A veces perdemos el rumbo que deberíamos llevar, a veces nos afanamos en otras cosas que no son el fin principal de la vida. En ocasiones dejamos que el trabajo, el dinero y otras ocupaciones ocupen el lugar más importante en nuestra vida. Nos preocupamos por tener dinero, por vestir bien, por tener lo último en tecnología, por tener una bonita casa y muchas otras cosas materiales, pero nos olvidamos de nuestra relación con Dios que debería ser lo más importante en nuestra vida.
“Luego les contó una historia: «Un hombre rico
tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. Se dijo a sí mismo: “¿Qué
debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. Entonces pensó:
“Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré
lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. Luego me
pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos
años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”. »Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas
a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has
trabajado?”.»Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su
relación con Dios, es un necio».” Lucas
12:16-21 (Nueva Traducción Viviente)
¿Qué es lo
más importante para ti en este momento?, ¿Tu trabajo?, ¿Obtener bienes?,
¿Relajarte?, ¿Divertirte?, ¿Qué es lo más importante?, ¿Será que lo más
importante para ti en este momento es tu relación personal con Dios?
Y es que
nos preocupamos por todo menos por estar bien con Dios, buscamos añadiduras
antes que el reino de los cielos. Queremos recibir, pero no ponemos nada de
parte nuestra y lo peor: terminamos enojándonos con Dios por no responder a
nuestros caprichos.
¿El dinero
es malo?, no, pero el amor al dinero si, ¿Los bienes son malos?, no, pero vivir
solo para ello si, ¿Trabajar es malo?, no, la misma Biblia dice que el que no
trabaja bueno es que no coma, es importante trabajar, pero lo malo es cuando el
trabajo se convierte en tu vida, cuando ocupa el lugar que debería ocupar Dios,
cuando haces de tu trabajo o de tus intenciones de querer dinero o bienes lo
primordial en tu vida.
Hoy te
invito a hacer de Jesús lo más importante en tu vida, pero no solo de palabras,
sino con acciones. Hoy quiero motivarte a tratar de ser rico en tu relación con
Dios.
Dedícale
tiempo a Dios, ora cada día, lee su Palabra, congrégate, obedece a Dios, ama a
tu prójimo, ten misericordia de los demás como Dios la ha tenido contigo, no
tengas mayor concepto de ti mismo que el que debes tener, pero sobre todo ama a
Dios cada día y que tu vida sea un homenaje al Señor, que todo lo que hagas,
hables, veas, oigas o pienses glorifique el Nombre de Dios y que tu mente tenga
como lo más importante de tu vida tu relación personal con Él.
Cuando nos
decidimos a ser ricos en el Señor a través de lo espiritual, Dios se encargará
de bendecirnos en lo material si así fuese su voluntad.
¡Seamos ricos espiritualmente y hagamos de Dios lo más importante en
nuestra vida!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito originalmente para Destello de su Gloria
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