Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes y
escorpiones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer
daño. Sin embargo, no se alegren de que puedan someter a los espíritus,
sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.
Lucas 10.19-20
Aunque estas palabras fueron dirigidas a los 72 enviados por Jesús a hacer el trabajo, creo fuertemente que pueden ser aplicadas a cada uno de nosotros. Antes de decir esto, Jesús dijo que el trabajo era mucho y los trabajadores pocos. Esta afirmación se aplica a nuestro presente, a nuestro mundo actual y esta volviéndose cada vez mas evidente; hay tanto por hacer por Su reino y tan poca gente realmente llena de Cristo, llena de amor , de humildad, de honestidad y disponibilidad de llevar a cabo el trabajo. Cada uno de nosotros tenemos un trabajo especifico por hacer para nuestro Dios, a menudo no sabemos rápidamente cual es ese trabajo especifico y se requiere de tiempo el entender o aun el ser intencional en descifrar y descubrirlo, porque a veces pensamos que Dios nos lo revelara mágicamente. Y El lo hará, pero no hasta que nosotros hagamos nuestra parte de buscar, analizar, pensar, orar y poner en practica las opciones que creemos posibles que son nuestro llamado o trabajo especifico. Es importante recordar que hay mucho mas por hacer para Su reino que el predicar, el trabajar con jóvenes o con niños (lo cual es fantástico pero no lo único por hacer). Y por esto, se nos ha dado Su autoridad, talentos y a menudo la experiencia (aunque no lo sabemos en el momento) de llevar a cabo nuestro llamado especifico.
Dale un vistazo a tu pasado. Donde has estado? De donde te ha redimido El? Qué has aprendido de tu pasado? Dale un vistazo cuidadoso y analítico, porque es posible que allí este tu llamado. Nuestro pasado es en vano si no permitimos que Dios lo use en el presente y en el futuro. Cada minuto de dificultad y de felicidad de nuestro pasado vale la pena cuando lo usamos para traerle Gloria a El, cuando la vida de otros es tocada, cambiada o sanada. Nuestro llamado es cumplido cuando los demás son tocados, sanados o cambiados y cuando todo lo que hacemos para El traen Gloria y exaltan a Dios. Nosotros simplemente somos mediadores que llevan a otros a tener la misma experiencia o aun mejor de la que nosotros hemos tenido con nuestro Padre, porque sabemos que nada se compara a conocerle y sentirle tan real como El es.
No temas, no te quedes atrapado en tu pasado, en arrepentimientos, en vergüenza, menospreciándote por lo que ha sucedido en tu vida o por lo que has hecho. En cambio, permite que Dios termine de transformarte para que puedas usar tu pasado para amar e invertir tu vida en otros y para darle Gloria a El!
Robert & Rebecca Vander Meer
La Arboleda
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