martes, 10 de enero de 2012

¿TE IMPORTA?



Lectura: Mateo 22:34-40.

"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" Mateo 22:37

En todo el sistema de subterráneos de Londres hay carteles que advierten: "Cuidado con la brecha". Les recuerdan a los usuarios del metro que presten atención al espacio que queda entre el tren y la plataforma. En los Estados Unidos, he visto carteles en las carreteras con una sola palabra: ¡Piense!. El mensaje es claro: en medio de nuestra rutina diaria, a menudo no pensamos en lo que hacemos.

¿Puede ser que esto también suceda con nuestra relación con Dios? Cuando le pidieron a Jesús que dijera cuál era el mayor de los mandamientos, Él respondió "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestra mente debe estar plenamente sometida a Dios y consagrada a amarlo en forma práctica, al igual que nuestro corazón y nuestra alma.

En un libro sobre liderazgo cristiano, William H. Danforth escribe: "Cuando es tan fácil que otro piense en nosotros, la gran tentación es dejar de pensar". En lugar de hacer que nuestra mente participe cuando adoramos y servimos a Dios, seguimos rutinas conocidas y predecibles. En vez de pensar sin temor y con creatividad en cómo expresar nuestro amor al Señor, nos conformamos con decir y hacer lo que siempre hemos hecho.

Pensar es un trabajo arduo, pero amar a Dios es un gran privilegio que merece todo el esfuerzo mental que podamos dedicarle.

Reflexión: Si quieres que tu amor a Dios aumente, piensa en Él todo el tiempo.

Fuentes: Nuestro Pan Diario

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