“Desde que
nació mi hijo, hace 6 meses, mi vida
sexual es un desastre”. Laura de 30 años.
Este es un
comentario frecuente entre mujeres después del parto. Es que el deseo sexual se
apaga por completo y hasta los sentimientos se modifican sin causa aparente. He
aquí algunas ayuditas para comprender y superar los problemas más comunes de
esta etapa.
A) El deseo
sexual y las hormonas.
La
actividad hormonal y la sexualidad están estrechamente ligadas. Por ello, el
deseo por la actividad sexual disminuye en la premenopausia, alteración
hormonal que suele presentarse entre los 46 y 49 años de edad. En algunas
mujeres cuando se reduce la secreción de hormonas se apaga el erotismo. Ciertas
mujeres en esta etapa de la vida podrían beneficiarse con una terapia de
restitución hormonal a fin de atenuar los efectos de la menopausia en su
libido. Consulte a su médico para que la ayude a tomar la decisión apropiada.
B) El deseo
sexual y la actividad física.
Todo lo que
mejora la salud, optimizará la vida sexual. Recomendamos practicar ejercicio en
forma regular: desde caminar hasta nadar, la actividad elegida dependerá del
tiempo de que disponga y sus preferencias personales. Le aconsejamos que, por
lo menos dos veces a la semana, practique algún deporte. De esta forma mejorará
la irrigación y la oxigenación de todos los órganos: cerebro, corazón y también
los órganos sexuales. Además vigoriza sus músculos, aumenta la tonicidad y
disminuye las grasas. Muchas investigaciones revelan que el ejercicio influye
en el deseo sexual. Según un estudio, una hora diaria de ejercicio aeróbico
aumenta la frecuencia y el interés por la actividad sexual tanto en hombres
como en mujeres.
Para sacar
provecho del ejercicio, practíquelo con mesura e intensifíquelo de manera
gradual. Además controle su alimentación, evitando los excesos, tanto de comida
como de alcohol.
C)El deseo
sexual y las exigencias.
Ciertos
factores cotidianos causantes de estrés tienen que ver con la disminución del
deseo sexual en hombres y mujeres. Gayle Beck profesora de psicología de la
Universidad de Nueva York, ha estudiado los efectos del enojo y la ansiedad en
el impulso sexual y afirma que a menudo ambos estados de ánimo perjudican más a
las mujeres. “A los hombres no les cuesta mucho trabajo dejar de lado sus
sentimientos para tener una relación sexual; las mujeres prefieren abstenerse”,
agrega. Cuando aumenta el estrés, lo que menos le interesa a la gente es el
goce sexual. “No es casualidad que muchas parejas tengan relaciones sexuales
más satisfactorias precisamente cuando están de vacaciones”, dice la profesora
Beck.
Concluimos
diciendo que su vida es importante, más que las actividades u obligaciones,
entonces, tome tiempo para disfrutarla. Cultive una actitud saludable.
D) El deseo
sexual y la relación de pareja.
Analizar la
calidad de relación con el esposo es determinante. A diferencia del varón, la
respuesta sexual de la mujer está influida en gran medida por la calidad de la
relación con su amante, y esto permanece constante en todas las culturas.
Cuando hay resentimiento secreto, no confesado o negado o falta de perdón por
una ofensa o el esposo resulta no deseable, infiel o grosero o se percibe falta
de amor o respeto. Cuando las diferencias son mayores que los puntos de unión,
es imposible disfrutar sexualmente.
“Durante
todos los meses del amamantamiento estuve vacía eróticamente. Más que nunca
aprecié el valor de la comunicación con mi esposo. Ahora que ya no le doy el
pecho a mi bebé, recobré nuevamente el interés sexual. Mi marido se ha vuelto,
de repente, en la persona más feliz del mundo”, Laura de 30 años.
Dres. José
Luis y Silvia Cinalli
Ministerio de Restauración Sexual
www.placeresperfectos.com.ar
Fuente: Enfoque a la Familia
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