En realidad, los consejos que se les pueden dar a los
padres antes de que nazca su primogénito son infinitos. Infinitos porque
cada historia, cada familia, cada casa, cada hijo y cada día, es
diferente; por lo tanto, la forma en que se van a desempeñar depende
todas de esas variables. Pero por suerte hay ciertos patrones que suelen
repetirse, y conocerlos te ayudará mucho para desenvolverte en tu rol
sin problema.
El ABC
1- Encontrar un pediatra: ni bien sale de la clínica, el bebé necesita estar controlado. Y mucho mejor que ir corriendo a una guardia, es contar con el que será su médico de cabecera. Lo ideal es tomar contacto con él un tiempo antes de que nazca el bebé. Primero, para despejar dudas, ya que hay muchos mitos que se mezclan con la realidad. Segundo, por cualquier eventualidad que pudiera presentarse. Es bueno preguntar por alguien de confianza a parientes y amigos cercanos. Lo mejor es optar por un consultorio cercano. Y no hay que olvidarse de pedirle el celular al pediatra. Ellos están acostumbrados a atender las dudas de los padres en cualquier horario.
2- La cuarentena es importante: no se trata de una cuestión puramente sexual, sino de salud. Si bien es cierto que la libido de las madres baja mucho al comienzo, también hay que prevenir que las heridas estén cicatrizadas del todo (en el caso de la episiotomía o la cesárea). Asimismo, el cuerpo y los órganos tienen que volver a su estado normal. Por otra parte, las mujeres son fértiles en esta etapa pero su menstruación no está regularizada.
3- El primer baño: muchas veces los padres esperamos ansiosos la reacción de nuestro pequeño con el agua. Pero los primeros días, hasta que se sale el cordón umbilical no se recomienda el baño. Para que caiga más rápido y evitar posibles infecciones, hay que limpiarlo con un algodón embebido en alcohol, cada vez que le cambiamos los pañales. Una vez que ha salido, debemos bañarlo en un ambiente tibio, sin corrientes de aire y con la temperatura del agua a 37 °C. Para comprobarla lo ideal es meter el codo.
4- Las horas de sueño cambiarán: sabemos, por los comentarios de la gente, que ya no se puede dormir cuando nuestro cuerpo lo pida, sino cuando el niño nos deje. Por eso, en lo posible hay que intentar adaptarse a sus horarios de sueño (sólo al principio). Por otra parte, el bebé debe dormir boca arriba, no demasiado tapado, en un ambiente libre de humo y con los brazos sobre las sábanas.
5- La hora del lobisón… o de los cólicos: cuando comienza a oscurecer muchos recién nacidos lloran sin parar y no entendemos bien qué les sucede. A veces, también pasa de madrugada. Aunque no se sabe con precisión a qué se debe, se cree que está relacionado con el momento en el que más lo atacan los cólicos. A no desesperar que a los 3 meses su aparato digestivo madura y se van estos horribles dolores. De todas maneras, el pediatra puede enseñar unos ejercicios para calmarlo.
7- Mejor prevenir: ¿has pensado cuál es la mejor forma de llevarte al pequeño de la clínica? Si vuelves en carro deberás tener preparada la silla especial de bebés.
9- Amamantar o biberón: la respuesta la decide la madre, pero es importante que sepas que la leche materna es el mejor alimento que puede tener un bebé desde el primer momento de su vida. Para prevenir el dolor y las grietas en los pezones es bueno masajearlos con crema de caléndula. Tanto si optas por el biberón como por el pecho, a tu bebé le encantará mantener el contacto visual mientras toma la leche.
Fuentes: Mundo Mamá
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