DEFINIENDO LA MASTURBACION : Si hay una
pregunta que se repiten con frecuencia decenas de padres es sobre la
masturbación. Se abordará el tema de la masturbación a lo largo de la vida
evolutiva del ser humano, con la finalidad de llegar a algunas conclusiones que
puedan servirnos para la educación sexual.
Cuando a
algunos padres se les habla de dicho tema, la primera y única pregunta que
realizan es si la masturbación es pecado o no. Sorprende ver el poco interés de
saber qué significa la masturbación y de cómo podemos ayudar a superar esta
práctica.
La palabra
masturbación viene del latín « manu stupratio» que significa: «seducción por la
mano».
Podemos
definir la masturbación como la búsqueda solitaria del placer sexual, sin la
necesidad de objeto sexual externo. Esta búsqueda de placer se puede dar
utilizando cualquier medio: manual, o instrumental.
En la
infancia lo primero que le sucede al niño es descubrir que su cuerpo será la
fuente de placer y del descubrimiento del placer, a esto lo llamamos
«autoerotismo»; es normal y absolutamente universal.
La relación
objetar está representada por el propio cuerpo infantil, la elección de objeto
decimos es «autoerótica».
El SENTIDO MASTURBATORIO EN LAS DISTINTAS
ETAPAS DE LA VIDA
Podemos
hacer un recorrido a lo largo de tres etapas, analizando las fuerzas
psicológicas que provocan las características y fantasías masturbatorias.
La
masturbación excesiva e hiperfrecuente tiene siempre un carácter sintomático,
en el sentido que la masturbación siempre expresa una situación conflictiva que
el niño está pasando.
Al
considerar la masturbación es importante tener en cuenta que el impulso sexual
se encuentra presente desde el nacimiento hasta la muerte.
Nosotros no
desarrollaremos la masturbación en la adolescencia ni juventud porque nos hemos
limitado a la etapa infantil. Miremos qué significa detenidamente:
1. Fase Motora (2-3 años)
El niño, al
tocarse, siente placer, placer por la descarga de excitación sexual obtenida
por la manipulación de los órganos genitales. Otto Fenichel la definió como «el
acto de jugar con los órganos genitales para obtener placer». Freud descubrió
que la vida sexual humana no comienza con la elección de un objeto
heterosexual, sino sobre el propio cuerpo; placer que en un primer momento
tendría primacía en diversas zonas extra genitales y luego genitales.
Para el
niño no existe «el problema de la masturbación», sino solamente en los adultos
que no pueden aceptar esta normal búsqueda de placer.
Debemos
afirmar que la masturbación va cobrando diferentes significados a medida que la
vida avanza.
El niño
viene al mundo con la necesidad de que le amen y le acaricien, todo su cuerpo
clama por ser acariciado y tocado.
Estamos en
los 2-3 años aproximadamente. El niño expresará la necesidad de exploración
corporal para poder ir integrando su esquema corporal, entrando así en contacto
con su mundo corporal, el cual irá descubriendo y encontrando uno de los
placeres más satisfactorios que el ser humano puede experimentar: el placer
corporal que ciertas zonas le provocan.
Freud
consideró a la succión como la primera «succión placentera». La boca y los
labios se consideran una enorme fuente de placer. Lo mismo que cuando toca lo
que la rodea.
Con el
objetivo de satisfacer esa necesidad descubre este otro placer erótico. Así
luego el niño buscará este placer por sí mismo separado de su función
fisiológica.
La búsqueda
de placer consiste en frotamientos, con ayuda de la mano, presión ejercida por
los muslos, frotamiento con objetos, etc. El niño puede accidentalmente
introducirse los juguetes entre las piernas, percibiendo una sensación
agradable mientras juega.
En el
instituto Kinsey se han observado a niños masturbarse hasta alcanzar una
sensación orgásmica igual a la del adulto (sin eyaculación obviamente), sus
movimientos rítmicos, mirada vidriosa, «ausencias» y agitaciones. Una vez
alcanzado el orgasmo se reducía la erección y los niños se sumían en un estado
tranquilo y sosegado.
Obviamente
que no todos los niños que se masturban alcanzan el punto orgásmico. El niño
descubre sus órganos genitales para reconocer su cuerpo y para obtener placer.
El hecho de
que los padres censuren esta necesidad «normal» de integración corporal hará
que el niño no complete su esquema corporal. Quedará su cuerpo «incompleto»,
quedando parte de sus miembros por un lado y sus genitales «sucios», «feos»,
«peligrosos», «malos», etc., por el otro. Quedará de «la cintura para arriba y
de la cintura para abajo». Esto, creo, explica muchos conflictos
psicocorporales que muchos adolecen, sujetos que sienten sus manos, su cabeza,
sus hombros, pero no «lo otro», «aquello», manifestándose esta división.
Dice
Sarnoff que todo niño tiene que desarrollar algunas características para la salud
sexual emocional; el niño tiene que aprender el valor de una imagen positiva de
su cuerpo y de sus capacidades, esto le permitirá estar en condiciones de amar
y ser amado por los demás.
