jueves, 12 de enero de 2012

CRISTIANO, NO SE FIJE EN LA TEMPESTAD



Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Mateo 14:30-31


El diablo hará cualquier cosa para que usted quite sus ojos de la Palabra de Dios. Por ejemplo, causará problemas en su vida, agitará las cosas de tal manera que su situación sea como un bote de remos en una tempestad, hará lo que pueda para que usted ponga sus ojos en el mundo físico y en la situación que lo rodea y no en las promesas de Dios. Él sabe que si no logra ese cometido, usted podrá valerse de las promesas de Dios para derrotarlo.

Esa táctica fue la que Satanás utilizó contra Pedro. Cuando Pedro saltó de la barca en obediencia a la palabra de Jesús, ¿qué sucedió después?: él anduvo sobre las aguas sin ningún problema. Cuando Jesús le dijo “ven”, él se aferró a esa palabra y saltó al agua. Pero cuando quitó sus ojos de esa palabra y los volvió a la tempestad, se puso a pensar que lo que él estaba haciendo no podía ser posible; después de todo, él era pescador. Todos sus conocimientos y toda su experiencia le decían que cuando las olas y el viento eran tan fuertes, él sería arrastrado por ellas. Él empezó a fijarse en lo que sabía del mundo natural en lugar de lo que Jesús le había dicho, entonces su fe le faltó y él empezó a hundirse.

No permita que eso le suceda a usted. Una vez que reciba alguna revelación de la Palabra de Dios, aférrese a ella y no se fije en nada más porque el diablo hará cualquier cosa para que usted desista de ella: agitará las cosas a su alrededor, tratará de infundirle temor y traerá a su memoria cosas del pasado para hacerle pensar como lo hacía antes en la vida vieja.

Pero no ceda. Fije su mira en la Palabra de Dios hasta que sea más real que cualquier otra cosa, y podrá andar sobre las aguas sin ningún problema.

Escritura Devocional para leer:
Mateo 14:30-31
Texto Bíblico Devocional:
Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Fuentes: Devocionales Cristianos

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