(Jesús
dijo): Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si
muere, lleva mucho fruto. – Juan 12:24.
Así ha
hablado el Señor… He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará
de sus raíces. – Zacarías 6:12.
El germen
de una semilla es casi invisible al ojo humano, sin embargo es la parte más
importante. En él se encuentra la vida de la planta, más bien la vida de una
nueva planta.
La Biblia habla
con expresiones diferentes del germen o “Renuevo” para designar al Mesías que
iba a venir. Es el “renuevo del Señor” (Isaías 4:2), un “renuevo” (Isaías
53:2), un “renuevo justo” (Jeremías 23:5), un “varón cuyo nombre es el Renuevo”
(Zacarías 6:12). Este lenguaje simbólico, típico de los profetas del Antiguo
Testamento, subraya a la vez la humildad en la que Jesús vino y el hecho de que
resucitó.
–Su
humildad: su nacimiento en el seno de una familia pobre, la fragilidad de un
niño acostado en un pesebre, su vida en el anonimato, su contacto con los más
pobres y despreciados, y por último su muerte en una cruz entre dos
malhechores.
–Su
resurrección: comparándose a una semilla de trigo, el Señor Jesús explicó que
tenía que morir, caer “en tierra”, para llevar fruto. El germen de la semilla
es su vida, pero una vez en tierra, imagen de la muerte, la semilla desaparece,
dejando desarrollarse una nueva planta. Esta es una imagen elocuente de la
resurrección, la vida surge de la muerte, una única semilla que muere produce
muchas semillas. Estas semillas representan a los creyentes, los cuales son el
resultado de la muerte y resurrección del Señor.
(Amen,Amen)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.