Leer | Salmo 145.1-13 | Cuando surgen las dificultades, ¿en qué se
enfoca usted, en el problema, en cómo le afecta, o en las consecuencias para
los demás? Los escritos de David lo muestran siguiendo el plan de Dios en medio
de las dificultades: la meditación en la suficiencia y la voluntad del Señor.
El resultado era fortaleza y esperanza para su alma.
Las circunstancias pueden ser avisos valiosos para meditar, si
combinamos una cualidad del carácter del Señor con nuestro problema. Puesto que
la relación de David con Dios se basaba en la confianza, su impulso era lidiar
con las pruebas esperando la ayuda divina y la victoria. Por ejemplo, su
amenazador enfrenamiento con Goliat trajo a su mente el poder del Señor para
liberarlo (1 S 17.37). Ante un tipo de peligro diferente —las amenazas y
persecuciones del rey Saúl— David optó por meditar en el hecho de que Dios era
su refugio y su fortaleza (Sal 91.2). Además, al sufrir la pérdida de seres
queridos, permitió que la presencia y el consuelo de Dios llenaran su corazón y
su mente (1 S 30.3-6).
Nuestro principal recurso es la Palabra de Dios. En todas sus páginas se
muestran claramente el carácter, las obras y los propósitos del Señor. Cuando
llegue la próxima dificultad, utilícela como una oportunidad para meditar en
algún aspecto de nuestro Dios trino. Esto le dará fortaleza y esperanza para
sostenerle.
(En Contacto)
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