Su meta
número uno es la de comenzar a desarrollar un ministerio en su hijo o hija, uno
por medio del cual Jesús pueda transformar la vida de él o ella.
Esto no
puede ilustrarse de manera más vívida que con el encuentro de Jesús con la
mujer en el pozo (Juan 4:1-26). Como usted recordará, Jesús estaba sentado
junto a un pozo cuando una mujer de Samaria se aproximó. Él le pidió de beber.
En aquellos días, los judíos y los samaritanos no se asociaban para nada.
Además, estaban prohibidas las conversaciones públicas entre hombres y mujeres
que eran extraños entre sí. Pero Jesús rompió todas las reglas hechas por el
hombre. Él sabía que la mujer había tenido cinco esposos. Él sabía que ella
necesitaba del agua de la vida eterna, la cual sólo Él podía dar. Así que en
vez de hacer lo que era políticamente correcto, en vez de no hacerle caso como
a una ramera, Él le ministró de acuerdo a la necesidad de ella. Él conocía su
necesidad y la trató de tal modo que ella pudo recibir de Él y ser bendecida.
La preocupación número uno de Jesús era la salvación de la mujer y su
liberación del dolor.
Su hijo o
su hija desobediente están sufriendo, y tiene una intensa necesidad de Dios en
su vida. Sí, cuando él o ella se están portando mal, su comportamiento es
errado y se debe tratar, pero dentro de ese cuerpo hay un niño o una niña
herido que sufre. No es necesario que usted lo mime o le facilite las cosas,
pero ese hijo necesita su ayuda. ¿Está usted preparado para proveerla?
Puede ser
difícil para los padres cambiar la manera en que enfrentan al hijo
desobediente. Para muchos, la relación se ha convertido en una batalla. La
mayor parte de la comunicación ha tomado la forma de discusiones o de intentos
por disciplinar. Para ayudarle a usted a transformar su actitud hacia el tratamiento
de ese cáncer, de una actitud basada en la ley a una basada en la gracia, trate
de comprender las acciones de su hijo o hija. ¿Cuáles son las razones detrás de
la locura en su vida?
La
disciplina todavía sigue siendo necesaria en la crianza de los hijos. Pero por
ahora es importante orar acerca de cómo Dios quiere que usted discipline a su
hijo o hija. Recuerde que existe un componente espiritual en el comportamiento
de él o de ella. ¿Qué lecciones espirituales pueden enseñarse a través de la manera
en que usted disciplina? Otra manera de pensar en ello es que la forma en que
usted reacciona al comportamiento de su hijo puede impactar en la forma en que
él ve a Dios y su relación con Dios.
Entendiendo a los adolescentes
Cuando yo
era joven, mi padre fielmente llevaba a la familia de viaje a las montañas. A
menudo, mi tío se nos unía y nos llevaba a cazar, a pescar y a acampar.
Empacábamos todo en el automóvil a las cinco de la mañana y viajábamos a las
montañas sin importar cómo estuviera el tiempo, con nieve, con lluvia o con
sol. Un día, las dos familias juntas planearon un viaje para ir a esquiar. Con
dos automóviles y diez niños, comenzamos tarde y viajamos durante dos horas
antes de detenernos para la cena y registrarnos en un hotel de la localidad. A
la mañana siguiente, una tormenta de nieve muy fuerte azotó la zona. Era
extremadamente difícil ver hacia dónde íbamos, pero estábamos determinados a
encontrar el centro vacacional de esquí y esquiar. Condujimos cuesta arriba y a
través de valles y varios pueblos buscando la ladera de esquí a través de la
nieve. Literalmente pasamos el día en el automóvil.
Finalmente,
mi papá decidió darse por vencido y regresar al hotel. Al aproximarnos, vimos
algo muy interesante, había una ladera de esquí cruzando la carretera. Todo el
tiempo nos habíamos esforzado al máximo para encontrar nuestro destino, pero la
nieve, la confusión de diez niños y el hecho de nunca antes haber estado en la
zona hizo muy difícil que encontráramos el camino. Esta experiencia es muy
similar a lo que los adolescentes experimentan.
Su hijo o
su hija están tratando con todas sus fuerzas de encontrar su camino para
abrirse paso en la adolescencia. Está tratando de entender quién es, pero una
tormenta de nieve está cayendo por todos lados a su alrededor, nublándole el
camino.
Por
supuesto, cada niño es diferente, pero la mayoría de los adolescentes cambian
muchas veces de dirección. Usted lo verá en su comportamiento, o notará cómo
cambian de parecer con frecuencia. Parecen hacer cosas opuestas casi a diario.
Un momento se vestirán de cierta manera, escucharán a un tipo de música en
particular, o andarán con un cierto grupo de amigos. Al siguiente momento, todo
eso habrá cambiado.
Un
adolescente está tratando de separarse de su yo infantil, para llegar a ser
adulto. Algunas veces esto significa separarse de usted, el padre o la madre.
Probablemente su adolescente está tratando de entender qué versión de sí mismo
"encaja" en el mundo. ¿Qué clase de vida quiere desarrollar y
continuar llevando? Tal vez usted note que no le gusta estar con usted en
público, y quiere mostrarle cada vez menos afecto. Más que nada, esto es sólo
una señal de que está creciendo y llegando a la vida adulta.
