Leer |
MATEO 16.6-12 | El Señor Jesús pasó mucho tiempo
desarrollando la fe de sus discípulos, porque sabía que eso sería esencial para
las tareas que tendrían por delante. Durante más de tres años asistieron a una
escuela de fe, con Jesús como su instructor y con las Sagradas Escrituras como
el libro de texto. A veces, Cristo utilizó la instrucción verbal, pero enseñó
muchas lecciones por medio de demostraciones. Sanó a enfermos, echó fuera
demonios, alimentó a miles y calmó el mar. La enseñanza a los discípulos incluyó
pruebas que revelaban si creían realmente que Jesús era el Mesías.
A veces, la
comprensión de los discípulos era lenta, pero Cristo nunca se dio por vencido.
Los amonestó cuando demostraron falta de confianza (Mr 4.40), y elogió sus
señales de progreso (Mt 16.15-17). Su objetivo era establecer firmemente su fe,
para que pudiera realizar la obra de Él en y por medio de ellos. Después de su
ascensión, mandó a sus hombres a difundir el evangelio de la salvación hasta
los lugares más remotos de la Tierra. Sin fe, habrían fracasado.
El Señor
tiene el mismo objetivo para nosotros: acrecentar nuestra fe para que podamos
hacer la obra que Él ha dispuesto para nosotros. Si nuestra fe es grande, Él
logrará cosas sorprendentes por medio de nosotros. El Señor nos utiliza solo en
la medida que confiemos en Él.
El
desarrollo de la fe es vital para el creyente, por tanto Dios espera que
creamos lo que la Biblia dice acerca de Él y le depositemos nuestra confianza
en medio de las pruebas, no en nuestro propio entendimiento. Cada vez que le
creemos al Señor, nuestra fe crece.
(En
Contacto)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.