS ISRAELITAS CONOCIERAN LAS LEYES DE DIOS?
La razón de que Moisés debía enseñar esos mandatos a los israelitas era la necesidad que tenían de vivir de forma reverente y respetuosa ante Dios (v.2).
También se esperaba de ellos que enseñaran a sus hijos y nietos a hacer lo mismo para que vivieran en obediencia. De esta forma, tendrían una vida larga y feliz.
Dios llama también a los creyentes de hoy a andar en obediencia.
Cuando seamos modelo de vida justa, nuestros hijos y nietos sentirán la influencia de nuestros valores de origen divino. Entonces, Dios nos bendecirá.
En el versículo 3, Dios promete a los hijos de Israel que si obedecen sus mandamientos, "les irá bien" y "se multiplicarán".
El
versículo 4 es la primera parte del texto conocido como el "Shemá".
Esta palabra significa "oye", y se puede considerar como el credo del
pueblo judío.
Los judíos devotos recitan el shemá todas las mañanas y todas las tardes.
Sin embargo, este versículo es más que una afirmación de la unidad que hay en Dios en medio de una sociedad politeísta.
Es la declaración inequívoca de que Dios, que escogió a Israel y lo convirtió en su pueblo, es el único y verdadero Dios. El es digno de su amor y de su obediencia (v.5).
Los judíos devotos recitan el shemá todas las mañanas y todas las tardes.
Sin embargo, este versículo es más que una afirmación de la unidad que hay en Dios en medio de una sociedad politeísta.
Es la declaración inequívoca de que Dios, que escogió a Israel y lo convirtió en su pueblo, es el único y verdadero Dios. El es digno de su amor y de su obediencia (v.5).
En
Deuteronomio 6:6, Dios dice que sus mandamientos deben estar en nuestro
corazón.
Los versículos 7-9 nos dan unos principios prácticos para asegurar que esos preceptos suyos queden realmente injertados en el corazón de todos los miembros de la familia.
En primer lugar, debemos ser diligentes en cuantos a enseñar a nuestros hijos los principios divinos (v. 7).
Esto significa que les debemos dar lecciones de una manera deliberada para enseñarles los caminos de Dios.
En esto se incluirían cosas como orar juntos, aprender textos bíblicos de memoria y asistir juntos a la iglesia.
En segundo lugar, debemos hacer también un esfuerzo consciente por mantener a Dios en nuestra mente en todo tiempo (v. 7)
Hablar de Dios y de su Palabra debería ser tan natural para nosotros como respirar.
Los versículos 7-9 nos dan unos principios prácticos para asegurar que esos preceptos suyos queden realmente injertados en el corazón de todos los miembros de la familia.
En primer lugar, debemos ser diligentes en cuantos a enseñar a nuestros hijos los principios divinos (v. 7).
Esto significa que les debemos dar lecciones de una manera deliberada para enseñarles los caminos de Dios.
En esto se incluirían cosas como orar juntos, aprender textos bíblicos de memoria y asistir juntos a la iglesia.
En segundo lugar, debemos hacer también un esfuerzo consciente por mantener a Dios en nuestra mente en todo tiempo (v. 7)
Hablar de Dios y de su Palabra debería ser tan natural para nosotros como respirar.
¿De qué
manera práctica podemos mantener a Dios siempre en nuestro pensamiento?
Podemos hablar acerca de Dios en todas las actividades que realizamos a lo largo del día.
Podemos hacerlo, aun cuando estamos sentados y cuando caminamos: cuando nos acostamos.
Podemos invitarlo para que esté presente en todos los aspectos de nuestra vida familiar.
Cantar canciones de adoración en nuestro auto.
Orar por nuestros hijos mientras ellos duermen.
Ensenarles que Dios debe estar en el centro mismo de todo cuanto digamos, hagamos y pensemos.
En tercer lugar, podemos usar cosas palpables que nos sirvan para recordar a Dios, y nos ayuden a guardar sus mandamientos en nuestro corazón.
Podemos hablar acerca de Dios en todas las actividades que realizamos a lo largo del día.
Podemos hacerlo, aun cuando estamos sentados y cuando caminamos: cuando nos acostamos.
Podemos invitarlo para que esté presente en todos los aspectos de nuestra vida familiar.
Cantar canciones de adoración en nuestro auto.
Orar por nuestros hijos mientras ellos duermen.
Ensenarles que Dios debe estar en el centro mismo de todo cuanto digamos, hagamos y pensemos.
En tercer lugar, podemos usar cosas palpables que nos sirvan para recordar a Dios, y nos ayuden a guardar sus mandamientos en nuestro corazón.
¿Por qué es
importante que los creyentes utilicen cosas palpables que le recuerden a Dios?
Dios sabe que somos humanos. el comprende que necesitamos cosas palpables que nos recuerden su presencia.
Por eso, en los versículos 8 y 9 nos da algunas ideas útiles. Dice que pongamos cosas por todas partes que nos lo recuerden: en lo que usemos, en las paredes de nuestro hogar, en nuestras puertas y sobre ellas.
