Mateo 4: 18
Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado
Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran
pescadores.
19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres.
20 Ellos entonces, dejando al instante las
redes, le siguieron.
21 Pasando
de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano,
en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
22 Y ellos, dejando al instante la barca y a
su padre, le siguieron.
23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en
las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda
enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le
trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas
enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los
sanó.
25 Y le
siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro
lado del Jordán.
Cuando Cristo estaba a punto de dejar esta Tierra, prometió a sus discípulos que les enviaría un Consolador que nunca los abandonaría. En realidad, este Consolador viviría dentro de ellos (Jn 14.16, 17). Hoy en día seguimos a Jesús al escuchar y prestar atención a su Espíritu en nosotros, que es el guía más íntimo que podemos tener.
El Espíritu hace por nosotros todo lo que Cristo hizo por sus discípulos. Él nos guía en todo momento y nos enseña las verdades de Dios. Pero su trabajo en realidad va más allá. El Espíritu Santo nos transforma desde adentro hacia fuera, y nos capacita para servir y obedecer al Señor. Nos ayuda a descubrir la voluntad de Dios para nuestras vidas, y nos da el deseo y la fortaleza para seguir el camino que Él ha dispuesto para nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es obedecer.
Para seguir a Cristo debemos ser sensibles a la voz del Espíritu Santo. Cuanto más rendido esté usted a su dirección, mayor se volverá su oído espiritual. Escuchar al Espíritu Santo en oración y lectura de su Palabra es la única manera de crecer en la vida cristiana.
Fuentes: En Contacto
El Poder de DIOS esta en el Espiritu Santo. Nada se mueve, nada!!! Sino es atraves del ESPIRITU. EL Espiritu Santo es Consolador, es Transformador. Cuando oren ,siempre pidan la bendicion en el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Espiritu Santo. Amen
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