E
|
l
día que Susana sorprendió a su hijo de siete años viendo pornografía en
la Internet, se sintió tan
indignada que le apagó con furia el computador, lo tomó de una oreja
y lo llevó al cuarto mientras dejaba escapar todo tipo de amenazas que
el muchacho interpretó como intimidatorias y fundamento
para aislarse de sus padres.
Tiempo después comprendió que había sido una reacción desacertada. Lo próximo que encontró bajo el
colchón de la cama del muchacho, fueron revistas y fotografías. ¡No sabía qué hacer ante esta situación!
Juan,
el vecino, optó por lo que creyó más conveniente: vender el computador.
Apenas supo que su hija
chateaba en horas de la noche con un joven mayor, puso un
clasificado ofreciendo el aparato. En tres días sólo quedaba el espacio
libre, y la sensación de que algo faltaba en casa.
No
obstante, la situación no se resolvió. La jovencita continuaba
comunicándose con el chico en una
sala de Internet, cercana al colegio donde cursaba la secundaria.
¡Ahora lo hacía libremente, sin la restricción de sus padres!
Si
es padre, una situación así ¿le ha ocurrido alguna vez?¿Se sintió
desesperado, en medio de un
callejón sin salida?¿Cuál fue su reacción y qué decisiones tomón?
Probablemente el tema le interesa porque sabe en carne propia lo que se
siente al descubrir que los hijos consultan pornografía y
contenido inmoral…
Es fundamental que estemos atentos a los programas de
televisión o páginas de Internet que consultan nuestros hijos…
|
¿Qué ven nuestros hijos en Internet y televisión?
Con
la facilidad que tenemos de adquirir electrodomésticos, es muy común
que encontremos varios
televisores en casa, dos computadores—uno de mesa y otro portátil—y
cada uno de los componentes de la familia con un moderno sistema de
celular. Cada uno chateando, sin importante el otro.
Individualismo en su máxima expresión.
Una
encuesta realizada por la Fundación Latinoamérica, entre audiencia de
Latinoamérica, señala que
el 49% de los hogares tienen más de un receptor de televisión en
casa; el 65% de los menores de edad, gustan de ver programas a solas, lo
que literalmente les aísla de sus padres, el 60% de los
padres consideran que no está mal que sus pequeños tengan televisor
en su habitación y del conjunto de menores, sólo el 35% ven televisión
acompañados.
El
mayor problema es, ¿qué tipo de programación ven nuestros hijos?¿De qué
tipo de información están
llenando su mente (Cf. Filipenses 4:8)? Buena parte de lo que
reciben a través de programas, películas y documentales está asociado a
pornografía y violencia.
Los
progenitores no deben dejar en manos de la televisión la formación de
sus hijos, ya que como
coinciden en asegurarlo los especialistas, la información
tergiversada lleva a comportamientos violentos, abusivos, inmorales, y
por supuesto, el afincamiento de los antivalores.
Refiriéndose a la programación televisiva que ven nuestros hijos, el sicólogo Guillermo González,
señala que “…lo real es que tienden a imitar comportamientos, y
para que no naufraguen, deben tener otro tipo de información que los
orienten sobre cuál es la verdad, en el momento de
analizar lo que ven”(Revista Nueva. Nro. 1273. Colombia. 12/06/2012.
Pg. 47).
Ahora,
¿qué hacer si descubrimos que nuestros hijos están consultando
pornografía a través de uno de
los modernos vehículos de comunicación de los que disponen? El
primer consejo es no recriminarlos sino abrir puertas de diálogo con el
fin de poder explicarles el error en el que han
incurrido.