La idea que impulsa esto no es que tengamos versículos bíblicos escritos sobre todas las superficies de nuestro hogar, sino que hallemos una forma de recordar a Dios continuamente.
Debemos invitarlo a estar presente en todos los aspectos de nuestra existencia.
Cuando lo hagamos, sus caminos comenzarán a llenar nuestra vida y la de nuestros seres amados.
Cuando nuestra familia esté edificada sobre los cimientos, será una familia fuerte y saludable.
Dios sabe que somos humanos. el comprende que necesitamos cosas palpables que nos recuerden su presencia.
Por eso, en los versículos 8 y 9 nos da algunas ideas útiles. Dice que pongamos cosas por todas partes que nos lo recuerden: en lo que usemos, en las paredes de nuestro hogar, en nuestras puertas y sobre ellas.
La idea que impulsa esto no es que tengamos versículos bíblicos escritos sobre todas las superficies de nuestro hogar, sino que hallemos una forma de recordar a Dios continuamente.
Debemos invitarlo a estar presente en todos los aspectos de nuestra existencia.
Cuando lo hagamos, sus caminos comenzarán a llenar nuestra vida y la de nuestros seres amados.
Cuando nuestra familia esté edificada sobre los cimientos, será una familia fuerte y saludable.
DIOS BENDICE A LA FAMILIA
Salmos 128:1-4
La persona que anda con reverencia en los caminos de Dios, es bienaventurada (Salmos 128:1).
Es un conocido principio de la Palabra de Dios, manifiesto en la vida de los suyos desde el principio de los tiempos hasta el presente.
Cuando nos cuidamos en lo físico, la consecuencia suele ser una buena salud.
Cuando seguimos los principios de Dios, el resultado es siempre bendición.
¿Qué significa ser "bienaventurado"? Una bendición pude adoptar muchas formas.
El salmista menciona dos bendiciones práctica en el versículo 2: la de tener empleo o algo significativo que hacer en la vida, y la de poder disfrutar en paz de los resultados o dividendos de esa labor.
Muchos de nosotros conocemos el desespero o el descontento de no tener trabajo.
También conocemos el gozo de llevar adelante un día de trabajo y experimentar la sensación de realización que nos viene cuando lo hemos hecho bien. Es una bendición.
Una familia feliz y pacífica es otra bendición que viene de andar en los caminos de Dios (v. 3.).
En este versículo se describe a la esposa como "vid que lleva fruto a los lados de tu casa".
A lo largo de toda la Biblia, las vidas son símbolos de crecimiento, de aumento y de prosperidad.
También es significativo que se describa a la esposa en "tu casa", en contraste con la mujer infiel, cuyos pies "no pueden estar en casa" (Proverbio 7:11).
Esto no significa que la mujer no puede trabajar fuera del hogar, ni que siempre tenga que estar en él cuando esté su familia.
Lo que hace es presentar las características de un hogar feliz: ambos padres presentes y ocupados cada uno en la vida del otro, y ambos en la de sus hijos.
Cuando los esposos se unen en equipo para llevar a su familia por los caminos de Dios, El los bendice.
A los hijos de una familia piadosa se los describe como "plantas de olivo" (v. 3.).
En otras palabras, aún no son árboles de olivo maduros, sino que son jóvenes y moldeables.
Nosotros como padres somos responsables de ayudarlos a crecer y adiestrarlos en los caminos de Dios.
Salmos 128:1-4
La persona que anda con reverencia en los caminos de Dios, es bienaventurada (Salmos 128:1).
Es un conocido principio de la Palabra de Dios, manifiesto en la vida de los suyos desde el principio de los tiempos hasta el presente.
Cuando nos cuidamos en lo físico, la consecuencia suele ser una buena salud.
Cuando seguimos los principios de Dios, el resultado es siempre bendición.
¿Qué significa ser "bienaventurado"? Una bendición pude adoptar muchas formas.
El salmista menciona dos bendiciones práctica en el versículo 2: la de tener empleo o algo significativo que hacer en la vida, y la de poder disfrutar en paz de los resultados o dividendos de esa labor.
Muchos de nosotros conocemos el desespero o el descontento de no tener trabajo.
También conocemos el gozo de llevar adelante un día de trabajo y experimentar la sensación de realización que nos viene cuando lo hemos hecho bien. Es una bendición.
Una familia feliz y pacífica es otra bendición que viene de andar en los caminos de Dios (v. 3.).
En este versículo se describe a la esposa como "vid que lleva fruto a los lados de tu casa".
A lo largo de toda la Biblia, las vidas son símbolos de crecimiento, de aumento y de prosperidad.
También es significativo que se describa a la esposa en "tu casa", en contraste con la mujer infiel, cuyos pies "no pueden estar en casa" (Proverbio 7:11).
Esto no significa que la mujer no puede trabajar fuera del hogar, ni que siempre tenga que estar en él cuando esté su familia.
Lo que hace es presentar las características de un hogar feliz: ambos padres presentes y ocupados cada uno en la vida del otro, y ambos en la de sus hijos.
Cuando los esposos se unen en equipo para llevar a su familia por los caminos de Dios, El los bendice.
