LEA: Éxodo
6:1-8 |
Mi amiga Joann deseaba profundamente convertirse en concertista de
piano, y viajar y tocar como solista o acompañante. Mientras estudiaba en la
universidad para obtener su título, desarrolló una tendinitis en el brazo
derecho, lo cual hizo que perdiera fuerza y no pudiera cumplir con el recital
obligatorio como solista. Entonces, terminó graduándose como profesora de
historia y literatura de la música.
Ella había
aceptado a Cristo como Salvador, pero estuvo rebelada contra Él durante varios
años. Más tarde, otras circunstancias difíciles hicieron que sintiera que el
Señor estaba buscándola, y volvió a Él. Con el tiempo, su brazo recuperó la
fuerza y pudo cumplir su sueño de viajar y tocar el piano. Declara: «Entonces,
pude tocar para la gloria de Dios y no la mía. Su brazo extendido restauró mi
vida espiritual y la fuerza en mi brazo para permitirme servirlo con el talento
que Él me dio».
El Señor le
prometió a Moisés que su brazo extendido rescataría a los israelitas de la
esclavitud en Egipto (Éxodo 6:6), y cumplió su promesa a pesar de las dudas de
su pueblo, a menudo rebelde (14:30-31). El brazo poderoso de Dios también se
extiende hacia nosotros. Independientemente del resultado de lo que estemos
atravesando, podemos confiar en que Él cumplirá su voluntad en cada uno de sus
hijos. Podemos depender del brazo poderoso de Dios.
Con la
fortaleza de Dios detrás de ti y sus brazos debajo, puedes enfrentar todo lo
que esté por delante.
(Nuestro
Pan Diario)
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