Leer |
Filipenses 4.10-13 | Nuestro mundo proclama la importancia de tener una
percepción favorable de uno mismo. Ciertamente, se nos dice que la persona que
tiene un alto concepto de sí misma logrará mucho. Pero la Biblia nos dice que la
confianza verdadera fluye, no de nuestro ego, sino de nuestra identidad en
Cristo.
Vemos en la
Palabra de Dios que Pablo expresó su certeza en cuanto el mensaje y el
ministerio que Dios le dio (Ro 1.16; Gá 1.15-17). El apóstol estaba también
seguro de su seguridad eterna en Jesús (Ro 8.37-39). El pasaje de hoy nos
enseña que Pablo se mantuvo firme en su convicción de que podía hacerlo todo en
la voluntad de Dios, porque el Señor estaba viviendo en él.
El Espíritu
Santo es la base de nuestra confianza, no el pensamiento positivo, las
circunstancias adecuadas, o la capacidad de tener un alto concepto de nosotros
mismos. Aun en medio de las dificultades, podemos vivir con valentía, porque el
Espíritu de Dios vive en nosotros y nos da el poder para obedecerlo.
El Espíritu
Santo nos dirige y fortalece, y por tanto, tenemos la responsabilidad de
escuchar, obedecer y seguir con diligencia su dirección cada día. Podemos tener
seguridad en un mundo que es inestable, porque Dios nos da todo lo que
necesitamos para vivir victoriosamente.
¿Enfrenta
usted situaciones que le hacen sentirse incompetente o inseguro? Vaya a la
Biblia para encontrar descripciones del carácter del Señor. Recuerde que
nuestro Dios todopoderoso y soberano —el Comienzo y el Fin— vive dentro de
usted por medio de su Santo Espíritu. Encuentre su confianza en su
Creador, Redentor y Amigo.
(En Contacto)
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