Colosenses
3:
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios,
santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia;
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos
unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de
amor, que es el vínculo perfecto.
15 Y
la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
16 La
palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y
exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales.
17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre
por medio de él.
La palabra
de Cristo more en abundancia en vosotros, […] cantando con gracia en vuestros
corazones al Señor" Colosenses 3:16
Hace varios
años, mi esposo me ayudó a guiar un grupo de alumnos de escuela secundaria en
un corto viaje misionero para trabajar en una escuela cristiana en una
comunidad urbana. Lamentablemente, Tom se había quebrado el pie poco antes del
viaje, por eso, supervisaba el trabajo desde una silla de ruedas. Estaba
desanimado porque no podía participar como había pensado.
Mientras él
trabajaba en la planta baja, unas chicas estaban pintando en el tercer piso. Podía
escucharlas cantando en voces coros de alabanza que resonaban a través de las
amplias escaleras. Cada una de las canciones lo estimulaba espiritualmente.
«Fue el sonido más hermoso que escuché en toda mi vida —me dijo más tarde. —Y
me levantó el espíritu».
Colosenses
3 nos recuerda: «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales» (v.
16). Esas jovencitas adolescentes no sólo ofrecían una dulce alabanza a Dios,
sino que también ministraron a un colaborador en la obra.
Cualquiera
que sea la actividad que hagas hoy, cultiva una actitud de alabanza. Ya sea por
medio del canto o de la conversación, haz que el gozo del Señor repercuta en
otras personas. Nunca sabes a quién podrías llegar a alentar.
Reflexión:
La esperanza puede encenderse con una chispa de ánimo.
Fuentes:
Nuestro Pan Diario
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