En el proceso de orientar a nuestros hijos sobre los
peligros de la pornografía, es esencial que seamos comprensivos y amorosos en nuestra calidad de padres…
|
La sicóloga colombiana, Martha Mejía, señala respecto a que los chicos hayan visto imágenes o
películas inmorales, que es necesario “…hacerles saber a los
adolescentes que el sexo es un deber y un derecho del ser humano y no
solamente disfrute del momento. Explicarles que esa manera
como están viendo el sexo, a través de lo que difunde la
pornografía, no corresponde a la realidad, y que sólo buscan ganancias
generando desinformación. Hacerles entender que el cuerpo es
sagrado, un templo, y que deben quererlo, cuidarlo y
respetarlo”(Revista Nueva. Nro. 1273. Colombia. 21/06/2012. Pg. 46)
Recuerde, debemos siempre estar atentos a la información que reciben y procesan nuestros hijos. El
sicólogo Guillermo González, enfatiza que “La educación sobre el
sexo debe impartirse en el hogar. Las instituciones educativas son un
complemento. Por tanto, es necesario acompañar
constantemente a los hijos para ver la televisión y darse cuenta con
quién se relaciona en la Internet. Es indispensable, como también lo
es, que no nos de miedo abrir constantemente el
computador que consultan nuestros hijos, preparados, porque es
probable que en algún momento nos encontremos con sorpresas
desagradables y debemos guiarlos apropiadamente” (Revista Nueva. Nro.
1273. Colombia. 21/06/2012. Pg. 46)
¿Está
usted atento a la información que reciben sus hijos? Hoy es el día que
revise la situación, y
con ayuda de Dios, tome una decisión apropiada en cuanto al camino
que debe tomar. Y la forma sabia que debe asumir si se entera de que
tienen interrogantes respecto al sexo o si la información
que reciben, viene siendo tergiversada.
Cuidar de nuestros hijos, una enorme responsabilidad
Nuestros
hijos son muy valiosos, y debemos cuidarlos, orientarlos e instruirlos.
Esa es la razón por
la que no podemos delegar su formación al colegio o al llamado
monstruo de las pantallas y que se compone de tres cabezas terribles: el
televisor, el computador y los modernos teléfonos
celulares.
Cuando vamos a las Escrituras encontramos una exhortación que cobra particular vigencia en nuestros
días de parte del Señor Jesús: “De
cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no
entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que
se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los
cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí
me recibe. ”(Mateo 18:3-5)
Generalmente
cuanto queda grabado en la mente de los niños y adolescentes persiste
en el tiempo. Es
más: gran parte de su comportamiento adulto toma fundamento en lo
que vio, oyo y experimentó durante la más tierna infancia y los años
sucesivos.
Conozco
infinidad de casos de personas que todavía están marcadas por el
rechazo que recibieron en su
niñez, como también, tuve conocimiento de alguien que tenía un
comportamiento inmoral porque lo veía reiteradamente en su hogar.
La
pornografía y las enseñanzas tergiversadas que reciben a través de la
televisión, la internet o
los modernos sistemas de comunicación, se anidan en sus mentes
donde—de acuerdo con estudios científicos—se almacenan bancos de
imágenes que terminan ejerciendo influencia en el comportamiento de
la personal. Muchos de quienes han sido acusados de violación, veían
pornografía en su infancia y llegaron a niveles muy profundos en su
adicción, hasta que quisieron materializarla.
Ahora, quien abusa, rechaza o enseña –con mal ejemplo—un comportamiento perverso en un niño, acarrea
juicio, como enseñó el Señor Jesús: “Y
cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en
mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una
piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del
mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan
tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el
tropiezo!”(Mateo 18:6-9)
Es
necesario que, en nuestra condición de padres, tomemos especial cuidado
del tipo de enseñanza que
reciben nuestros hijos, los instruyamos apropiadamente y permitamos
que se edifiquen en principios y valores que trascienden en el tiempo, y
les cimentan para alcanzar el éxito en todas las áreas
de su vida.
¿Ya
recibió a Jesucristo como Señor y Salvador de su vida? Le hago esta
pregunta porque es
fundamental y le permitirá determinar dónde se encuentra ahora y,
por supuesto, dónde pasará la eternidad. Si no le ha abierto las puertas
de su corazón, hoy es el día para que lo haga. Puedo
asegurarle que es la mejor decisión, de la que jamás se arrepentirá.
Por Fernando Alexis Jiménez
Fuente: Estudios Bíblicos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.