Lectura: Salmo
88.
"Y la paz de Dios [...] guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" Filipenses 4:7
Samuel
Johnson, un escritor del siglo XVIII, era famoso por su ingenio, sensibilidad y
conocimiento enciclopédico. Él consideraba que la soledad era deprimente, por
lo tanto, para rodearse de gente, solía invitar a su casa a los pobres y a los
desamparados. También confesó que tenía mucho miedo de morir.
Sin
embargo, un artículo de la Enciclopedia Británica habla del "amor a la
vida" de Johnson. Lo caracteriza como "moralista cristiano", con
una firme convicción de la realidad del pecado y de la redención que se obtiene
mediante la fe en Jesucristo. Dice, además, que "su fe prevaleció",
porque cuando supo que estaba muriendo "se negó a tomar narcóticos porque
había orado para poder entregar con lucidez su alma a Dios".
El artículo
concluye: "Pocos hombres han dejado mejores ejemplos del arte de vivir que
Samuel Johnson".
He conocido
muchos creyentes con la misma actitud. La mayoría de ellos pasaron por ciclos
repetidos de gozo y tristeza. Y cuando estaban deprimidos, el solo hecho de
citar versículos bíblicos los ayudaba poco, porque ya los conocían. No
obstante, seguían viviendo para Dios y orando, y la fe de ellos prevaleció. La
"paz de Dios" llenó sus corazones (Filipenses 4:7). Esta es una buena
noticia para todos nosotros; en especial, para aquellos que atraviesan momentos
de duda y de desesperación.
Reflexión:
Cuando la vida se llene de sombras, dirige tu mirada hacia la luz del amor de
Dios.
Fuentes:
Nuestro Pan Diario
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