A los hijos de una familia piadosa se los describe como "plantas de olivo" (v. 3.).
En otras palabras, aún no son árboles de olivo maduros, sino que son jóvenes y moldeables.
Nosotros como padres somos responsables de ayudarlos a crecer y adiestrarlos en los caminos de Dios.
¿Qué
bendiciones no materiales proceden de una vida de obediencia a Dios?
La bendición inefable de estos versículos es la paz.
La imagen verbal que se nos da en el versículo 3 es de una familia feliz y saludable reunida alrededor de la mesa.
Hay quienes esto les parecen imposibles. Vivimos en un mundo de tensiones y agitación, y esta sensación de inquietud y conflicto puede inundar nuestro hogar si se lo permitimos.
Los cristianos debemos realizar un esfuerzo consciente por fomentar la paz en nuestro hogar.
El hogar debe ser un refugio al mundo, y no extensión él.
Debemos decidir que el Espíritu Santo esté presente en nuestro hogar, e invitarlo a estar en él.
La meta e criar a nuestros hijos de manera que sepan que Dios siempre está con nosotros, que siempre está presente.
Esta es la bendición de una familia piadosa: la paz y el contentamiento que vienen de la presencia divina (v.4)
La bendición inefable de estos versículos es la paz.
La imagen verbal que se nos da en el versículo 3 es de una familia feliz y saludable reunida alrededor de la mesa.
Hay quienes esto les parecen imposibles. Vivimos en un mundo de tensiones y agitación, y esta sensación de inquietud y conflicto puede inundar nuestro hogar si se lo permitimos.
Los cristianos debemos realizar un esfuerzo consciente por fomentar la paz en nuestro hogar.
El hogar debe ser un refugio al mundo, y no extensión él.
Debemos decidir que el Espíritu Santo esté presente en nuestro hogar, e invitarlo a estar en él.
La meta e criar a nuestros hijos de manera que sepan que Dios siempre está con nosotros, que siempre está presente.
Esta es la bendición de una familia piadosa: la paz y el contentamiento que vienen de la presencia divina (v.4)
Salmos
128:5,6
Cuando tomamos la decisión de seguir los caminos de Dios, somos bienaventurados.
Sin embargo, las cosas no terminan aquí. Las bendiciones del justo rebosan y se derraman, bendiciendo a los que se encuentran dentro de su esfera de influencia (Salmos 128:5).
Cuando una persona es obediente con Dios, la consecuencia de su obediencia puede traer bendición a su familia, a sus campaneros de trabajos y a sus vecinos.
Imagínese el impacto que puede tener una iglesia o una comunidad llena de creyentes fieles y obedientes. Su magnitud sería inmensa.
Su obediencia no sólo lo bendice a usted y bendice a otros, sino que también bendice las generaciones futuras (v. 6).
Lo que hagamos ahora los creyentes, tendrá un impacto en nuestros hijos, nietos y biznietos.
Si dejamos un legado de santidad a nuestros hijos, nuestro impacto sobre el mundo continuará vivo mucho después de habernos ido nosotros.
Las bendiciones de Dios sobre la familia piadosa son abundantes y perdurables.
Dios lo quiere bendecir a usted, y también a su familia. Ore que El le muestre cómo ser obediente y fiel en todos los aspectos de su vida, de manera que pueda recibir sus bendiciones.
Además, pídale que le dé una visión para el futuro de su familia.
Lo que usted hace ahora, afecta al mundo para la eternidad. Escoja el camino de Dios.
Damos por terminado este tema.
Cuando tomamos la decisión de seguir los caminos de Dios, somos bienaventurados.
Sin embargo, las cosas no terminan aquí. Las bendiciones del justo rebosan y se derraman, bendiciendo a los que se encuentran dentro de su esfera de influencia (Salmos 128:5).
Cuando una persona es obediente con Dios, la consecuencia de su obediencia puede traer bendición a su familia, a sus campaneros de trabajos y a sus vecinos.
Imagínese el impacto que puede tener una iglesia o una comunidad llena de creyentes fieles y obedientes. Su magnitud sería inmensa.
Su obediencia no sólo lo bendice a usted y bendice a otros, sino que también bendice las generaciones futuras (v. 6).
Lo que hagamos ahora los creyentes, tendrá un impacto en nuestros hijos, nietos y biznietos.
Si dejamos un legado de santidad a nuestros hijos, nuestro impacto sobre el mundo continuará vivo mucho después de habernos ido nosotros.
Las bendiciones de Dios sobre la familia piadosa son abundantes y perdurables.
Dios lo quiere bendecir a usted, y también a su familia. Ore que El le muestre cómo ser obediente y fiel en todos los aspectos de su vida, de manera que pueda recibir sus bendiciones.
Además, pídale que le dé una visión para el futuro de su familia.
Lo que usted hace ahora, afecta al mundo para la eternidad. Escoja el camino de Dios.
Damos por terminado este tema.
Fuentes: Tomado
del Libro de Escuela Bíblica Dominical
Dios te bendiga ricamente.
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