Leer | SALMO
105.1-6 | Expresar
gratitud a Dios lo glorifica y enaltece, ¿pero sabía usted que hacer esto
también nos beneficia? El Señor no necesita nuestras gracias, pero necesitamos
darlas para que podamos llegar a ser lo que Él quiere que seamos: generosos,
animados y confiados. Dar gracias…
Vuelve a enfocar nuestra atención: La vida está llena de situaciones y
distracciones que nos impiden ver todo lo que Dios ha hecho por nosotros. En
vez de levantarse con el peso del mundo sobre sus hombros, trate de enfocarse
en el Señor dándole gracias por su provisión, guía y fidelidad en el pasado.
Alivia la ansiedad: Puesto que la sociedad ejerce mucha presión, y
nos carga de responsabilidades, muchos vivimos en una ansiedad constante.
Cuando traemos nuestras preocupaciones al Señor con acciones de gracias, la
carga se traslada a Él, y nos llega su paz (Fil 4.6, 7).
Renueva nuestra relación: La gratitud nos evita pensar que la
vida cristiana gira en torno a nosotros y a nuestras necesidades. Nuestra
comunión con Dios se engrandece porque nos enfocamos en Él.
Fortalece nuestra fe: Cuando damos gracias a Dios por su
fidelidad, nuestra confianza aumenta.
Regocija nuestro espíritu: La acción de gracias es la mejor
manera de salir de la depresión del desánimo.
Aunque la
gratitud es siempre beneficiosa, no siempre es fácil. Cuando usted está
desalentado o agobiado, probablemente no está de ánimo para dar gracias a Dios.
Pero dar gracias al Señor por todo lo que Él ha hecho, es la manera más rápida
de cambiar nuestra actitud, y revitalizarnos.
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