2. Fase edípica (4 a 6 años)
En esta
etapa, el niño percibe mucho más las sensaciones de placer que le da tocarse
las partes de su cuerpo. El simple contacto genera una gran sensación
placentera.
Cuando esto
se hace muy, pero muy frecuentemente, lo que indica es la liberación de
tensiones que el niño va acumulando.
Los niños
aprenden a utilizar las fantasías masturbatorias para librarse de tensiones e
inquietudes emocionales vinculadas al crecimiento.
La
masturbación compulsiva en esta edad nos habla de que el niño está atravesando
por situaciones conflictivas y frustrantes «compulsivamente», es decir,
frecuentes. Cada vez que el niño se sienta excesivamente frustrado recurrirá a
la masturbación como medio de obtención de placer y búsqueda de descarga de la
tensión. Es entonces cuando el niño necesita mucho más apoyo y atención por
parte de los padres. Si esto continúa, los padres deben buscar ayuda
profesional de un buen psicólogo que los ayude a descubrir qué tipo de tensión
hay en la familia que está repercutiendo sobre el niño.
3. Fase de fatencia (7 a 10 años)
El niño
intenta compensar todas las frustraciones sufridas en las fases precedentes.
Los niños
en estas edades practican la masturbación al ver a otros niños mayores que lo
hacen, sintiéndose de esa forma también mayores. El hecho de que sea una etapa
principalmente escolar hace que las actividades autoeróticas disminuyan
enormemente, con la lógica sublimación hacia la función intelectual y cultural.
LA MASTURBACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA
HISTÓRICO
Debemos
tomar conciencia de dónde vienen nuestros fuertes ataques hacia la
masturbación.
Algunos
escribieron que no sólo era pecaminosa sino que desde la «ciencia» era
perjudicial en todo sentido. Para combatir esta enfermedad se crearon jaulas y
bragueros que rodeaban la zona genital impidiendo que el paciente se tocara.
Existía un clavo de hierro destinado a castigar el pene que se atreviera a
erguirse. Otros llevaban a cabo operaciones quirúrgicas donde se extirpaban las
partes genitales que podían estimularse con la masturbación: el clítoris,
cauterización de la espina dorsal, etc. Por un médico cirujano del hospital St.
Johns, una niña de 7 años que se masturbaba y a la que se la consideraba nerviosa,
fue sometida a múltiples tratamientos sin efecto positivo. Padeció la
colocación de emplastos hasta la intervención quirúrgica del clítoris. Es uno
de tantos casos similares...
En 1858
Brown, célebre cirujano londinense, propuso la oblación del clítoris en las
pequeñas que se masturbaban.
LA MASTURBACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO
No existe
en las Escrituras ninguna prohibición directa a la masturbación ni en el
Antiguo Testamento ni en el Nuevo Testamento. Es decir, no existe en la Biblia
un pasaje que diga «no os masturbéis». También es interesante notar que la
palabra «sexo» no aparece ninguna vez en las Escrituras. Sin embargo las
interpretaciones exegéticas están cargadas de tradiciones lejanas y cercanas en
cuanto a este tema éticamente controvertido.
No voy a
entrar en discutir aquí si la masturbación es pecado o no en el adolescente o
joven, aquí nos referimos sólo a los niños.
Los niños
no se masturban porque son «pecadores» o «tienen fantasías sexuales» sino
porque sienten placer y nada más, y porque también descargan tensiones y
frustraciones familiares que pueden estar viviendo.
Los chicos
se tocan por placer, por aburrimiento o por curiosidad, nunca por perversión.
Por esto dejamos bien en claro que no es pecado.
Lo que
podemos hacer es sencillamente distraerlo si lo hace mucho, sacando su atención
de la masturbación, ya que muchas veces lo hacen por aburrimiento.
Si es muy
compulsivo debemos buscar ayuda. Algunos motivos frecuen tes son: crisis, madre
sobreprotectora, timidez, miedo al fracaso y miedo a las relaciones afectivas
con el sexo contrario.
Si sucede
cada tanto no hay necesidad de preocuparse, y debemos saber que no le va a
pasar nada desde ningún punto de vista. Podemos hablar paulatinamente con
nuestros hijos explicándoles que hay partes de su cuerpo que le dan placer y
que no deben tocarse delante de otras personas sino en privado.
Informar
por adelantado al niño de cómo funciona su cuerpo, sus zonas genitales, etc.,
para que no se encuentre con sorpresa alguna. El niño debe saber que existen
zonas de su cuerpo, zonas tales como pene, vagina, que son buenas y limpias
delante de Dios, al igual que sus manos, ojos... y que todo su cuerpo es creado
por Dios.
Recuerde:
los niños se tocan por placer, aburrimiento o por curiosidad, no por
perversidad.
PREGUNTAS QUE HACEN LOS PADRES
1. ¿Por qué mi hijo se masturba a esta edad?
