LEA:
Romanos 10:8-15 | Se cuenta que la Reina Victoria de Inglaterra
se conmovió profundamente durante un culto en una iglesia. Después, le preguntó
al capellán: «¿Puede uno estar absolutamente seguro en esta vida de la
salvación eterna?».
Él no supo
responderle, pero un evangelista llamado John Townsend se enteró de la pregunta
de la reina y, después de orar mucho, le envió una nota: «Con manos
temblorosas, pero con un amor profundo, y porque sé que podemos estar
absolutamente seguros hoy de nuestra vida eterna en el hogar que Jesús fue a
preparar, ¿podría solicitar a su amabilísima Majestad que leyera los siguientes
pasajes de las Escrituras: Juan 3:16; Romanos 10:9-10?».
Dos semanas
después, el evangelista recibió esta carta: «… En oración y cuidadosamente, he
leído las porciones de las Escrituras que mencionó. Creo en la obra consumada
de Cristo a mi favor y, por la gracia de Dios, confío en que lo encontraré a
usted en aquel hogar del cual el Señor declaró: “voy, pues, a preparar lugar
para vosotros”». —Victoria Guelph
Townsend
estaba convencido de que, en esta vida, podemos tener seguridad de la salvación
eterna (v. 9), y le interesaba que otros también la tuvieran. Considera qué
significan Juan 3:16 y Romanos 10:9-10 en cuanto a tu destino eterno. Dios
desea asegurarte que tu pecado ha sido perdonado y que, después de que mueras,
estarás para siempre con Él.
Las vidas
arraigadas en la gracia inmutable de Dios nunca pueden ser desarraigadas.
(Nuestro
Pan Diario)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.