lunes, 4 de junio de 2012

Disfruta lo que Dios te ha dado



Hace como dos meses estaba mirando una película con mi esposa, “midnight in Paris”, media noche en Paris y durante le película el personaje principal se encontraba yendo de una época a otra.


El protagonista era un escritor y estaba escribiendo una novela o una historia si mal no recuerdo; al salir este a pasear en la ciudad, llego la media noche y sonó la campana del reloj y la época cambiaron.

Llegó un carro del 1910 y lo recogió y se lo llevo a un determinado lugar, donde solamente encontró personaje de la historia que él había leído, era fabuloso para él, era encantador.

Después de este acontecimiento el llegaba toda la noche a ese lugar, para esperar la media  noche, que suene el reloj, montarse en el carro e irse a ese encantador lugar; y solamente era el lugar, sino la época, era todo lo que le rodeaba que cambiaba.

Allí él compartía con una mujer, que se enamoro de ella al punto que perdió la novia que tenia para casarse.

Durante un compartir  con esta mujer, ella lo llevo cerca de un lago para mostrarle algo y cuando llego la media noche sonó el reloj y llego un carruaje, recogió y llevo a la época de 1810; él comenzó a reclamarle acerca de su época y de los personajes de su época y ella le decía que el 1810 es una época maravillosa, al punto que ella decidió quedarse en esa época.

Este hombre después de perder su novia, y de también perder aquella mujer en 1810, se dio  cuenta que la época que le tocó vivir a él ,tiene también sus maravillas, tiene también sus encantos, es fabulosa ; él decidió volver a su época  y vivir su época a plenitud.

Muchos de nosotros nos encontramos viviendo una doble vida, estamos viviendo la vida de nuestros abuelos, estamos pensando como pensaban nuestros padres, nuestros abuelos, caminamos, respiramos y nos movemos como ellos.

Llegamos al punto de pensar que todas las enfermedades de nuestros antepasados, la vamos nosotros a heredar; mis abuelos, mis bisabuelos, mis tatarabuelos, murieron de un ataque al corazón y por ende también yo voy a morir del corazón.

Basta ya, es suficiente, cambiemos nuestra forma de pensar, nuestra forma de ver la cosa, empecemos a disfrutar lo que tenemos ahora; Joyce Meyer  dice que debemos disfrutar la vida en el lugar o la época que estamos caminos a donde vamos.

Disfrute sus hijos, disfrute su esposa, disfrute su hogar, disfrute su suegro, su comida, sus éxitos, sus fracasos, sus derrotas,  sus caída, su levantada; disfrute todo lo que la vida le da ahora, regocíjese.

“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor”. Romanos 14:8

Félix Abreu

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