Los niños
aprenden a utilizar los toques masturbatorios para librarse de tensiones e
inquietudes emocionales vinculadas al crecimiento.
2. ¿Y si está todo el día tocándose, es porque
es un degenerado?
La
masturbación compulsiva en esta edad nos habla de que el niño está atravesando
por situaciones conflictivas y frustrantes «compulsivamente», es decir,
frecuentes. Cada vez que el niño se sienta excesivamente frustrado recurrirá a
la masturbación como medio de obtención de placer y búsqueda de descarga de la
tensión. Es entonces cuando el niño necesita mucho más apoyo y atención por
parte de los padres.
3. ¿Es normal que aparezca el interés por las
cosas del colegio y disminuya su masturbación?
El hecho de
que sea una etapa principalmente escolar hace que las actividades autoeróticas
disminuyan enormemente, con la lógica sublimación hacia la función intelectual
y cultural.
4. ¿Trae alguna consecuencia física el
masturbarse?
En 1758 un
médico francés llamado Tissot, escribió "El onanismo: disertación sobre
las enfermedades producidas por la masturbación". Decía que toda actividad
sexual era peligrosa para el cuerpo porque agotaba los nervios hasta la locura,
y que la masturbación llevaba siempre «al exceso» y que la melancolía,
epilepsia, tumores, hemorroides, ceguera, la imbecilidad, eran un preaviso del
fuego del infierno. Así nace la «locura por masturbación» llevando finalmente a
la muerte. Esta afirmación es totalmente falsa. La masturbación infantil no
ocasiona ningún daño para la salud.
5. ¿Entonces mi hijo se toca porque es un
degenerado?
NO. Lo
diremos hasta el cansancio: Tu hijo se toca por aburrimiento, placer o
curiosidad nunca por perversión.
6. A lo largo de la historia se buscó combatir
la masturbación, ¿por qué?
El
reverendo Sylvester Graham, en 1830, elaboró una harina especial para combatir
la lujuria: hoy son los bizcochos que llevan su nombre. En 1898 uno de sus
seguidores, John Kellogg, creó un cereal para el desayuno para ayudar a
disminuir el deseo sexual: "los famosos copos de maíz".
Otros la
veían mala porque constituía un peligro contra la reproducción humana, se creía
que de ser permitida la masturbación, los hombres perderían el deseo de casarse
y tener hijos.
Nosotros
creemos que la masturbación infantil tiene otras características totalmente
distintas que la masturbación en la adolescencia y juven tud. Decir que «la
masturbación infantil es pecado a los ojos de Dios» es algo totalmente
infundado y confundir los distintos significados que tiene la masturbación a lo
largo de la edad evolutiva. Los chicos se tocan por placer, por aburrimiento o
por curiosiodad, nunca por perversión.
7. ¿Debo decirle a mi hijo que es pecado?
Condenar de
pecado sin ayudar a quien sufre sería tomar la misma postura que tomaron los
tres amigos de Job.
Debes dar
una correcta y amplia información y educación sexual, ya que «no debemos
avergonzarnos en hablar de lo que Dios no se ha avergonzado en crear».
Si tu hijo
se masturba frecuentemente es porque está buscando placer; mira si no hay
problemas matrimoniales, o exigencias por parte de ustedes, o peleas: busca
resolver éstas.
Investigar
sobre las posibles frustraciones cuando la práctica es compulsiva, ya que está
buscando una satisfacción compensatoria (crisis, madre sobreprotectora,
timidez, miedo al fracaso y miedo a las relaciones afectivas con el sexo
contrario son las causas que más hemos observado en adolescentes con practicas
compulsivas).
8. ¿Si se masturba ocasionalmente, debo
dejarlo?
Lo mejor es
distraerlo o dejarlo, nunca cargarlo o castigarlo. Sólo está explorando su
cuerpo, y allí descubre que tiene placer.
La
masturbación infantil no ocasiona ningún daño para la salud; debemos como
padres saber acompañar ese proceso y saber los sentidos que tiene dicha
práctica.
9. ¿Y si toca a otros chicos?
Decirle que
no lo haga. No debe tocar a nadie ni dejarse tocar. Hágalo en paz y con
tranquilidad, la educación sexual debe ser natural.
Informe por
adelantado al niño de cómo funciona su cuerpo, sus zonas genitales, etc. para
que no se encuentre con sorpresa alguna. El niño debe saber que existen en él
zonas de su cuerpo, zonas tales como pene, vagina, que son buenas y limpias
delante de Dios, al igual que sus manos, ojos..., y que todo su cuerpo es
creado por Dios.
10. ¿Debo alentar a que mi hijo aumente su vida
social?
Sí, aliente
el horizonte del niño con intereses artísticos, sociales, espirituales, físicos
y deportivos. Que su vida no se limite solamente a la escuela y al hogar.
La
educación sexual tendrá un lugar importante para «tirar abajo» mitos, tabúes y
culpas que dicho tema ocasiona y que la historia agrega.
Por Bernardo
Stamateas
Fuente:
Avanza por Más
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