LEA: Mateo
6:25-34 | Hace poco, mi amiga Marcia, directora de la Escuela Cristiana para
Sordos, en Jamaica, escribió sobre una manera importante de ver las cosas. En
un artículo titulado «Un bendito comienzo», señaló que, por primera vez en
siete años, la escuela empezó el nuevo año con un superávit. ¿Y cuál era ese
superávit? ¿Dinero en el banco? No. ¿Provisiones suficientes para todo el año?
No. Simplemente, alimentos en la despensa para un mes.
Cuando uno
está a cargo de alimentar con un presupuesto ajustado a 30 niños hambrientos,
¡esto es muchísimo! Su nota iba acompañada de este versículo de 1 Corintios
16:34: «Dad gracias al señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su
misericordia» (lbla).
Año tras
año, Marcia confía en la provisión de Dios para los niños y el personal de su
escuela. Nunca tiene mucho de nada, sea agua, comida o artículos escolares. Sin
embargo, siempre está agradecida por lo que el Señor le envía, y continúa
creyendo fielmente en que Él seguirá proveyendo.
Al comenzar
el nuevo año, ¿tenemos fe en que Dios proveerá? Si es así, estamos creyendo en
las palabras de nuestro Salvador: «No os afanéis por vuestra vida […]. Así que,
no os afanéis por el día de mañana» (Mateo 6:25, 34).
«La
preocupación no le quita la tristeza al mañana; le quita al hoy su fortaleza».
—Corrie ten Boom
(Nuestro
Pan Diario)
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