viernes, 29 de junio de 2012

A la casa del Señor iremos



He Sido Invitado… ¿Debo Ir?  “Yo me alegré con los que me decían: A la casa del Señor iremos” (Salmos 122:1).

“Yo no tengo que frecuentar todo debate a que soy invitado.” (Colleen Spencer)


Solemos recibir muchas invitaciones durante nuestra vida aquí en este mundo. Somos invitados para ir a matrimonios de amigos, a visitar una feria cualquiera, a ir al cine o teatro, etc. No hay cualquier problema en comparecer a estos lugares. Vivimos en sociedad y necesitamos mostrar simpatía y atención a las personas con quienes nos relacionamos.

Pero, ni todas las invitaciones que recibimos deben ser aceptadas. Muchas de ellas perjudican nuestra vida espiritual y nos alejan de la comunión con nuestro Dios.
Cuando un amigo nos invita a ir a una fiesta, en el momento en el que vendríamos a estar yendo a la casa del Señor, nuestra respuesta debe ser: no. Cuando la invitación recibida envuelve bebidas, humo, drogas, y otras cosas nocivas a nuestro cuerpo o espíritu, la respuesta también debe ser: no. Cuando nos llaman para ir a lugares extraños, a cultos no cristianos, a orgías y otras actitudes condenadas por la Palabra de Dios, es claro que debemos decir con firmeza: no.

No debemos ir adonde Dios no está. No debemos seguir un camino cuando Cristo no puede  acompañarnos. No debemos participar de actividades que avergüenzan el nombre del Señor. Somos hijos de Dios, comprados con la sangre de nuestro Salvador, herederos del reino preparado desde antes de la fundación del mundo. Somos benditos del Padre y, como tales, debemos honrarlo en todo.

Tengo placer en aceptar la invitación para testificar de las bendiciones recibidas. Me quedo muy contento cuando soy invitado a proclamar la salvación en Jesucristo.

El salmista se alegró al ir a la casa del Señor. ¿Qué tipo de invitación alegra su corazón?

Fuente: Devocionales Cristianos

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