Su trabajo
y su responsabilidad son ayudar a su hijo o hija a pasar por la adolescencia.
Pero la pregunta del millón de dólares es:"¿Cómo?" Muchos padres no
tienen ni idea acerca de lo que sus hijos necesitan a fin de llegar a
convertirse en jóvenes adultos. Sí, existen ciertas cosas que no queremos que
nuestros hijos hagan y otras que desearíamos que estuvieran haciendo. Pero
algunos padres reaccionan de manera exagerada ante las malas elecciones de sus
hijos adolescentes. Pierden de vista todo el panorama. Un ejemplo de mala
conducta relativamente poco importante tiene menor efecto a largo plazo en el
adolescente, que su aprendizaje para llegar a ser un adulto independiente y
maduro.
He
escuchado innumerables quejas acerca de los hijos y de su comportamiento.
Algunas veces me sorprendo de manera increíble, no a lo que el adolescente
hace, sino a lo que los padres piensan que es malo. Una vez me llamaron a una
reunión con una mamá que estaba desesperada por hablar con alguien acerca de su
hijo. Ella estaba en estado de pánico y extremadamente preocupada por su Jimmy.
Yo tenía la impresión de que el muchacho estaba a un paso de ser arrestado y
llevado al centro de detención juvenil. Una vez que nos sentamos y nos pusimos
a conversar, supe que ella estaba disgustada porque su hijo no asistía a la
iglesia. Sí, la iglesia es importante. Pero en este caso, no era una señal de
rebeldía consumada.
Al mismo
tiempo, lo que hace que la crianza de los hijos sea una labor tan difícil es
que es un error pensar que el comportamiento de un hijo desobediente no es
grave. Cada cierto tiempo, escucho a alguien decir: "Mi hijo está pasando
por una etapa. Ya la superará". No existe el comportamiento rebelde
inofensivo. Una vez más, no toda señal de rebeldía es el fin del mundo, pero
debe tratarse de inmediato. No se la puede pasar por alto por seis meses, ni
siquiera por seis semanas o seis días. Cuanto más pronto reconozca los
problemas y comience al menos a orar por soluciones y remedios, tanto mejor.
Esto no sólo le evitará a usted permitir que las cosas se le escapen de las
manos, sino que también le ayudará a desarrollar un hábito de ser proactivo
cuando se trata de sus hijos. Ellos pronto entenderán que mamá y papá están
desarrollando su labor de padres, y usted no perderá nada.
Es
importante orar por discernimiento acerca de la causa de la rebeldía de su hijo
o hija. ¿Ha causado la rebeldía alguna situación familiar? ¿Puede él o ella
estar actuando de acuerdo a los problemas particulares que existen en su
familia? Se requiere valor para reconocer la posibilidad de que su familia
tenga problemas serios. Para ayudar a identificar un patrón de que su familia
podría estar funcionando mal, retroceda en sus pensamientos y recuerde cómo
eran las cosas en su familia cuando usted estaba creciendo. Si había algún tipo
de disfunción en su propia niñez, existe una buena probabilidad de que ahora,
hasta algún punto, también exista en su familia. Si es así, sería sabio buscar
ayuda externa. Cualquiera que sea la razón para el comportamiento del hijo
desobediente, usted debe preguntarse: "¿Se trata de una expresión externa
o es una batalla interna?"
¿Qué es ser desobediente?
Cada niño y
cada familia es diferente, así que depende de usted decidir qué constituye
rebelión para su hijo o hija. Tal vez sea necesario evaluar la situación y
decidir qué batallas va usted a librar primero. Si su hijo o hija se fuga, toma
drogas, y está teniendo relaciones sexuales, usted tiene razón. Él o ella es
rebelde. Lo primero que se ha de hacer es una lista de las cosas que usted cree
que están haciendo de su hijo un muchacho desobediente. Una vez más, esto
variará de familia a familia.
¿Es respondón?
¿Es sexualmente activo?
¿Es grosero con usted y/o con su cónyuge?
¿Se fuga?
¿Está viviendo con otra persona y no se
comunica con usted?
¿Está involucrado en alguna secta?
¿Tiene tendencias suicidas?
¿Es adicto a las drogas? ¿Al alcohol? ¿A
otra cosa?
¿Está en alguna pandilla?
¿Está en la cárcel? ¿Tiene amigos
criminales?
Elabore su
propia lista, y sin importar si ésta es corta o larga, comience a colocar los
problemas de acuerdo a su prioridad. ¿Hay uno o dos entre éstos que son más
crítico que los demás? ¿Es alguno de ellos la causa de otros problemas? Es
importante que usted los identifique con claridad y anote los problemas. Esta
lista será invalorable a medida que aprende cómo Dios puede ayudar a su hijo
desobediente y a su familia.
Asimismo,
Satanás es el maestro del engaño y de hacer ver las cosas como no son, y usted
podría descubrir que él ha hecho aparecer las cosas peor de lo que en realidad
son.
Por Miles McPherson
Fuentes: Ministerio Antes del Fin
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.