LEA: Salmo 116 | Ante la noticia de la muerte de un amigo en común, un sabio
hermano que conocía al Señor me envió estas palabras: «Estimada es a los ojos
del Señor la muerte de sus santos» (Salmo 116:15).
La vida de nuestro amigo se
caracterizó fundamentalmente por una vibrante fe en Jesucristo, y sabíamos que
estaba en el cielo con Dios. Sus familiares también tenían esa certeza, pero yo
solamente me había concentrado en la tristeza que experimentaban. Y está bien
considerar a los demás en sus pérdidas y angustias.
Pero el versículo de Salmos dirigió mis pensamientos hacia cómo veía el
Señor la muerte de nuestro amigo. «Estimado» se aplica a algo de gran valor.
Sin embargo, el significado en este caso va más allá: hay algo en la muerte de
un santo que trasciende nuestro dolor ante su ausencia.
«A los ojos del Señor es muy valiosa la muerte de quienes lo aman»
(Reina Valera Contemporánea). Otra versión declara: «Dios nuestro, a ti te
duele ver morir a la gente que te ama» (Traducción en Lenguaje Actual). El
Señor no es frívolo con la muerte. Lo maravilloso de su gracia y poder es que,
para los creyentes en Cristo, perder la vida en esta Tierra también implica una
gran ganancia.
Hoy solamente tenemos un atisbo. Un día, entenderemos su significado en
la plenitud de su luz.
La fe construye un puente sobre el abismo de la muerte.
(Nuestro Pan Diario)
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