“La oración
de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará.” Santiago 5:15ª
Crecí en un
lugar donde había muchos lagos hechos por el hombre. Ahí se disfrutaban la
pesca, deportes acuáticos y otras actividades. Sin embargo, también ocurría
algo que preferiríamos olvidar: las inundaciones.
En una
ocasión mientras llovía, el río Guadalupe, que fluye directamente en el lago,
se inundó más rápido de lo normal. Para controlar el nivel, los ingenieros
sacaban un poco de agua por medio de las compuertas.
Recientemente
oí cómo las inundaciones arrasan con tantos lugares. Cuando me puse a orar por
los afectados, el Señor me dio una imagen de unas grandes compuertas de metal.
Recordé la forma en que las compuertas son abiertas cuando hay mucha lluvia. De
la misma manera, las esclusas del cielo se abren con nuestras continuas
oraciones.
La Biblia
dice que Dios recompensa a los que le buscan fielmente. Salmos 92:5-6 dice: “Oh
Señor, ¡cuán imponentes son tus obras y cuán profundos tus pensamientos! Los
insensatos no lo saben, los necios no lo entienden”.
Dios
siempre está a tiempo con su respuesta a cada petición. Sin embargo, Él no es
gobernado por nuestra agenda humana.
Ana fue
estéril antes de ser bendecida por el nacimiento de su hijo Samuel. Se nos dice
en las Escrituras, que el Señor cerró su vientre sin ninguna explicación. Lo
que sí sabemos, es que debido a su condición, la otra esposa (que sí tenía
varios hijos) se burlaba de ella. Ana estuvo muy angustiada y sólo lloraba.
¿Por qué
Dios nos permite pasar por algo así? ¿Será que Él permite la esterilidad y la
crítica de otros para hacerle ver algo?
En el caso
de Ana, ella no se sentó a esperar que las cosas cambiaran. Ella le presentó su
situación al Señor con mucho llanto y oración, diciendo algo como: “Padre, ¿no
ves con lo que lucha tu sierva? Por favor recuerda mi petición para tener un
hijo. Si lo haces, te lo entregaré como siervo en la casa del Señor”. La
historia no acaba ahí: Al poco tiempo de esto, quedó embarazada y tuvo a un
hijo llamado Samuel.
“Pidan, y
se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.” Mateo
7:7-8.
Oración:
Señor,
gracias por permitir momentos de dificultad en mi vida. Sobre todo, gracias por
no dejarme en esos momentos. Si hoy no veo solución a mis problemas o me
encuentro en tiempo de crisis, escúchame y abre las compuertas del cielo para
darme el socorro que necesito. En el nombre de Jesús, amén.
Escrito por
Byron Bohnert. Escritor invitado
Fuentes;
Club 700
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