En muchas
ocasiones, en nuestra vida nos proponemos diferentes metas o retos. Objetivos
que nos trazamos para poder ir mejorando física y mentalmente. Por ejemplo,
perder peso cuando tenemos unos kilos de más, empezar a hacer un deporte o ir
al gimnasio, estudiar, etc.
Hay que
tener muy claro que lo que nos empujó a realizar estas actividades o cambios en
nuestras vidas fue una gran motivación con la que encontramos las fuerzas para
comenzar, pero pasado un tiempo, lo normal es que abandonemos esas nuevas
experiencias.
Esto se
debe a que la motivación ha desaparecido. Aquella fuerza que nos ayudó a
arrancar ya no está. ¿Cómo podemos mantener la motivación para no dejar estas
actividades? Vamos a tratar de dar respuesta a esta cuestión.
Puntos
principales para mantener la motivación
A la hora
de mantener la motivación para conseguir nuestros objetivos en la vida diaria
debemos de ser muy realistas y trazarlos de forma consistente con la realidad
de nuestro entorno para no llegar a la decepción y por lo tanto al abandono.
Para eso es
importante trazar pequeños objetivos diarios, ponernos metas que sean
perfectamente realizables por nosotros. Las utopías acaban siendo desmotivadores
por su difícil realización.
Lo primero
es encontrar una buena razón para emprender esa nueva actividad, una razón que
sea realmente contundente y motivante para ti, por ejemplo, aprender inglés
para poder trabajar en un nuevo país como el Reino Unido o adelgazar para poder
tener una mejor imagen de cara a los demás.
En
definitiva, lo que nos hace levantarnos cada día son una serie de motivaciones
que cuando se acaban pueden inducirnos a la depresión y otro tipo de problemas
emocionales y psicológicos.
Entre las
razones para comenzar cualquier actividad y que sean motivantes podemos
encontrarnos con una ganancia monetaria, una ganancia personal, o el dar un
paso más hacia la consecución del logro más grande. Como ya dijimos, una meta
demasiado ambiciosa puede ser desmotivante por sí misma, por lo que se hace
importante conseguir pequeños logros que nos lleven a ese gran objetivo.
La actitud
de diversión ante cualquier actividad es muy importante. De esta forma
conseguimos que las mas tediosas actividades para conseguir una meta se vuelvan
interesantes.
Poder
escuchar música mientras realizamos un ejercicio en casa y mantenernos en ello
hasta que acaben nuestras canciones favoritas puede ser un ejemplo de cómo
mantener la motivación y no abandonar el ejercicio.
Aspectos
motivantes de la propia actividad
Hacer
divertida una actividad que nos hemos propuesto es algo muy importante, de tal
forma que consigamos la motivación en esa diversión. Las rutinas mas cotidianas
como hacer de comer, limpiar, trabajar, cuidar los niños, etc, también
necesitan de motivación para poder realizarlas correctamente.
En
definitiva, la motivación es el motor que nos lleva a realizar las actividades de
cada día, ya sean las mas rutinarias o las que nos llevarán a metas mas
adelante, por eso es importante saber cómo mantener esa motivación viva.
Fuentes:
Vivir Salud
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