LEA: 1 Pedro 4:7-11 | Me encanta tocar el banjo de cinco cuerdas. Pero
tiene un inconveniente: la quinta cuerda solo armoniza con una cantidad
limitada de acordes simples. Cuando otros músicos quieren interpretar música
más complicada, el que toca el banjo debe adaptarse. La única manera en que
puede ejecutar tonos maravillosamente melódicos en una sesión de música
improvisada es haciendo los ajustes correspondientes.
Tal como los músicos ajustan sus instrumentos, los creyentes en Cristo
también necesitamos adecuar nuestros dones espirituales si deseamos armonizar
con otros para servir a Dios. Por ejemplo: los que tienen el don de enseñanza
deben coordinar con quienes tienen capacidad para organizar reuniones y con
aquellos que se ocupan de que el lugar esté limpio y preparado. Todos tenemos
dones espirituales y debemos trabajar juntos para que la obra de Dios se lleve
a cabo.
El apóstol Pedro declaró: «Cada uno según el don que ha recibido,
minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de
Dios» (1 Pedro 4:10). Administrar requiere cooperación. Piensa en tus dones
espirituales (Romanos 12; 1 Corintios 12; Efesios 4; 1 Pedro 4). Ahora piensa
cómo puedes ajustar su uso con los de los demás creyentes. Cuando nuestros
talentos se emplean complementándose unos con otros, el resultado es armonía y
gloria a Dios.
Estar a tono con Cristo mantiene a la iglesia en armonía.
(Nuestro Pan Diario)
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