viernes, 8 de junio de 2012

Muere una testigo de Jehová en Argentina tras rechazar una transfusión



RIES  |  Una mujer identificada como Iris Fracalossi, miembro de los testigos de Jehová, estuvo internada en el Sanatorio Garat de Concordia (provincia de Entre Ríos, Argentina), donde se negó a ser transfundida después de padecer durante 15 días un grave cuadro de neumonía. La muchacha fue atendida primeramente en esa comunidad por el médico Santos Rodríguez Chen, quien le sugirió internarse.

 
Pero ella hizo caso omiso de la recomendación profesional y su situación empeoró, por lo que se decidió trasladarla a Concordia, donde se habría resistido a recibir sangre, según informa el medio argentino Análisis Digital.

La fallecida tenía 35 años, era soltera y se estima que trabajaba como niñera o empleada doméstica. Su muerte causó una profunda conmoción entre los habitantes del pueblo, ya que Iris era muy conocida y apreciada. Un caso similar al joven Pablo Albarracini, el testigo de Jehová que fue baleado y que no acepta recibir sangre por cuestiones religiosas (ver la primera noticia y la continuación publicadas en este blog, se produjo en Villa del Rosario hace algunos días, solo que esta vez tuvo un triste final, con el deceso de una mujer de 35 años a causa de una neumonía.


Iris Fracalossi falleció al pasado 26 de mayo tras la neumonía que tuvo, y por la que se negó a ser ingresada. Al final, por la gravedad, estuvo internada en el Sanatorio Garat de Concordia y debido a su creencia –era testigo de Jehová- se resistía tanto ella como algunos de sus familiares a recibir una transfusión de sangre (medio litro) para salvar su vida.

Vecinos de la localidad de Villa del Rosario reconocieron que la muerte de la joven “causó una profunda conmoción entre los habitantes del pueblo”. El diario argentino La Nación recoge estas declaraciones. “Ella era muy trabajadora y una buena muchacha pero, lamentablemente por sus creencias religiosas se negó a que le hicieran una transfusión de sangre y murió”, dijo a Télam Ana, una vecina de la muchacha.
El deceso se había mantenido en el más estricto silencio por parte de sus familiares, pero los constantes reclamos para que Iris concurriera a sus lugares de trabajo, hicieron que finalmente la noticia se difundiera en el pequeño pueblo. “Hace pocas horas que nos enteramos de la muerte de Iris y el revuelo que la noticia ha provocado en el pueblo es grandísimo”, agregó Ana.

Declaraciones médicas

Alberto Rotman, director del Hospital Garat de Concordia, dijo que la joven contrajo neumonía bilateral y, por consejo de un médico de esa localidad, fue trasladada hasta un centro asistencial de Chajarí, “donde fue tratada en forma ambulatoria porque no quería internarse”. En Télam leemos que debido a la complejidad de la enfermedad, la mujer fue trasladada hasta el Sanatorio Garat de Concordia, donde quedó internada por disposición de un especialista en neumonología y murió el 26 de mayo.

“Cuando llegó, la mujer traía un acta firmada ante escribano público en la que se negaba terminantemente a una transfusión de sangre por principios religiosos”, explicó el profesional. Rotman relató que la joven “empeoró en 24 horas y tuvo que ser trasladada a terapia intensiva donde, además de comprobarse que estaba anémica, los glóbulos rojos no transportaban la cantidad de óxigeno necesario”.

“Se decidió ponerle oxígeno puro a presión y se le hizo el tratamiento que necesitaba, sin embargo cuando se le dijo que era impostergable realizarle una transfusión de sangre, la paciente se negó varias veces, estando aún lúcida. En menos de 48 horas y estando en terapia, la paciente falleció ante nuestra desesperación porque el acta firmada ante un escribano público nos impidió transfundir a la joven”, reconoció el médico, al considerar que “el ser humano es inexplicable”.

Comparación con el otro caso argentino

La muerte de Fracasoli, quizá por su lejanía de Buenos Aires, no concitó la atención mediática como sí lo es el caso de Pablo Albarracini, también testigo de Jehová, quien no puede recibir una transfusión de sangre según un documento firmado por él. El 5 de mayo pasado, Albarracini recibió seis disparos durante un asalto. Su padre, Jorge, llevó un reclamo judicial que llegó a la Corte Suprema, pero su pronunciamiento fue a favor del joven adepto, tal como relata el diario El Comercio.

“No resultaría constitucionalmente justificada una resolución judicial que autorizara a someter a una persona adulta a un tratamiento sanitario en contra de su voluntad, cuando la decisión del individuo hubiera sido dada con pleno discernimiento y no afectara directamente derechos de terceros”, se pronunció la Corte. “Mientras una persona no ofenda el orden, a la moral pública, o a los derechos ajenos, sus comportamientos incluso públicos pertenecen a su privacidad y hay que respetarlos aunque a lo mejor resulten molestos para terceros o desentonen con pautas del obrar colectivo”, añadió la Corte. En Argentina, la Ley 26 529 sostiene que el paciente tiene derecho a aceptar o rechazar terapias “con o sin expresión de causa”. Albarracini permanece en la clínica.

   Por Luis Santamaria

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