Leer | 2
Timoteo 4.16-18 | Muchos hemos experimentado algún tipo de abandono. Pudo haber
sido un cónyuge que se alejó, un compañero de trabajo que nos ignoró, o un
amigo cercano que estaba demasiado ocupado para ayudarnos. La vida del apóstol
Pablo nos enseña cómo evitar el desánimo en tales situaciones.
Recuerde
que el Señor está siempre con nosotros. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús como
Salvador, comenzamos a relacionarnos de manera personal con Él, y su Espíritu
viene a vivir en nosotros. Por medio del Espíritu Santo, el Señor Jesús está
con nosotros en todo momento, no importa la circunstancia. Él es nuestro amigo
—uno que nunca nos dejará. Su amistad es la relación más importante que
tenemos, y leer nuestra Biblia nos ayudará a jamas olvidarlo.
Encuentre
fuerzas en Dios. Por medio del Espíritu Santo, tenemos acceso al poder divino
cada minuto del día. Si renunciamos a tener el control, y dependemos del Señor,
seremos capaces de encontrar la fortaleza que solo Él puede dar. Entonces, si
nuestros familiares o nuestros amigos nos hieren, su presencia nos dará
consuelo y ayuda para perdonarles.
Busque con
anhelo su liberación. Pablo testificó que el Señor lo había rescatado y que lo
seguiría liberando de toda situación mala. El apóstol sabía que podía
confiar en Dios siempre.
Pablo
enfrentó muchas situaciones dolorosas sin la ayuda de sus amigos. Hacia el fin
de su vida, quienes se interesaban por él estaban muy dispersos. Pero su
actitud se mantuvo esperanzada porque Cristo era su Amigo fiel.
(En
Contacto)
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