Leer |
SALMO 63.1-11 | Para algunos cristianos,
es bastante sencillo darse cuenta cuando alguien trata de llenar con cosas
equivocadas el vacío que tienen de Dios en sus vidas. Sin embargo, les resulta
difícil ver ese mismo error en sus vidas redimidas. Muy fácilmente ponemos
manos a la obra para Dios —sirviendo, enseñando, predicando y yendo al campo
misionero. Ninguna de estas cosas son malas; de hecho, todas son buenas. Pero
muchas veces son un intento equivocado de crear una sensación falsa de
intimidad con Dios.
¿Por qué
escoge un creyente tener una cercanía artificial con el Señor, si lo que Él
quiere es dar a sus hijos lo auténtico? Por dos razones: Primero, porque para
recibir su gracia es necesario que nos hagamos vulnerables y seamos humildes.
No hay nada que podamos darle o hacer para el Señor que nos limpie de pecado.
Segundo, porque para que una relación amistosa sea buena se requiere de trabajo
arduo, y eso también se aplica a nuestra relación con Dios.
Para
conocer realmente al Señor, usted tiene que leer la Biblia. No puede mantener
una estrecha relación con el Padre celestial si no hace caso a sus preceptos.
Usted debe, por tanto, llenar su mente con las cosas divinas y renunciar a las
influencias mundanas. Además, una vida de oración es fundamental para
relacionarnos con Dios. Estas cosas no suceden por casualidad, sino que exigen
un esfuerzo deliberado.
En pocas
palabras, cuando satisfacemos nuestra sed con agua viva, ya no estamos
sedientos. Cuando vivimos en comunión con Dios, la tentación por esforzarnos
para lograr la santidad con nuestras propias fuerza cesa, permitiendo que
nuestro servicios, ofrendas y adoración, glorifiquen sinceramente a Dios.
(En
contacto)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.