"… la prueba de vuestra fe produce paciencia" Santiago 1:3
Hay una compañía en Estados Unidos que fabrica impresoras para computadoras. Antes de despacharlas, pasan por una prueba que consiste en congelarlas primero, luego calentarlas a 54°C y, por último, sacudirlas violentamente durante 15 minutos. Este es el último paso de un proceso llamado "endurecimiento", que prepara una impresora ordinaria para que la use el ejército. Con los circuitos asegurados y los componentes en una caja metálica, el fabricante la prueba al extremo hasta cerciorarse de que funcionará en el campo de batalla.
Si eso te recuerda el proceso de fortalecimiento espiritual que estás atravesando, cobra ánimo. Es Dios mismo, nuestro amado Padre, el que permite las épocas de prueba para prepararnos para servirle. Cuando enfrentamos circunstancias difíciles, la Biblia nos ofrece esta sorprendente instrucción "… tened por sumo gozo […], sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" (Santiago 1:2,3).
En medio de todo, Dios nos invita a pedirle sabiduría. ¿Por qué? Para que sepamos cómo reaccionar ante las pruebas. El la da "abundantemente" a todo el que se la pida (v.5).
Si la vida fuera una oficina limpia con acondicionador de aire, los cristianos débiles funcionarían bien, pero habitamos en un mundo inmerso en una batalla espiritual de vida o muerte. Si confiamos en Dios en las épocas difíciles, nos volveremos "duros y aptos" para ser más útiles.
Reflexión: Dios permite la adversidad en nuestra vida para mejorarnos, no para destruirnos.
Fuentes: Nuestro Pan Diario
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