domingo, 16 de octubre de 2011

La cabeza en la boca del león



Devocional Diario- Actualmente, al menos en nuestro país, Argentina; rige una prohibición estricta en cuanto al empleo de animales en los números de circo. Puntualmente recuerdo el del domador encerrado en una jaula con una fiera salvaje, donde el “broche de oro” de la actuación era hacer que el león abriera su boca e introducir la cabeza del domador dentro de ella.


Ignoro si había algún truco o “secretillo” para salir ileso y ser capaz de escuchar en una sola pieza los aplausos del público después de semejante temeridad. Lo cierto es que en el transcurso de la historia del número, más de uno se equivocó y algún domador de fieras no salió del circo por sus propios medios. Es más, alguno también dejó la vida ante el arrebato salvaje de un animal de casi cuatro veces el peso de su osado adiestrador.

A los creyentes quienes hemos tomado la opción de obedecer el llamado de Dios y ser en alguna medida, de bendición a los demás; a veces se nos olvida el hecho real de que vivimos literalmente metiendo la cabeza dentro de las fauces de un león… aunque no lo veamos, aunque tal situación no se haga tangible a nuestros sentidos naturales.

No importa si escribes, cantas, predicas o tal vez realizas la limpieza del lugar donde se lleva a cabo una reunión o culto cristiano. Lo cierto es que cada vez que con nuestro aporte llegamos con el mensaje de luz de Nuestro Señor a un alma perdida entre las tinieblas de este mundo corrupto y caído, hay un león que se enfurece y procura por todos sus medios arrancarnos la cabeza (1 Pedro 5:8).

El mismo Poder que un día cerró la boca de los leones en el foso para que no le hicieran daño a Daniel (Daniel 6:22) hoy está disponible en toda su potencia y magnitud para cada uno de nosotros. Es por ello que por ninguna razón se nos debe perder de vista que la Obra es de Nuestro Señor, el Dueño de la Viña. Que solamente podremos subsistir y ser de bendición tomados de Su Mano y amparados en Su Poder. Que no podemos ni debemos darnos la “licencia” de descuidarnos el apoyo, el sostenimiento recíproco en oración de los unos por los otros.

    “Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo el diablo anda buscando a quien destruir, como si fuera un león rugiente.”

    (1 Pedro 5:8 Biblia en Lenguaje Sencillo)

Autor: Luis Caccia Guerra

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