Leer | 1
CORINTIOS 2.12−3.3 | “No entiendo la Biblia”, es un comentario que
oigo con frecuencia, incluso de creyentes. No es ningún misterio que quienes no
tienen a Cristo, sean incapaces de comprender los conceptos bíblicos, pero ¿por
qué los que sí le conocen tienen problemas para entenderla? Algunas personas
piensan que la respuesta es haber estudiado en un seminario, pero he conocido a
pastores y maestros que no entienden realmente la Palabra de Dios. Conocen los
hechos, pero carecen de interés por la Biblia o por el Señor.
La clave no
es la educación sino la obediencia. Cuando nos dejamos guiar por lo que leemos,
el Santo Libro cobra vida, y comenzamos a escuchar y entender la voz de Dios.
Pero si no hemos obedecido lo que Dios nos ha revelado anteriormente, ¿por qué
habría de darnos sus verdades más profundas? “Los secretos del SEÑOR son para
los que le temen” (Sal 25.14, LBLA). ¿Quiénes son “los que le temen”? Los que
obedecen sus mandamientos, a quienes se les ha prometido “buen entendimiento”
(111.10).
Un estilo
de vida carnal significa desobediencia ante el Señor. Esto nubla nuestros ojos,
oídos y manera de pensar. A pesar de que, como creyentes, tenemos pleno acceso
a la mente de Cristo, el apego a nuestras actitudes pecaminosas puede
impedirnos aprovechar los ricos tesoros de la sabiduría que se encuentran en su
Palabra.
Al leer la
Biblia diariamente, examine lo que Dios dice. Luego, bajo la dependencia del
Espíritu Santo, comprométase a hacer lo que Él le pida. Si usted escucha su
voz, Él le dirá verdades más profundas, y su entendimiento crecerá.
(En
Contacto)
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