Estuve
mirando una película hace como tres meses, si mal no recuerdo, se trataba de
las persecuciones judías en Francia; se trataba de una familia de cuatro, papá,
mamá y cría; un niño y una niña; la actriz principal era la niña.
Recuerdo
que cuando se inicio la película, llegó la milicia que perseguían a los judíos;
el niño y la niña estaban en el cuarto; la niña que sabía de que se trataba,
inmediatamente escondió al niño, que era más pequeño y cerró la puerta con
llave, se llevo la llave y le dijo que no se moviera de ahí hasta que ella
volviera.
Esta
familia la llevaron como a un campamento donde todo estaba alambrado y
militarizados; separaron a los padres; cada uno por su sitio; la niña se quedo
sola con los demás niños que estaban prisioneros.
Al cabo de
un tiempo; esta niña logró escaparse; pero cuando llego al lugar, ya el
apartamento pertenecía a otra familia y para sorpresa cuando fue y abrió el
escondiste, encontró al hermano muerto, pues nunca se movió de ahí en
obediencia a ella; dijo yo.
La niña
creció y pudo venir a EE.UU; pero todo el tiempo se le veía la amargura en la
cara; una joven linda, pero amargada; conoció a un hombre, se caso, tuvo un
hijo y al cabo de un tiempo tomo su vehículo y se estrelló delante de una
patana, se quito la vida.
Tal vez
muchos de nosotros no nos hemos quitado la vida, pero somos como muerto andando,
vivimos una vida amargada, de aburrimiento; nos da los mismo, parece ser que
nuestra vida no tiene sentido.
Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré
descansar. Mateo 11: 28
Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma
atribulada. Jeremías 31:25
La biblia dice que Dios nos hará descansar, pero nosotros muchas veces
nos confiamos en eso y no depositamos nuestra carga en el Señor ni tampoco le dejamos que nos ayude.
El perdón tiene dos vertiente, uno que va para allá y otra vertiente que
viene para acá; si deseamos tener sanidad espiritual debemos aprender a
perdonar a quienes nos ofendieron en el pasado y también en la vida actual.
Muchos de nosotros perdonamos a quienes no ofendieron, a quienes nos
agobian; pero hay algo aun más importante en el perdón y es el perdonarnos a
nosotros mismo; sino nos perdonamos a nosotros mismo, viviremos una vida
miserable y amargada, como la niña de la película.
Félix Abreu
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