En la región del Punjab, miles de
cristianos trabajan en las fábricas de ladrillos en régimen de
esclavitud; centenares de ellos mueren de tuberculosis y otras
enfermedades; los intentos de huida se sancionan con multa de 50.000
rupias.
Según Worthy News en
Pakistán, país donde la cristiana Asia Bibi sigue esperando la muerte
por haber cometido un delito de “blasfemia”, miles de esclavos
cristianos trabajan en fábricas de ladrillos propiedad de musulmanes.
Las condiciones de
vida de los cristianos en estos “laogai” son espantosas; carecen de
asistencia sanitaria y la tuberculosis los diezma; sufren todo tipo de
maltrato y como último recurso para ser libres sólo les queda vender al
amo musulmán uno de sus riñones. Pero en el sumidero islámico
paquistaní, los hindúes de la provincia de
Sindh también padecen el mismo sistema de explotación, violencia
institucional islámica e indefensión, lo que pone en evidencia qué tipo
de democracia basura impera en la excolonia británica.
Fuente: Minuto Digital
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