El mundo
está lleno de cristianos que no guardan la Palabra de Dios. Piensan que es algo
inocente sentarse a la mesa en la casa de Dios y murmurar y quejarse, como si
Dios no oyera. ¡Dios sí oye nuestras murmuraciones! Acusaciones que dicen que
Él no se preocupa, insinuaciones que Él te ha abandonado.
Dios me ha
advertido de no dar lugar a las dudas y temores persistentes, sea que vengan de
mi esposa, de mis amigos, de mis seres queridos o de mis colegas. Dios dice que
tome esas dudas a la cruz y diga: “Jesús, sana mi incredulidad, llévatela”.
Israel pasó
cuarenta años en el horno, murmurando, quejándose, llenos de amargura y celos.
¡Qué existencia tan miserable llevaban ellos, mientras decían ser hijos de
Dios, creyéndose santos!; pero éste era el testimonio de ellos, no de Dios.
Debemos
llegar al lugar en el que confiemos en Él. Si lo aprendemos ahora, la siguiente
vez que venga una crisis, ¡cantarás y gritarás alabando a tu Libertador! ¡Oh!
la victoria estará ahí, pero hay algo más importante: habrás dado un golpe
mortal a toda duda, temor e incredulidad.
¿Dónde
comienzas? Mirando directamente al espejo de la Palabra de Dios. Considera tus
palabras y acciones de los últimos treinta días: ¿Has estado murmurando
quejándote?; quizás respondas: “sí, ¡pero no he murmurado contra Dios!”; ¡Oh,
sí que lo has hecho!, no importa dónde o de quién te quejas, siempre está
dirigido a Dios.
En cada
lugar que busco en mi Biblia, veo: “Confía en mí y te ayudaré. Sólo encomienda
tus caminos a mí”. ¿Qué se necesita?; simplemente esto: Estar quietos y ver la
salvación del Señor. Tu preguntarás: “¿Pero qué si nada sucede?” Esa pregunta
refleja duda y temor.
Amado,
tórnate a Dios hoy y dile: “Señor, he hecho todo lo que sé hacer en mi
situación, de todas formas, sé que no hay nada que pueda hacer para arreglar el
problema. Confiaré en Ti y esperaré Tu victoria”.
Que Dios
haga de ti, un testimonio para el mundo, un testigo de Su fidelidad. Ámalo con
todo tu corazón ahora mismo. ¡Entrégale todo tus problemas, toda tu fe y toda
tu confianza!
"Pero
pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del
mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense,
pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor." (Santiago 1:6-7).
(Blog de
David Wilkerson, fallecido)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.