Libertad Digital | El candidato de los
Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, ha sido proclamado presidente de
Egipto tras vencer con un 51 por ciento de los votos a su principal
rival, Ahmed Shafik, sucesor y último primer ministro con Hosni Mubarak.
El triunfo de Mursi
es el del islamismo y con ello llega el temor de una minoría cristiana
ya de por sí maltratada y discriminada en Egipto. Pero en su primer
discurso el flamante vencedor insistió en que no haría distinciones entre "musulmanes y cristianos, hombres y mujeres" ya que considera que "todos son iguales ante la ley"
.
Esta declaración de
intenciones ha sido vista por los cristianos, sin embargo, como un canto
de sirena o, como dicen ellos mismos, sólo son "bonitas palabras" que consideran que no encierran la verdad de lo que será su futuro.
Los cristianos coptos, "inseguros"
Así lo ve el padre
Greiche Rafiq, portavoz de la Iglesia Católica en Egipto. En una
entrevista en la agencia Asia News, ha afirmado que los cristianos están "inseguros" con la victoria del
islamista Mursi y que las "bonitas palabras" que les dirigió se tienen
que transformar en "hechos". Y es que los cristianos han sido víctimas
de numerosos ataques de los islamistas, que se recrudecieron aún más
tras la denominada "primavera árabe" que precedió a la caída de Mubarak.
El sacerdote
católico considera que los Hermanos Musulmanes nunca han tratado bien a
los cristianos y que éstos son partidarios de implantar la temida
sharia, paso previo de la islamización de Egipto, que se traduciría en
la sociedad en aspectos tales como la forma de vestir, en el trabajo y
en las tradiciones". Por ello, destaca la "inseguridad" de esta minoría.
De la misma manera
se ha manifestado el jesuita egipcio, Khalil Shamir, que en
declaraciones a Radio Vaticano, insistió en el temor que los cristianos
coptos tienen a la instauración de la sharia. Muy crítico con los
Hermanos Musulmanes afirma que el hecho de que éstos llevaran días
anunciando su victoria "indica la voluntad de no respetar las leyes".
El voto anti-islámico
Sin embargo, Shamir
destaca que los coptos han tomado plena conciencia de su situación. "Es
positivo que, a diferencia de lo que sucede normalmente, en esta
votación para las presidenciales los coptos hayan ejercido su derecho de
forma amplia. Significa que ahora los cristianos se sienten finalmente
ciudadanos, parte en las decisiones del pueblo egipcio. Su voto, sobre
todo por el ex primer ministro Shafiq, fue claramente anti-islámico. Los
coptos temen que se refuerce el artículo 2 de la Constitución, que
afirma que la sharia es el fundamento de la legislación.
Mientras tanto, la
Coalición de Coptos de Egipto ha instado a Mursi que garantice una
igualdad real entre los egipcios eliminando todo tipo de discriminación
contra las minorías, especialmente la cristiana, y las mujeres. Si no
cumple con sus promesas anuncian que no le obedecerán.
Ser cristiano en Egipto
Ser copto en Egipto
es ser, en muchos casos, un ciudadano de segunda. Una persona
discriminada por no ser musulmán y todo ello a pesar de que los coptos
son la verdadera esencia del país, los realmente oriundos del país.
El término copto deriva de la palabra griega aigyptios (egipcio) transformado en gipt y después en gibt. Es por tanto justo asegurar que hablar de copto es decir egipcio.
Sin embargo, la invasión árabe y la imposición del islam fue relegando a
un segundo plano a una Iglesia fundada por el propio evangelista San
Marcos en el siglo I.
Actualmente los
coptos viven dispersos por todo Egipto y representan una minoría del 10
por ciento del país. Los propios coptos aseguran ser 11 millones en todo
el estado, mientras que las autoridades lo rebajan hasta los 7
millones. Están presentes en pequeñas comunidades por todo el río Nilo y
también en Alto Egipto, cerca de la nueva y cristiana patria de Sudán
del Sur. También existen comunidades importantes en Alejandría y en el
Cairo viejo.
Una minoría históricamente discriminada
Pese a las promesas
del nuevo presidente islamista de preservar la igualdad de los egipcios,
la práctica habla de que esa supuesta igualdad no ha existido nunca
puesto que su situación se ha mantenido así durante los siglos en los
que el islam ha regido el país.
Como ejemplo valen
las declaraciones de Yusef Sidhom, editor de Al Watani, a la BBC. "Se
puede describir el problema como si fuéramos ciudadanos de segunda
clase, dijo. Añadía también que "en las tres últimas décadas ha habido una serie de agravios
que afectaron a los derechos ciudadanos coptos, en parte por una
legislación desigual y por las actitudes oficiales opuestas a que seamos
nominados en puestos ejecutivos del Estado o como candidatos en
elecciones políticas".
Esta discriminación se ve en la imposibilidad de los cristianos de acceder a determinados puestos de la administración
y de la enseñanza así como a los problemas que encuentran para poder
construir sus iglesias, lo que se contrapone con la situación del islam.
Además,
tradicionalmente el Ejército y el Gobierno se han mostrado muy
permisivos con los ataques que los radicales islámicos han perpetrado
contra los coptos y sus iglesias, incidentes que llegaron a su punto más
álgido en 2011 con los graves enfrentamientos y la matanza de
cristianos en varias ciudades.
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