Un maestro sufí había perdido la llave
de su casa y la buscaba afuera, en la grama. Se puso de rodillas y comenzó a
pasar sus dedos sobre cada hoja de hierba.
Llegaron ocho o diez de sus
discípulos.
- Le
preguntaron: “¿Maestro te pasa algo?”.
- Él
contestó: “He perdido la llave de mi casa”.
- Ellos
preguntaron: “¿Podemos ayudarte a encontrarla?”.
- Él
respondió: “Me encantaría”.
Así que
todos se pusieron de rodillas y comenzaron a correr sus dedos por la hierba.
A medida que
el sol se ponía más caliente, uno de los discípulos más inteligentes dijo: -
“Maestro, ¿tienes alguna idea de dónde perdiste la llave?”.
- El Maestro
contestó: “Por supuesto. La perdí en la casa”.
- A lo que
todos exclamaron: “Entonces, ¿por qué la buscamos aquí afuera?”.
- Él dijo:
“¿No es obvio? Aquí hay más luz”.
- - - - - - - - - -
Cuando T.
Keating cita este relato antiguo en su genial librito “La condición humana”,
termina añadiendo:
“Todos hemos
perdido la llave de nuestra casa. Ya no vivimos allí. No experimentamos
en nuestro interior la presencia de DiosÖ En esta parábola, la casa representa
la felicidad y la felicidad es la intimidad con Dios, la experiencia de la
presencia amorosa de Dios”.
En el
evangelio de hoy aparece la primera vez que el Señor se dirige a usted y a mí,
cuando nos ve siguiéndolo. Las palabras son:
“¿QUÉ
BUSCAN?”
Creo que
puedo hablar por usted cuando respondo: “Señor, yo estoy buscando ser feliz”,
porque, en el fondo eso es lo que todos deseamos. Lo que nos diferencia es el
cómo.
Conozco a
una persona que, lamentablemente, está buscando ser feliz del modo equivocado.
Ella no tiene tiempo para el Señor, porque “tiene demasiado trabajo” buscando
ganar más y más dinero, mucho más del que necesita realmente.
Pero no se
da cuenta. Ella no tiene trabajo, el trabajo la tiene a ella.
Conozco a
otro para quien su vida social es lo primero. Eso es lo que lo hace
“importante”, y cree que la forma de ser feliz es ser importante.
Buscar la
felicidad en tener mucho dinero o ser importante socialmente es buscar la llave
en la grama. Nunca la encontrará por- que no es allí que está.
LA PREGUNTA DE HOY
¿Qué puede
esperar quien se acerca al
Señor en
actitud de búsqueda?
Conozco
personas que han decidido buscar al Señor por encima de cualquier “cosa”. Ellos
han encontrado tres tesoros:
1. Amor
incondicional.
Sea cual sea
su situación, el Señor los ha acogido aún más amorosamente que una madre; los
escucha, los comprende, y les da Su paz.
2.
Orientación y guía.
Para saber
qué hacer y, además, tener fuerza para hacerlo. (Sabiduría y fortaleza).
3.
Seguridad.
En una
relación de amistad con Jesucristo, no solo nuestra vida adquiere sentido
pleno, sino que tenemos la garantía de compañía permanente y de vida eterna.
“El que cree
en Él no muere, sino que tiene vida eterna” (Juan 3, 16)
“Solo
existen dos clases de personas razonables: Las
que sirven a Dios de todo corazón porque le conocen y las que le buscan de todo
corazón porque no le conocen”. Blaise Pascal
Por Luis García Dubus | Santo Domingo | Listin Diario |
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